Reputación Oculta

Capítulo 02.

Gael Miller. 

─ ¡Gael! ─gritaron antes de abrir la puerta de golpe haciendo que choque con la pared. 

Me tapé mejor cuando sentí que mi hermano se acercaba a mí. 

─ ¿¡Estas sordo!? ─volvió a gritar. 

─ Púdrete. 

Aparte las sábanas y me levanté de la cama ignorando a Paul que tenía una estúpida sonrisa. 

─ Deberías ser más agradecido, ¿qué hermano te despierta de esta forma? 

─ Ninguno que no tenga problemas mentales como tú. 

Abrí el armario, tome una remera negra con un logo de Los Simpson, estaba un poco arrugada pero me la puse igual con unos pantalones azules y fui directo al baño. 

─¿Dónde iras hoy? ─Paul me miró desde la puerta. 

─ Que te importa. 

Me cepille los dientes bajo su atenta mirada, cuando termine rodé los ojos y lo mire. 

─ ¿Qué quieres Paul? 

Una sonrisa se formó lentamente en su rostro. 

─ Quiero que me acompañes a un concierto con Ester. 

─ Detesto a tu novia, y lo último que está en mi lista es respirar el mismo oxígeno que ella. 

Salí del baño seguido por él. 

─ Ella es un amor. 

─ Un amor de víbora. 

Baje las escaleras y fui directamente a la cocina. 

─ ¿Por qué no quieres? 

─ Tengo ensayos con la banda. ─le conteste mientras abría la nevera y buscaba algo para comer. 

─ El concierto es mejor. 

Rodé los ojos aunque él no podía verme. 

─ ¿Quién canta? 

─ Isabella Jones, dicen que es asombrosa ella y los conciertos que da. 

─ Genial, dos razones para no ir. 

Él bufo y se cruzó de brazos sin dejar de mirar como preparaba mi desayuno. 

─ Eres aburrido. 

─ Si, y me alegra serlo. ─deje las cosas en la mesa y me senté en una silla ─. Ahora voy a desayunar, piérdete. 

─ Bien, le daré tu entrada a otra persona. 

─ De acuerdo. 

Comencé a desayunar mientras Paul seguía todos mis movimientos, conocía sus tácticas, una era mirarme hasta intimidarme o hacer que me moleste su existencia. 

No iba a acceder, tenía cosas más importantes que hacer como para ir a un concierto, en cierto punto si escuché el nombre de la artista, pero su género musical no me llamaba la atención, mejor dicho, ella no me llamaba la atención. 

─ Bien, voy a vender la entrada. 

─ Suerte ─murmuré mientras masticaba mis galletas con sonrisas. 

Volvió a quejarse en voz baja y salió de la cocina dejándome solo. 

Me gustaba tomarme mi tiempo para desayunar, por más que tuviera cosas que hacer, tardaba años en terminar, cuando termine me levante y deje las cosas en la cocina. 

Fui directo a mi habitación, tomé mi guitarra, guardé varios cuadernos junto con mi móvil y volví a bajar para salir de la casa. 

Tenía una banda con unos amigos, a los dos los conocía desde hace pequeños y nos unimos hace tres años, casi nos matamos en el intento de armar el nombre de la banda, hasta que quedó towards the sunset (hacia el atardecer). Por más que suene fácil, nos costó ponernos de acuerdo. 

Guarde las cosas en mi auto, subí y manejé directamente hacia la casa de Thomas, él fue al primero que conocí cuando tenía siete años, luego se sumó Ian, y desde ahí nos volvimos como un chicle. 

Ian no estaba siendo muy apoyado por sus padres, prefiere gastar dinero en drogas o cervezas que en ahorrar y comprarse un lugar para vivir, pero no, decide vivir con Thomas, para él no es preocupación el dinero, sus abuelos le dejaron una gran herencia y aunque no tenga mucha relación con sus padres ellos le transfiere dinero todos los meses. 

Yo tampoco tengo problemas con el dinero, mis padres son grandes abogados en New York, me dan dinero, pero prefiero ganarlo por mí mismo, he dado clases de guitarra o de canto, y con eso he ganado varias veces. 

Conduci aproximadamente unos treinta minutos hasta llegar a la casa de Thomas, estaba cerca del centro y habían varios edificios al rededor, baje las cosas y fui directo al garage que tenía el portón abierto, aquí estaban varios instrumentos y usábamos este lugar para ensayar. 

─ Hola chicos. 

Deje la guitarra en una silla y me tire al lado de Ian, ninguno me contesto solo se limitaron a asentirme con la cabeza mientras miraban la televisión. 

Saqué mi móvil y observé la página de la banda que había subido con cinco seguidores nuevos, levanté la mirada cuando escuché que algo se acercaba por la calle, y efectivamente pasaron tres camionetas negras seguidas, como era normal en esta zona. 

─ ¿Podemos pedir una pizza? ─soltó de repente Ian. 

─ No. ─le contesto Thomas. 

─ ¿Por qué no? 

─ Son recién las 10 a.m., si tienes hambre desayuna. 

Ian rodo los ojos y se cruzó de brazos como un niño haciendo berrinche, sonreí levemente, me levanté y tomé la guitarra para empezar a afinarla. En tres días teníamos una presentación pequeña en el mismo bar de siempre, si bien teníamos canciones propias nos íbamos por los cover's y le agregamos algún toque nuestro, preferíamos guardar esas canciones para algún momento que valiera la pena, como cuando logremos firmar con alguna discográfica, lo cual era difícil porque solo se concentraban en las estrellas del momento. 

─ ¿Paul irá al bar el viernes? ─me pregunto Thomas. 

─ Creo que si, supongo que va a invitar a su grupito de amigos. 

─ Sigo sin entender porque no te caen bien. 

Dejé de afinar la guitarra para observarlo. 

─ Ross es un idiota y por eso no me cae. 

─ ¿Sólo porque es un idiota? 

─ Si. ─Conteste. ─. Vamos a practicar. 

Ian se levantó de golpe y se acomodó en la batería, mientras que Thomas terminaba de conectar su guitarra eléctrica. 

─ ¿Cuál quieres Ian? ─cada vez que nos tocaba ensayar  nos turnamos para elegir la canción de práctica. 

─ Creo que esta vez voy a ir por Demons de mi banda favorita. ─Contesto con una sonrisa en el rostro. 

Sonreí levemente y asentí mientras terminaba de preparar el micrófono. Él empezó a tocar la batería con sus baquetas dándole ritmo a la canción, para luego Thomas unirse con la guitarra, primeros segundos deje que ellos le den el ritmo para unirme cantando junto al micrófono. 

"When the curtain's call
Is the last of all
When the lights fade out
All the sinners crawl 

So they dug your grave
And the masquerade will come calling out
At the mess you made [...]" 

Nos íbamos turnando con las estrofas de la canción, no nos veíamos obligados a parar para ponernos de acuerdo, simplemente fluía solo y eso era algo que nos caracterizaba como banda. 

Estuvimos dos horas y media practicando canciones al alzar, hasta que tuvimos que detenernos de golpe cuando vimos que las tres camionetas que pasaron esta mañana se detuvieron el puerta del garaje, un hombre alto y musculoso se acercaba a nosotros corriendo, era un guardaespaldas, por como estaba vestido y el auricular en el oído fue fácil de descifrar. 

─ Hola ─hablaba un poco agitado ─ ¿Tienen alguna bebida fría?, Necesito una urgente. 

Ian se levantó de golpe y fue hasta la nevera para tomar una coca-cola y tendersela al hombre quien buscaba algún billete. 

─ No hace falta que nos pague ─le solté. 

─ Son ordenes. 

─ De verdad, no es necesario. 

Él me observó unos segundos, antes de mostrarnos una leve sonrisa. 

─ Gracias. 

Salio de garaje corriendo y se acercó a la segunda camioneta, darle la coca-cola a no se quien y volvió a subirse a la primera, tardaron unos diez segundos en arrancar y emprender de nuevo su camino. 

─ ¿Qué creen que haya pasado? ─cuestionó Ian. 

─ Seguro alguien se descompuso ─le conteste mientras me quitaba la guitarra. 

Él asintió levemente y se tiró en el suelo para mirar el techo, tenía varios momentos así, donde decidía parar y quedarse mirando a la nada, hasta donde sabía poco a poco estaba dejando de consumir droga, sabíamos que eso no era facil de dejar de la noche a la mañana, y sabíamos que necesitaba su espacio, eso hacíamos con Thomas, le mostramos  nuestro apoyo, pero siempre dándole su espacio. 

Senti la vibración de mi móvil, lo saqué del bolsillo de mi pantalón y observe el mensaje de mi madre. 

─ Debo irme chicos, mi madre quiere que almuerce con ella ─guarde la guitarra en su funda y me la colgue en el hombro. 

─ Esta bien, suerte ─contestó Ian con su mirada en el techo. 

Antes de salir del garaje, me acerqué a Thomas y le tendí unos billetes. 

─ Compra una pizza para ustedes. 

Él abrió la boca para responder, pero la cerró cuando le di una mirada rápida haciendo que tome los billetes. Salí del garaje y fui hasta mi auto, subí y acomodé mi guitarra con cuidado atrás. 

Llegué a mi casa luego de varios minutos, guardé mi auto y me volví a colgar la guitarra en el hombro. 

─ ¡Mamá tu hijo adoptado llegó! ─grito Paul. 

Rode los ojos y fui directo a la cocina, donde estaba mi madre preparando la mesa. 

─ Hola mamá. 

Ella sonrió antes de acercarse y abrazarme por unos segundos, para luego seguir acomodando la mesa. 

─ ¿Cómo te fue? 

─ Bien, iré a guardar esto ─le avise para luego subir las escaleras y entrar a mi habitación, deje mis cosas en la cama y me senté en una silla. 

Debía renovar varias cosas, estaba hecho todo un desastre, había ropa por todos lados, póster desgastados pegados en la pared y varios vasos en mo escritorio. 

─ ¡Oye! ─Paul abrio  la puerta golpeándola nuevamente con la pared. 

─ Deja de abrir así, tú no pagarás el arreglo de la pared. 

Él se adentro a mí habitación y se tiró en la cama apartando las cosas con su móvil en la mano. 

─ ¿Sabes que vi? 

─ No, y no me importa ─le conteste. 

─ Parece que Russell está enamorado. 

─ ¿Russell? ─lo observé con confusión. 

─ Maxwell. 

Ah, Russell era el hermano del medio, no tenía lazos con él y por el momento no me interesaba tenerlo, solo nos unía una sola cosa y deseaba con todas mis fuerzas que en algún momento deje de ser así. 

─ ¿Y por qué debería importarme? 

Él me dio una mirada rápida, me levanté de golpe y salí de la habitación. 

─ ¿Qué tiene de malo gygy? ─preguntó bajando las escaleras a mi lado. 

─ Pudrete. 

Lo detestaba, de verdad que si. 

Entramos a la cocina y me senté en el lado izquierdo, al lado mío se debería sentar mi padre, pero solo venía a cenar con nosotros, mi madre era la que siempre estaba al medio día. 

Ella dejo la lasaña en el  centro, mientras a mi se me hacia agua la boca. 

─ ¿Por qué no has invitado a Ester? ─le pregunto a Paul. 

─ Tenia algunas cosas que hacer antes de ir al concierto. 

Empezamos a comer, y para ser sincero, mi madre cocinaba increíble. Paul sacó como siempre el discurso de lo mucho que amaba a su novia y toda esa cursiliadas. 

─ ¿Te estas preparando para tu show? 

Sabia que esa pregunta iba dirigida a mi, así que le contaste sin levantar mi mirada del plato. 

─ Si, ya hemos ensayado y decidimos darnos un día de descanso. 

─ Me parece bien, siempre hay que tener un día de descanso, hace bien. 

Paul volvió a sacar el tema de su noviazgo y yo quería ahogarlo con su jugo, me tenía harto, decía estar preparado para ser padre y el idiota no sabia prender el microondas. 

Y así trascurrido el almuerzo, pensando seriamente en quitarme las ojeras para no volver a escuchar a Paul.



 



#24331 en Novela romántica

En el texto hay: romance, , suspenso

Editado: 28.07.2021

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