Reputación Oculta

Capítulo 05.

Gael Miller.


─ No. ─soltó Thomas por décima vez. 

Llevaba una hora tratando de converserlo para que aceptara la ayuda de Isa, sin embargo, había algo que no le terminaba de cerrar, solo a él le preocupaba, Ian había aceptado desde el primer momento en el que la mencione. 

─ ¿Por qué?, capaz no den mucha comida ─intervino Ian. 

Estaba acostado en el sofá jugando con su móvil. 

─ Es un gran punto, pero no me interesa. 

Suspiré y me senté en una silla. 

─ Ni siquiera has dicho tus razones para no aceptar. 

─ Se lo que va a pasar, si aceptamos todos creerán que nos estamos colgando de su fama. 

─ Nosotros trataríamos de que no sea así, tampoco es que nos importe mucho lo que los demás digan. 

Thomas soltó un gran suspiro y tiró la cabeza hacia atrás. 

─ Bien, podemos aceptar su ayuda, pero en donde nos traten mal a los tres nos vamos de ahí.─terminó aceptando. 

─ De acuerdo, me parece bien.─le conteste. 

─ Yo también estoy de acuerdo. ─acotó Ian. 

Saqué mi móvil y entré a las redes, desde ayer lo único que hacia era entrar al perfil de Isa y ver sus publicaciones, iba a volver a guardarlo hasta que me llego una notificación de un mensaje, sonreí levemente al ver el nombre de Isa. 

─ Creo que necesito tu ayuda. 

Frunci levemente mi entrecejo y le contesté. 

─ ¿Con qué?, ¿Estas bien? 

Su respuesta tardó cinco minutos en llegar. 

─ Creo que voy a aceptar tu idea de escaparme por unos días. 

Estaba confundido, si le había dando esa idea, pero tampoco crei que lo iba a hacer. 

─ Mi propuesta de que te quedes en mi casa sigue en pie. 

Sonreí levemente cuando vi su escribiendo... 

─ Sólo tres días. 

─ De acuerdo, ¿quieres que vaya por ti? 

─ ¿puedes? 

─ Claro, en unos minutos estoy ahí. 

Guarde mi móvil en mi pantalón y me levanté para guardar la guitarra en la funda. 

─ ¿Te vas? ─me pregunto Ian. 

─ Si, tengo unas cosas que hacer, hablaré en el grupo si surge algo. 

─ De acuerdo, suerte. 

Thomas me saludó con la mano, salí del garaje y acomodé la guitarra atrás, me coloqué el cinturón y comencé a manejar al hotel donde estaba Isa, tenía solamente veinte minutos de viaje. 

Estacione en la puerta, tome mi móvil y le mande un mensaje avisandole que estaba afuera, había varios reporteros distribuidos por el lugar, junto con varios fans. 

La observé subir al auto, en el asiento de al lado mío  y se colocó el cinturón, se veía ridícula, tenía una campera totalmente negra, unos pantalones anchos azules y una peluca rubia. 

─ Necesito decirlo, te vez ridícula  ─le solte cuando empecé a manejar. 

─ Lo sé, pero era la única manera lógica que encontré para salir sin que nadie se diera cuenta. 

Sonreí levemente y observé como se quitaba la peluca y se acomodaba su cabello. 

─ Lo siento, hola por cierto. 

─ Hola. ─me detuve en el semáforo rojo y la observé fijamente. ─. Habiamos dicho algo de estar disculpandote a cada rato. 

─ No puedes prohibirme no estar disculpándome. 

─ Lo sé. 

Vi como sonreía, estiré mi mano y acomodé uno de sus mechones. 

─ No te queda muy bien el rubio. 

─ No sabia que eras estilista. 

Sonreí y volví a conducir. 

─ Yo tampoco. ─le conteste. 

Ella se acomodó en el asiento y observó el camino, mi casa estaba un poco alejada del centro, supongo que eso dentro de todo le iba a gustar, sé que habia pasado algo para que tome esta decisión que pocos lo harían. 

─ Voy a pagarte por dejar que me quede en tu casa ─soltó de golpe. 

─ No, no hace falta. 

─ Si, me sentiré mal si no aceptas. 

─ Luego lo discutimos. 

─ ¿Quiénes viven contigo? ─Isa se acomodó en el asiento quedando de costado para observarme. 

─ Mi madre, mi hermano y mi padre, pero el último siempre está de viaje por varias noches. 

─ De acuerdo. 

Cuando estacione el auto en el garaje, bajé junto con ella, me colgué mi guitarra en el hombro y la ayude con la mochila que traía. 

─ ¡Mamá tu hijo adoptado llegó! ─escuche el grito de Paul y mire a Isa. 

─ Se va a morir cuando te vea. 

─ Seguro ─sonrió 

Abri la puerta principal y deje que ella pase primero, cerré la puerta detrás mío y observe como Paul la miraba fijamente. 

─ Dale unos segundos ─me puse a su lado. 

Paul tardó en caer a tierra veinte segundos contados. 

─ ¡Mamá Isabella Jones está aquí!, ¡Estoy respirando el mismo aire que ella!, ¡Mamá! ─empezó a gritar emocionado provocando que Isa sonría. 

Obviamente por los gritos de Paul, mi madre salió de la cocina y nos observó hasta que su mirada cayó en Isa. 

─ Hola. ─murmuró Isa. 

Paul se acercó rápidamente y le tendió la mano, a lo que ella aceptó. 

─ Soy tu mayor fan, no se lo digas a mi novia, pero todo mi dinero lo gastó en cosas tuyas. 

─ Eso sonó más de un obsesionado que un fan. 

Isa soltó una suave risa antes de contestarle. 

─ Un placer conocerte. 

Tras ver que Paul no planeaba soltarla, me acerqué y les solté las manos, mi madre se terminó de acercar. 

─ Hola, soy Ana, madre de estos dos niños. 

─ Un placer, soy Isabella ─le tendió su mano, a lo que mi madre ignoro y la abrazo, ella se lo correspondió unos segundos después. 

─ Se va a quedar unos días aquí, tienen prohibido decírselo a alguien ─les dije cuando mi madre dejó de abrazarla. 

─ Créeme que por mi no hay ningún problema ─contestó Paul. 

─ Por mi tampoco, siempre serás bienvenida, ahora vayan a dejar eso y bajen a comer. 

Ella se dio vuelta y se volvió a meter a la cocina, puse mi mano en la espalda de Isa y la empujé suavemente hacia las escaleras. 

La guie a mi habitación y deje mis cosas en la cama. 

─ Haremos lo siguiente, solo hay cuatro habitaciones en la casa, tres están ocupadas y otra tiene cosas que no queremos tocar ─le comente mientras se sentaba en mi silla del escritorio ─. Lo que podemos hacer dejarte mi cama y yo traeré otro colchón aquí. 

─ Tu casa, tus reglas, así que acepto ─sonrió. 

─ De acuerdo, pero primero vamos a comer. 

Me adelante a la puerta pero tuve que detenerme cuando su mano en mi muñeca me detuvo, la observé. 

─ ¿Qué ha cocinado tu madre? ─preguntó. 

─ Es semana de pasta, así que habrá hecho alguna, ¿no te gustan? 

─ Me gusta, pero eso rompe mi dieta. 

Me acerqué un poco hacia ella y acomodé su cabello detrás de sus hombros para mirarla. 

─ Créeme que eso no te hará daño, al contrario te hara bien y te dará energía. 

─ He traído las pastillas. 

─ No las necesitas Isa, lo que necesitas es alimentarte bien sin estar preocupándote. 

Vi que se seguía cuestionando las cosas, suspiré y tomé su rostro para que me mirara. 

─ Come esta vez, sino te gusta podemos empezar a prepararte comida saludable para ti. 

─ De acuerdo. 

─ Bien, vamos. 

Tome una de sus manos y baje con ella a la cocina, me senté en mi lugar e hice que se sentara a mi lado, obviamente Paul no le quitaba la mirada de encima y le di una patada por debajo de la mesa para que reaccionara de una vez, mientras mi madre llenaba los platos de comida. 

─ ¿Vas a cancelar los shows que quedan aquí? ─le preguntó Paul, a lo que yo le di una mirada rápida para que se callara. 

─ No, lo más probable es que los van a cambiar de fecha, nunca cancelan los shows. ─le respondió. 

─ ¿Nunca?, ¿Y si te enfermas?. 

─ Debo darlos igual. ─sonrió levemente y observó a mi madre ─.  Esta riquísimo. 

─ Me alegro que te guste cielo. 

Suspiré y comencé a comer mientras Paul hablaba de lo mucho que la admiraba, no sabía si estaba incómoda porque sonreía a cada rato, por ahí si estaba incómoda pero escondía bien sus emociones. 

Observé como mi madre de levantaba a atender una llamada y salía del comedor, terminé de comer y coloque mi brazo en el respaldar donde estaba Isa. 

─ Que mucho hablas hoy, ¿Tu novia no te habla? ─le solté a Paul cuando no paraba de hablar. 

─ Por lo menos yo si tengo alguien que me hable. 

Rode los ojos y vi como Isa ocultaba una sonrisa, ella también había terminado de comer, no iba a obligarla a comer lo que ella no quería, pero trataría de evitar que siga consumiendo esas pastillas, se los efectos que eso traía en un futuro, y todavía no teníamos un confianza como para sacar ese tipo de conversación. 

─ Ya es un poco tarde, ¿Quieres ir a acostarte? ─le pregunté. 

─ De acuerdo. 

Ella hizo el amago de levantar las cosas, hasta que tire suavemente de su mano. 

─ De eso se encarga el personal, no te preocupes, vamos. 

─ Oye Gygy, ten ─me di vuelta y lo observé confundido, pero deje de mirarlo así cuando me lanzo un paquete de condón ─. La protección primero. 

─ Pudrete Paul. ─le respondí mientras guiaba a Isa a la habitación. 

─ No me parece justo que tú duermas con un colchón en el suelo. ─me dijo cuando cerré la puerta a mi espalda. 

─ No es tan incómodo, créeme. 

Saqué de debajo de la cama, el colchón que teniamos de repuesto y lo dejé al lado, mientras buscaba las sábanas. 

─ En esa puerta está en baño, puedes cambiarte ahí si quieres. 

─ De acuerdo, gracias. 

Observé como buscaba ropa en su maleta y se iba al baño y cerrar la puerta detrás de ella, terminé de preparar donde iba a dormir y me quité el buzo, para buscar alguna prenda cómoda y esperé a que saliera del baño. 

Cuando salió vi que se había cambiado a un pantalón de ositos,  tenía una remera negra y se había recogido el cabello en una coleta, me levanté de la silla y fui directo al baño para terminar de cambiarme, me lavabe los dientes y salí. 

Isa estaba observando algo en su móvil sentada en mi cama, se veía tan inocente que realmente dolía que le hicieran daño constantemente. 

Me acerqué a la cama que había improvisado en el suelo y me acosté. 

─ Gracias por dejar que me quede aquí ─me habló después de unos minutos de silencio. 

─ De nada, que descanses Isa. 

─ Tú igual. 

Apagué las luces y me acomodé para cerrar los ojos tratando de conciliar el sueño, pero nunca terminaba a dormir completamente. 

No sé si pasaron unos minutos o si habían pasado algunas horas, hasta que sentí como Isa se acomodaba en la cama, no quería abrir los ojos pero podía sentir su mirada en mi. 

─ ¿Ga? ─susurró ─. ¿Estas despierto? 

─ Un poco, ¿Estas bien? ─le contesté en el mismo tono, me acomodé en la cama y la observé un poco ya que la oscuridad no me permitía verla bien. 

─ No, ¿puedes dormir conmigo? 

─ ¿Estas segura? 

Isa emitió un sonido con su boca en señal de que si lo estaba, me aparte las sábanas y me acomodé a su lado con cuidado. 

─ ¿Mejor? ─murmuré. 

Ella no contestó sino que terminó de acortar el espacio que había entre nosotros y colocó su cabeza en mi pecho, sonreí levemente y acaricié su cabello. 

─ Ahora si, que descanses Ga. 

─ Tu igual Isa. 

Tome un poco de sabana y le tape la espalda para seguir acariciando su cabello, poco a poco sentí como su respiración se volvía más lenta, se sentía bien tenerla a mi lado, no quería acostumbrarme, porque temía que si lo hacía ambos íbamos a terminar mal. 

Pero había algo en ella que desprendía paz, que hacia las cosas más llevaderas y de alguna forma me tranquilizaba. Si era muy bonita, si tenia mucho talento, pero creo que lo más importante en ella eran sus sentimientos y en la forma que veía el mundo, y por eso sentía la necesidad de protegerla, no quería que nadie le arrebate ese brillo especial que tenía. 

Cerré en los ojos y pude conciliar luego de unos minutos, y podría decir que fue una de las mejores noches que pude dormir como un niño en paz.



#24328 en Novela romántica

En el texto hay: romance, , suspenso

Editado: 28.07.2021

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