Isabella Jones.
Realmente después de mucho tiempo me sentía cómoda donde estaba y no quería volver, pero si quería llevar mi plan en estos días debía volver a la verdadera realidad y empezar a mover mis contactos.
Las cosas dieron un pequeño giro con Gael, tratamos de hacer las cosas más llevaderas y no estar constantemente pensando en lo que iba a pasar y el daño que podría generar. Me sentía feliz a su lado, me atraía pero no lo sentia como un enamoramiento todavía.
Gael me daba mi espacio y respetaba la mayoría de mis decisiones, tratábamos de solo mostrar nuestros afectos cuando estábamos solos, si bien él confiaba en la gente que tenía su alrededor, yo no los conocía y sinceramente nunca se termina de conocer a las personas.
Ya iba a ser mi tercer día con la familia Miller, al padre de Gael no pude conocerlo personalmente ya que estaba de viaje de negocios, sabía que er uno de los abogados más destacados e importantes en New York, se especializa en la rama del derecho penal y le iba demasiado bien para ser real.
Había dicho de estar solo tres días pero luego decidí quedarme cuatro, me asustaba las medidas que iba a tomar Malik cuando vuelva, los shows que tenía hace dos días se habían postergado para pasado mañana, conocía esa táctica la había visto en otros artistas, lo postergaban poco tiempo en señal de presionar a los artistas. Demostraban que cuanto más tardes en volver a tus tareas más regaños ibas a obtener.
La madre de Gael también era abogada, más allá de ser buena en su profesión era una gran madre, y en el fondo desearía tener una así que se este preocupando por mi todo el tiempo. Al fin y al cabo es mejor que sean intensos a que sean secos y no demuestren absolutamente ninguna emoción hacia personas importantes.
Me encontraba en la cocina con Ana observando como hacia pasta casera, me ofrecí millones de veces en ayudarla aunque no sepa cocinar, quería hacer el intento, sin embargo, ella se oponía. Gael habia salido temprano parecía que habia surgido alguna emergencia con la banda, no me dio muchas explicaciones y yo tampoco se las pedí, estaba un poco preocupada pero trataba de estar concentrada en otra cosa.
─ Isa, ¿podrías poner la mesa? ─me preguntó Ana mientras terminaba de hacer la salsa.
─ Claro.
Me acerqué a los muebles y comencé a sacar los platos con cuidado, Ester, la novia de Paul se había quedado a dormir desde que descubrió que estaba aquí, se la pasaba rondando en la casa como si fuera suya, no molestaba pero me incomodaba un poco que este observándome a cada rato como si no me diera cuenta.
Salí de la cocina con los platos y los cubiertos, y fui al comedor a colocarlos en la mesa según en las ubicaciones de la familia.
─ Hola Isa. ─Ester entro al comedor con un short negro y una remera corta mostrando su piercing en el ombligo, mientras que su cabello estaba recolectado en una cola alta.
─Hola. ─sonreí levemente, terminé de acomodar algunas cosas, fui de nuevo a la cocina por los vasos cuando volví a la mesa Ester ya se había acomodado en un lugar.
Pensé que iba a decidir sentarse al lado donde siempre se sentaba Paul, pero se terminó sentando donde Gael se acomodaba a la hora de comer. No iba a oponerme ni a quejarme, al final ella llevaba más tiempo aquí y tenia más confianza con la familia.
─ Gael me dijo que tomabas pastillas. ─soltó de golpe mientras acomodaba los vasos.
No la conocía y no sabia si mentía o no pero siendo sincera dudaba que Gael le haya contado de cosas personales, no parecía esa clase de persona de andar de cotilla con los demás.
Quería preguntarle a él si era verdad, ya que tenía más confianza en Gael que en la chica rubia pero le terminé sonriendo levemente.
─¿De verdad? ─le pregunté por curiosidad.
─ Claro, tenemos una gran confianza entre nosotros, lo conozco perfectamente y sabe que guardo secretos.
Bueno, si esa era su manera de guardar secretos era pésima y hablaba mal de ellos.
─ Me alegro, entre cuñados se supone que hay que conocerse. ─le contesté.
─ En realidad, salimos unas cuantas veces...ya sabes algunas noches ─me miraba tan fijamente que pensaba que queria analizar hasta mis órganos.
─ Supongo que hubo algunas diferencias entre ustedes para que no sigan juntos. ─le contesté, observé la mesa asegurándome de que no faltara nada, me senté al lado donde se sentaba Paul justo frente de ella.
─ Digamos que a él no le duran las relaciones, suele aburrirse fácil... es más de tener noches de sexo y al otro día andar con otra.
─ ¿Te engaño? ─le pregunté un poco confusa.
─ Eso hace con todas, así que si te promete algo no le creas no cumple jamás sus promesas.
Trataba de no meterme en ese tema, no era nada de Gael, si nos habíamos besado varias veces pero no íbamos más allá de eso, y tampoco quería dejarme llevar por lo que Ester decía de él. Sin embargo, había algo que me cuestionaba y era lo de las pastillas, solamente Luz y Gael lo sabían, ¿cómo podría haberse enterado?, desde que yo estaba aquí no lo vi hablar a solas entre ellos sino que Gael la evitaba.
─ Aquí está. ─Ana apareció dejando una fuente en el centro, justo en el momento en el Paul bajaba de su habitación.
Parecía no importarle que este a su lado, de hecho parecía más que satisfecho, al mismo tiempo en el que se terminaba de sentar, se escuchó como cerraban la puerta principal, Gael apareció con unos jeans y una remera roja, no puso buena cara cuando vio donde su cuñada se había sentado.
Sin embargo, no dijo nada y se sentó a su lado, cruzamos miradas unos segundos y en sus ojos pude ver como me preguntaba porque estaba de este lado, a lo que yo me encogí de hombros.
Cuando Ana se termino de acomodar, comenzábamos a comer en silencio, muy en el fondo quería que sea así durante todo el almuerzo, pero Ester empezó a hablar y me empecé a sentir incómoda con las cosas que decía.