Capítulo 1

Capitulo 1. Sin salida. 

LUNA ROSE 

Nunca en mi vida he dicho que no a ninguna de las ordenes que siempre me ha dado mi padre, jamás lo he cuestionado, jamás he investigado sus asuntos y mucho menos me he involucrado en ellos porque algo dentro de mi siempre me advertía que ninguno de ellos eran buenos o legales, siempre intuí a lo que mi padre se dedicaba pero jamás quise involucrarme por lo que cuando tuve la oportunidad me mudé con mi madre, porque sabía que si me quedaba a su lado tarde o temprano él buscaría la manera de utilizarme en sus negocios sucios. 

Logré escapar de él y su basura.

 Pero para mi mala suerte mi madre murió dejándome completamente a su merced de nuevo, aún así él respetó mi decisión de mantenerme alejada de su vida ilegal, en un momento me había parecido extraña su actitud, de repente ya no me intentaba convencer de entrar a su mundo, y eso era raro. 

Pero luego, dos años después supe el por qué de su extraña actitud conmigo, él ya tenía un plan perfecto para mi. 

En resumidas palabras; él estaba en la quiebra y le pidió un préstamo enorme al hombre más poderoso del país, mi padre gastó todo el dinero en apuestas, alcohol, drogas y prostitutas, no lo invirtió en absolutamente nada, por lo que a la hora de empezar a pagar no tenía ni un solo centavo. ¿Entonces cuál fue su brillante idea, su única solución? Intentar pagarle al hombre conmigo, entregándome a él, vendiendo a su propia hija a un hombre completamente desconocido, a un hombre peligroso, un narcotraficante el cual tenía las manos manchadas de sangre inocente. Un viejo rabo verde el cual aceptó gustoso la oferta.

Entonces esa fue la primera vez que mi padre recibió un rotundo no de mi parte. Está demás decir que mi decisión no le agradó para nada, se volvió loco e intentó encerrarme en casa para entregarme a ese hombre en contra de mi voluntad. 

Y esa es la razón por la que ahora mismo me encuentro en mi auto conduciendo a una gran velocidad a través de unos grandes acantilados, intentando escapar desesperadamente de Los Ángeles, California. Intentando escapar de mi propio padre para no ser vendida como un jodido objeto. 

Lágrimas caen por mis mejillas mientras que mi pie no suelta ni un solo momento el acelerador, el cielo se encuentra nublado y a lo lejos puedo ver los rayos formarse entre las nubes, parece que una gran tormenta va a caer en cualquier momento. Mi teléfono celular vibra a mi lado sobre el asiento del pasajero, en la pantalla se encuentra una llamada entrante con el nombre de papá en ella, gruñendo frustrada lo tomo y contesto.

— Te juro maldita perra, te juro que voy a encontrarte y cuando lo haga voy a llevarte a arrastras con Máximo, ¿no entiendes que si no te casas con él me va a matar, maldita estúpida? ¡Regresa ahora mismo maldita mocosa! 

— ¡Entiende de una vez por todas, no voy a casarme con él! ¡no me puedes obligar a casarme con un viejo! 

Mi garganta arde al gritar tanto pero no me importa, de alguna forma u otra necesito descargar esta rabia que siento por dentro. 

— ¡Regresa ahora mismo Luna! Te recomiendo que regreses voluntariamente porque si voy por ti te juro que te voy a hacer sufrir, perra.

Lloro descontroladamente sintiendo el miedo carcomerme el alma, sé que habla en serio, sé que va a buscarme hasta por debajo de las piedras, no tengo escapatoria, no hay salida para mi. 

— No voy a regresar.—murmuro con la voz ronca mirando de reojo el acantilado que se encuentra a un lado de la carretera. 

— ¡Te digo que vuelvas o iré por ti, maldita sea!

Una sonrisa se forma en mis labios y hundo mi pie en el acelerador, el auto incrementa la velocidad, una curva bastante cerrada se encuentra frente a mi y se acerca muy rápido.

 — No voy a volver.—repito firme, él guarda silencio—. Y tú no vas a poder encontrarme nunca, no sino mueres antes... 

— ¿Qué mierda estás haciendo?—pregunta con evidente miedo en su voz.

 — No vas a encontrarme papá, pero si mueres algún día... espero verte en el infierno. 

El auto finalmente se estrella contra el barandal de hierro, suelto un grito desgarrador cuando el auto se alza y atraviesa el limite de la carretera directo al abismo, todo parece suceder tan lento, el grito de mi padre al otro lado de la línea es lejano, mi auto comienza a dar vueltas sin parar mientras mis cosas comienzan a rebotar de un lado a otro. La bolsa de aire sale disparada presionándome con brusquedad contra el asiento, mi cuello cruje y el golpe me deja desorientada, pierdo la noción del tiempo hasta que de pronto el auto deja de dar vueltas, mi cabeza queda sobre el volante.

Trato de mantenerme despierta pero mis ojos se cierran sin que pueda evitarlo y me sumerjo en la oscuridad deseando no volver a despertar nunca, deseando poder ir a otro mundo que no sea este; tan podrido y lleno de maldad. 

Me dejo ir sabiendo que si me voy no dejo nada. 

~~💙~~ 

KAI DAWSON

 La sirena de mi unidad suena de repente interrumpiendo nuestro almuerzo, todos mis compañeros dejan lo que están haciendo y se ponen de pie para comenzar a correr a prepararse, maldigo imitandolos y me dirijo a mi lugar donde se encuentra mi uniforme junto con las cosas que siempre debo cargar cuando voy a un rescate. No me tardo ni cinco minutos en estar listo, en segundos me traslado hacia el exterior del edificio donde ya todos se encuentrar subiendo a los camiones, estoy a punto de subir a uno cuando el líder de mi grupo me detiene. 

— ¿Qué pasa?—le pregunto confundido. 

— Tu vas a ayudarme en el helicóptero, al parecer alguien ha caído en un acantilado a treinta minutos de aquí. Eres el más ágil en estos casos, te necesito en el helicóptero Dawson. 

 Asiento sin dudarlo, pues él tiene razón. Mis compañeros están entrenados para este tipo de casos al igual que yo, pero yo me he ganado el respeto de todos cuando a la hora de actuar hago mi trabajo mejor que nadie, no es por alardear pero se puede decir que soy uno de los mejores rescatistas cuando de alturas se habla, también soy bueno en los rescates por tierra y agua, pero mi area es definitivamente el rescate por aire, supongo que la adrenalina me ayuda un poco.