Rescátame

Capítulo 6

Capitulo 6. Hola. 

KAI

 Los días transcurren con rapidez, en un abrir y cerrar de ojos se cumplió un mes y medio desde el accidente, y yo al final decidí seguir fiel a lo que siento, seguí visitando a Luna Rose procurando no descuidar mi vida y hasta el momento ha funcionado bien. Por la mañana voy a mi trabajo, algunas veces incluso debo trabajar de noche o madrugada, pero eso no me impide seguir, en mis tardes libres voy a visitar a Luna Rose al hospital hasta que las enfermeras me echan cuando la hora de las visitas termina, luego regreso a casa y paso tiempo con Kelly, aunque últimamente ella ha estado un poco extraña conmigo entiendo que a veces tenga malos días y se sienta así, por mi parte doy todo de mi para que nuestra relación siga como siempre. 

Estos días que he estado visitando a Luna me he sentido tan despejado, tan relajado, hablar con ella de todo y nada ha sido como un respiro de aire fresco para mi, cada vez que estoy con ella me vuelvo a sentir el Kai Dawson de quince años que disfrutaba de las pláticas profundas con su padrastro, aquel chico que salía a la calle a jugar fútbol con sus amigos del barrio y se sentía tan joven, tan vivo. A pesar de que no he vuelto a escuchar su voz dulce, ella me hace saber que me escucha y me entiende cada vez que aprieta mi mano y sus latidos se aceleran, ella ha mejorado muchísimo en este tiempo, su lesión casi desaparece y al menos la hinchazón de su cerebro si ha desaparecido por completo.

 Por otro lado Lyla se ha vuelto una buena amiga para mi, cada vez que ella atiende a Luna Rose hablamos de muchas cosas, la mayoría del tiempo debatimos en; qué diría Luna Rose si estuviera despierta y pudiera participar en nuestras conversaciones sobre películas antiguas, o... qué haría Luna Rose si estuviera despierta; ¿sería tímida con nosotros o sería de esas chicas a las que se les hace fácil socializar con todos? La chica sobre la camilla no era un misterio solo para mi, también lo era para sus enfermeras y los doctores que la revisaban constantemente. 

Todos estábamos cautivados por ella de formas distintas, los doctores se asombraban por su estado de salud el cual pasó de ser muy grave a recuperarse en tiempo récord, Lyla se asombraba porque a pesar de estar inconsciente la mayor parte del tiempo Luna Rose se ha robado el cariño tanto de ella como de las demás enfermeras que la cuidan, también era fan de la belleza delicada y dulce de Luna, por lo que se encargaba de mantenerla siempre limpia y bien peinada. 

Y en cuanto a mi... Para ser sincero; no hay nada de Luna Rose que no me cautive. Ella se ha vuelto alguien muy especial en mi vida, admiraba su fuerza y resistencia, a pesar de todos los malos pronósticos ella estaba saliendo adelante. Definitivamente ella era una guerrera, y yo me encargaba de recordárselo siempre, apenas podía pasar unas cuántas horas con ella por lo que procuraba aprovecharlas. No había día que no fuera a charlar con ella, incluso me había tomado el atrevimiento de comenzar a leerle unos cuantos libros de poesía, solo los que tenían mis poemas favoritos. 

Hoy era un día especial, según la información de Luna Rose, ella había nacido el día 22 de septiembre de 1993, por lo que el día de hoy ella está cumpliendo veintitrés años. Camino por el ya conocido pasillo del hospital que me dirige hacia la habitación de Luna Rose, en mis manos no solo va un ramo de flores rosadas, esta vez también llevo un pequeño regalo para ella.

 Al llegar me encuentro con Lyla haciéndole un lindo peinado al cabello castaño de Luna Rose. 

— Llegó tu príncipe azul, linda Rosie. Te lo dije mi niña.—susurra en su oído como si fuera un secreto, me río de su comentario y me adentro a la habitación para dejar las flores en un jarrón al lado de su cama. 

— ¿Qué le has dicho a Luna, Lyla?—pregunto con burla.

 Ella sonríe haciéndose la inocente.

 — Solo le dije que su príncipe la quiere tanto que no habrá día que falte a visitarla.

 Estoy a punto de hablar cuando noto algo diferente en Luna Rose. 

Mis ojos se abren de par en par y mi cuerpo entero se paraliza cuando soy consciente de que puedo ver su rostro por completo, el tubo del respirador artificial ya no está más en su boca, ella realmente está respirando por si sola, ahora puedo volver a ver sus labios rosados, mi corazón da un salto de emoción y miro a Lyla quien ya se encuentra mirándome con una gran sonrisa. 

— ¿Qué pasó con el respirador artificial?—pregunto en un hilo de voz.

 — Ella ya no lo necesita Kai, comenzó a respirar por si misma ayer por la tarde después de que te marcharas. Los doctores la revisaron y vieron que sus pulmones estaban trabajando solos, eso quiere decir que sus cerebro está respondiendo con normalidad nuevamente. Ahora lo único que están esperando es que despierte para ver si la lesión dejó secuelas. 

— Secuelas.—repito asustado, Lyla asiente haciendo una mueca. 

— Este tipo de lesiones deja algunas secuelas como la dificultad para pronunciar algunas palabras, hacer algunos movimientos o a veces se les dificulta recordar cosas, pensar mucho. Son muchas cosas las que podrían pasar Kai, pero tú y yo conocemos a Rosie y sabemos que es una luchadora, yo sé que pase lo que pase ella va a superarlo. Mírala, sobrevivió contra todo pronóstico. 

Asiento despacio dirigiendo mi mirada de nuevo a ella, luce tan tranquila, completamente ajena a nuestra preocupación. Sus mejillas pálidas ahora tienen un ligero rubor que combina con sus labios carnosos y rosados, su pequeña nariz respingona y sus largas pestañas oscuras que rozan el inicio de sus pómulos. Ella es preciosa.

 — Debo ir a atender a otros pacientes, así que los dejaré solos.—avisa Lyla recogiendo algunos papeles—. No te preocupes Kai, ella estará bien. Me voy, cuídame a la Bella Durmiente, ¿si?

 Le sonrío apenado y asiento.




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