Rescátame

Capitulo 8

Capitulo 8. Confusión. 

KAI

 Los siguientes días son muy difíciles para Luna Rose, pues su cuerpo se negaba a responderle con normalidad, muchas de las palabras que ella quería formular no se lograban entender bien, muchas veces su cuerpo hizo algún movimiento involuntario asustándola y provocándole algunos ataques de pánico, a veces, cuando estaba leyéndole o hablándole de mi día ella se quedaba en silencio durante mucho tiempo, como si su mente entrara en algún tipo de limbo ante tanta información. Así que decidí no leerle más para no agotar su mente, aunque ella no tardó en notar mi acción no dijo, ni hizo nada más que llorar en silencio. 

Cada día era una prueba diferente, ella se esforzaba mucho, pero cada vez que fallaba se enojaba, lloraba, se alejaba de todos y su humor se volvía oscuro. Pero allí estaba yo, dispuesto a soportar cada cambio de humor que tuviera, dispuesto a ser su hombro para llorar, a ser su amigo fiel. 

Pero sobre todo yo quería hacerla sonreír, hacerle saber que ella podría con esto y mucho más, no me daría por vencido con Luna Rose, porque yo quería verla de pie, fuera de esa camilla, fuera de ese bendito hospital, quería verla ser feliz. Pero entonces, después de tantas pruebas, vino la peor de todas; las fisioterapias, para que Luna vuelva a caminar. 

El primer día no me dejaron entrar con ella, y eso la puso muy nerviosa lo que a su vez provocó que estallara en un llanto desgarrador cuando no pudo mover su cuerpo como se lo indicaban. Así que decidí pedir un permiso especial a su doctor para que me dejaran estar con ella en las sesiones, mi presencia parecía darle tranquilidad y más confianza. Poco a poco, día a día, ella iba mejorando.

 Pronto había empezado a hablar con más fluidez y solo una que otra palabra salía mal pronunciada, ella también comenzó a mover los dedos de sus manos y pies, así como las muñecas, los brazos y un poco sus piernas. 

— Muy bien Luna Rose, esta vez vamos a aventurarnos un poco.—exclama el fisioterapeuta señalando con la cabeza dos pasamanos de unos cinco metros cada uno que forman un pequeño camino.

 Luna Rose mira al hombre completamente aterrada. Apenas han pasado dos semanas desde su primera sesión, quizá piensa que aún es muy pronto para comenzar a dar sus primeros pasos. 

Entiendo su miedo pero retrasar las cosas tampoco es la solución. 

— Empezaremos a aprender a caminar de nuevo, no te preocupes, pararemos en cuanto tú lo digas, ¿de acuerdo? 

— ¿Qué pasa si me caigo?—susurra en un hilo de voz.

 — Vamos a hacer algo, tú vas a apoyarte de estos pasamanos y Kai va a sostenerte de la cintura para darte más seguridad. Pero solo haremos esto los primeros días, más adelante cuando sientas más confianza necesito que lo intentes hacer tú sola. 

Ella asiente mordiendo su labio inferior, algo dentro de mi pecho se remueve al ver su tierno rostro lleno de temor, luce como una pequeña niña indefensa. La ayudo a ponerse de pie un rato más tarde, mis manos sostienen con firmeza su cintura, ella viste una camisa blanca ajustada un poco corta que deja algo de piel descubierta, mi toque es directo y puedo sentir su piel caliente junto a la mía. 

Puedo notar un breve temblor en todo su cuerpo en el preciso instante en el que la toco, pienso que se debe a los nervios de volver a caminar, así que me apego mucho más a su cuerpo para darle confianza.

 Un suspiro pesado se escapa de su boca y sus manos se aferran a los tubos.

 — ¿Estás bien?—le pregunto en un susurro, la piel de su cuello se eriza visiblemente cuando mi aliento choca contra él. 

— Si, solo...—ella aclara su garganta—... No me sueltes. 

— Sabes que no lo haré.

 Luna Rose asiente y una de sus manos suelta el pasamanos para colocarse sobre la mía. Ahogo mi respiración ante ese pequeño gesto y me maldigo en mis adentros porque con ese pequeño toque ella ha sacudido todo dentro de mi, unas repentinas ganas de abrazarla fuerte me invaden pero el contenerme ya se ha hecho una costumbre para mi porque desde que ella despertó he estado conteniendo mis impulsos constantemente, recordándome que para ella aún soy un desconocido y que yo ya tengo a alguien que me espera en casa. 

Pero a veces simplemente no puedo evitar desear probar la fruta prohibida de sus labios, abrazarla hasta que ya no me queden fuerzas, que ella me mire con esa mirada llena de ternura y brillo toda la vida. No puedo evitar soñar con Luna Rose algunas noches, no puedo dejar de pensar en ella cuando estoy lejos, esto que ella provoca en mi parece crecer más y más con cada día que pasa. 

— ¡Muy bien enamorados, comiencen! 

Le lanzo una mirada al instructor queriéndole dar un buen puñetazo por bocón, él me sonríe con todos los dientes y hace una seña con la cabeza invitándonos a proseguir. Desde donde estoy puedo ver la piel de Luna Rose completamente roja, me encantaría ver su cara de niña indefensa con todo ese sonrojo.

 Ella vuelve a sujetarse del pasamanos y comienza a intentar dar pequeños pasos.

 Al principio se le hace bastante difícil pero poco a poco sus pies comienzan a moverse lentamente, un tiempo después sus pasos son sumamente cortos pero al menos ya logra avanzar. 

En un dado momento cuando vamos a la mitad del camino el cuerpo de Luna Rose pierde la fuerza de repente y comienza a caer hacia delante, mis manos actúan rápidamente reforzando el agarre pero como me ha tomado por sorpresa mis pies se enredan entre sí y yo también comienzo a caer.

 En ese momento me vuelvo el maldito Spiderman y mis reflejos salen a la luz. 

En cuestión de segundos que dura nuestra caida; logro atraer a Luna Rose hacia mi y no sé cómo mierda hago pero termino recibiendo el golpe yo y ella cae sobre mi pecho estrellándose contra mi cuerpo. Me recuesto sobre el suelo respirando agitado y ella esconde su rostro entre la curva de mi hombro y mi cuello, es entonces cuando me doy cuenta de nuestra íntima posición. 




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