Capítulo 11

Capitulo 11. En las nubes.

KAI

Llego a casa con una sonrisa enorme en los labios, me acuesto sobre mi cama recordando que hace apenas unos momentos pude tenerla entre mis brazos, pude probar sus labios rojos y pude confesar que la amaba en voz alta, cierro mis ojos y el recuerdo de mis dedos acariciando su delicada piel regresa a mi mente al igual que todos los suspiros que le robé, no puedo superar la forma en la que ella se entregó por completo a mi, no supero que haya sido ella la primera en confesar su amor, pero agradezco que lo haya hecho porque así pude aceptar mis sentimientos por completo y confesárselos en ese mismo instante. 

Sus ojos azules celestes se quedan conmigo esa noche, su sonrisa tímida y su voz suave y melodiosa también, el recuerdo de sus pequeñas manos acariciando mi pecho y mi espalda aún late sobre mi piel. Fue un momento tan único, jamás había sentido tanto en mis treinta años de vida, nadie nunca pudo hacerme sentir lo que ella me hizo sentir esa tarde, al igual que ella yo también entregué todo de mi, mientras le hacía el amor le di absolutamente todo de mi; mi amor, mi confianza, mi corazón y alma, ella es la dueña de todo eso ahora.

Al día siguiente llego a mi trabajo a tiempo, pero mi cabeza esta en las nubes pensando en la hermosa princesa que me espera en aquel hospital, le prometí muchos besos hoy y le pienso cumplir. 

— No me digas que por fin te diste cuenta de que has caído, niño.—Jefe me mira con burla sentado en una de las mesas de la cafetería. 

Me siento frente a él bufando. 

— No sé de qué hablas, anciano.

— Bueno, dile eso a esa sonrisita de idiota con la que has venido al trabajo el día de hoy.—comenta dándole una mordida a su sándwich de atún—. Yo sabía que esto iba a pasar, solo que no esperé a que pasara tan rapido. Es un alivio que haya pasado ahora que estas soltero, ¿te imaginas que hubieras sido un asqueroso infiel? Aunque a mi nunca me agradó la Carly esa. 

— Cierra la boca viejo, y se llama Kelly.—lo corrijo sacando mi desayuno para comenzar a comer, mi estómago ruge.

 — Bueno, ¿y vas a contarme qué fue exactamente lo que pasó? Me hago una idea pero quiero saberlo de tu boca de mocoso enamorado. 

— Eres un viejo chismoso. 

— Cierra la boca y cuéntame.—se ríe. 

Sonrío de lado recordando todo lo que pasó ayer con Luna Rose. 

— Pues... todo empezó cuando ella me besó de repente, solo fue un toque rápido pero fue suficiente para hacerme perder el control. Lo que pasó después no te lo contaré ni en chiste, eso quedará entre ella y yo, pero si puedo contarte que fue ella quien me dijo lo que sentía primero.

 Jefe abre los ojos ante la sorpresa, su boca se abre y un pedazo de pan cae de nuevo al plato, ahogo la risa y mastico mi comida. 

— ¿Ella lo confesó primero? Por Dios niño, ella es más valiente que tú, qué decepción... Nunca espero nada de ti y aún así siempre logras decepcionarme.—niega con la cabeza sonriendo de lado—. Me asombra pero lo veía venir, la verdad me alegra que hayas encontrado a alguien que realmente valga la pena Kai, creo que esta historia entre tú y ella es muy especial, sus hijos van a amarla cuando se la cuenten. 

Me río negando con la cabeza. 

— Gracias viejo, yo creo que ella es la indicada, sé que esta vez no me he equivocado. Ella me ama, creo en ella, sé que no va a herirme, estoy confiado y definitivamente estoy perdido por Luna Rose, ella me atrapó, viejo.

 Axel sonríe mirándome con orgullo. 

— Lo sé, niño. ¿Sabes? Ahora mismo me recuerdas a mi cuando era más joven, tenía veinticinco años cuando conocí a mi hermosa Violet, ella era la hija del dueño del hotel en el que yo trabajaba como valet parking, ella venía de regreso de sus vacaciones con su hermana mayor y yo las recibí, cuando esa mujer bajó de ese auto y me miró con los ojos más humildes del mundo simplemente robó mi corazón.—cuenta con un aire nostálgico—. Solo te diré que a la semana siguiente ya estaba planeando hacerla mi esposa, pero mi suegro nunca me aceptó, tuve que luchar por tener una buena profesión para poder pedirle su mano formalmente. Fue un camino duro pero logré que esa chica se convirtiera en mi esposa. 

— Es una buena historia viejo, la verdad es que Luna Rose es la mujer con la que siempre soñé, hacerla mi esposa suena como una buena idea pero tal vez en unos años, ahora mismo lo único que quiero es que vivamos esto que tenemos, protegerla de todo y hacerla sentir como una reina. 

— Esa niña debió haberte hecho brujería, te conozco desde hace años y nunca te había visto así, ni siquiera cuando conociste a Kennia... 

— Kelly.—ruedo los ojos.

 — Si, si, Kennia, Carly, Kelly... Es lo mismo.

 Me río en contra de mi voluntad, a Jefe nunca le agradó Kelly, solo le bastó mirarla una vez para que eso ocurriera. Supongo que los amigos tienen como un sensor invisible que les indica si las novias de sus amigos son o no son para ellos. 

Para nuestro alivio esta mañana todo parece estar tranquilo, la sirena suena una sola vez y tan solo tres de nuestros compañeros asisten al lugar del accidente pues no es tan grave como para ir todos. Pero cuando casi llega mi hora de salida el ruido de la alarma comienza a sonar, esta vez se trata de un autobús escolar que se ha desviado del camino y ha quedado al borde de un viejo puente de cemento, la caida no es profunda, pero hablamos de un pesado autobús lleno de niños de seis a once años, el peso provocaría que diera varias vueltas y los niños no lo soportarían, sus cuerpos son mucho más frágiles. 

Tardamos unos diez minutos en llegar con el helicóptero, para mi sorpresa el accidente sucede a una cuadra exacta del hospital Centinela, Jefe y yo bajamos a la carretera donde el tráfico está detenido por completo y enganchamos los arnés. Del helicóptero uno de nuestros compañeros nos lanza dos soportes para asegurar el autobús, con sumo cuidado y con la ayuda del arnés logro poner uno de los soportes en la parte trasera, Jefe intenta poner el otro en la parte frontal del pesado vehículo pero un mal movimiento provoca que este se mueva bruscamente y su mano quede atrapada entre el suelo y el autobús.