Rescátame

Capítulo 12

Capitulo 12. Los últimos días. 

LUNA ROSE 

El doctor de Kai nos encuentra en la habitación después de una hora, debo poner mi más convincente cara de cachorrito abandonado para que me deje quedarme con Kai toda la noche pero al final el señor termina aceptando, no muchos pueden resistirse a mi cara de cachorrito abandonado. Así que me quedo al lado de mi príncipe toda la noche y resulta ser una buena idea porque en medio de la madrugada él se despierta por el dolor intenso en su brazo, debo llamar al doctor para que lo revise y le de medicamento. Me preocupa que lo de su brazo sea más grave de lo que me dijo Lyla. 

Por la mañana soy la primera en despertar, el día es soleado afuera. Mis ojos buscan de inmediato a mi príncipe, él duerme como un niño pequeño, su brazo sano sigue rodeándome y apretandome contra su cuerpo, su pecho sube y baja con tranquilidad, sus labios entreabiertos y sus suaves ronquidos me causan tanta ternura, dentro de mi pecho todo se siente correcto, como si mi hogar fuera estar entre sus brazos. 

Una sonrisa se escapa de mis labios y escondo mi rostro en su cuello sintiendo el perfume delicioso que suele usar, no puedo explicar lo bien que se siente despertar a su lado, no puedo evitar imaginarme lo feliz que sería mi vida si despertara de esta forma todos los días de mi vida. 

Sería como vivir cada día un sueño hermoso. 

Pero no puedo engañarme, mientras mi padre esté vivo y suelto allá afuera no voy a poder vivir una vida tranquila, aunque me duela pensar que voy a estar lejos de mi rescatista; debo irme cuanto antes. Debo huir lejos de esta ciudad antes de que mi padre me encuentre, quizá aún tengo tiempo de huir. Él no conoce a mis amigos asi que no sabrá donde buscarme, en cuatro días seré dada de alta y es en ese momento que debo salir corriendo a como de lugar antes de que él me encuentre y me lleve con aquel hombre. Amo a Kai, y no sé que pasará con nosotros, pero debo irme o sino seré vendida y obligada a vivir una vida de desgracia, infelicidad y horror. Alzo mi mirada de nuevo hacia él para poder apreciar su hermoso perfil, luce como un niño pero al mismo tiempo también como un hombre fuerte, ahogo un suspiro mientras lo miro embobada.

 En la escuela tuve muchos novios, no voy a mentir y decir que jamás tuve uno porque tuve varios, algunos serios y otros que fueron solo un juego, disfruté de mi adolescencia como toda chica de esa edad lo haría, viví lo que tenía que vivir y no me arrepiento, porque ahora que soy adulta puedo darme cuenta de que lo que siento por Kai va mucho mas alla de una simple atracción física, o un capricho de niña tonta, no es solo cariño o gratitud, yo realmente estoy enamorada de él, lo que siento es tan real que incluso me intimida porque es un sentimiento intenso y nuevo para mi. 

No miento cuando digo que nunca nadie me había hecho sentir así; tan viva, tan embobada, tan perdida. 

Dejándome llevar por un impulso tomo la fuerte barbilla de Kai y lo obligo a ladear el rostro para así poder besar sus labios con cuidado pues en la comisura izquierda tiene pequeñas heridas, dejo pequeños besos suaves sobre su boca y de reojo veo que sus párpados comienzan a entreabrirse. 

Oculto una sonrisa y continúo dejando besitos sobre su deliciosa boca, él ahoga un suspiro y sus dedos presionan la piel de mi cintura sobre la suave tela del vestido, un gruñido silencioso se forma en su garganta dejándome saber que ya se encuentra despierto. 

— Buenos días.—murmuro antes de dejar un momento largo mis labios sobre los suyos robándole de nuevo un profundo suspiro. 

— Buenos días. 

Me separo de él para poder mirarlo a los ojos, Kai abre los ojos perezosamente y fija su mirada verdosa sobre mi. La Luna Rose tímida regresa pues debo parecer un espantapájaros con la cara hinchada y el cabello revuelto, pero entonces él dice algo que me hace sentir incluso más hermosa en este estado. 

— Dios, creo que morí y ahora estoy en el cielo, mis ojos están mirando al ángel más precioso que jamás han visto. Qué afortunado soy de poder apreciar tu belleza tan cerca y poder decirme a mi mismo que eres mi hermoso ángel.—susurra con la mirada brillante. 

Mi corazón se vuelve loco al escucharlo y mis mejillas parecen querer estallar. Suelto una risita nerviosa y junto mi frente con la suya, mi mano acaricia su mejilla con suavidad, la punta de mis dedos recorren sus labios mientras muerdo los míos deseando poder saborearlos de nuevo. 

— Tú eres mi ángel Kai Dawson, me has salvado de muchas formas. 

Él sonríe de lado mientras acaricia mi nariz con la suya. 

— Ha sido el mejor despertar de mi vida, Luna Rose.—comenta con su voz ronca ocultando su rostro en mi cuello, al instante su boca comienza a besar mi piel haciéndome cerrar los ojos—. Me encanta el aroma de tu piel Rosie, me encanta cuando te beso aquí y tu cuerpo reacciona a mi toque... 

— No deberíamos estar haciendo esto ahora mismo Kai, alguien puede entrar y vernos así. 

— ¿Así cómo?—ronronea como un tierno gatito, me río disfrutando de su nuevo tono juguetón. 

— Así... tan desesperados por disfrutarnos.—susurro pasando mi mano por su cabello—. Estás tentándome a algo que no podemos hacer ahora que estás herido... 

— Aunque mi brazo duela como el infierno yo puedo hacerte tocar el cielo de nuevo, preciosa, estoy muriéndome de ganas de volver a tocar el paraíso de tu cuerpo.—pronuncia sobre mi cuello, un suspiro se escapa de mi boca—. Pero sé que en cualquier momento alguien va a entrar por esa puerta, así que voy a controlar mis ansias de tenerte de nuevo. 

Casi hago un puchero pero entiendo que estamos en el lugar y en el momento menos indicado para hacerlo, aquella vez fue gracias a que ya no necesito que estén vigilándome a cada rato, de lo contrario no creo que hubieramos llegado a tanto. Así que en contra de mi voluntad lo obligo a salir de su escondite para poder encararlo y hablar de un tema muy importante. 




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