Rescátame

Capítulo 28

Capítulo 28. Están solos.

KAI

Mis ojos se encuentran fijos en otro par de pequeños ojitos verdosos que me regresan la mirada con inocencia, una sonrisa de pura adoración se forma en mis labios mientras me encuentro completamente perdido e hipnotizado por la mirada tierna y amorosa de la pequeña princesa de tres meses que se encuentra recostada sobre mi pecho la cual no deja de mirarme como si mi sola presencia le causara una inmensa alegría, como si yo fuera lo más asombroso que sus ojos dulces han visto en el mundo. Mi preciosa Hope Liana ya es una hermosa bebé regordeta de tres meses recién cumplidos.

Y es que el tiempo ha comenzado a avanzar con rapidez.

La policía sigue sin encontrar a Victor y nosotros seguimos resguardándonos en el departamento saliendo solo cuando es estrictamente necesario y siendo respaldados por al menos dos agentes que vigilan el edificio. Han sido días agridulces para nosotros; por más que intentemos seguir nuestras vidas con normalidad por nuestro bien y el de nuestra hija es casi imposible sabiendo que somos acechados por una bestia sedienta de venganza que cuenta con la ayuda de otra mucho más peligrosa. Por más que yo intente mantenerme sereno no puedo hacerlo, estoy alerta todo el tiempo esperando el momento exacto en el que tendré que olvidarme de mis principios y convertirme en alguien despiadado, en alguien que no piense mucho a la hora de proteger a mis chicas.

He estado mentalizándome todos estos días, y dado el momento no me tentaré el corazón a la hora de actuar. No porque yo quiera ser una mala persona, sino porque es lo que debo hacer para asegurar el bienestar del amor de mi vida y el de mi princesa.

No estoy dispuesto a perderlas, a ninguna de las dos.

Sé que no soy perfecto y como humano tengo mis errores, pero estoy dispuesto a todo por mis chicas, porque quiero ser merecedor de ellas y si algo les llega a pasar mi vida no tendrá sentido alguno. Ahora entiendo a papá, ahora entiendo su desespero por darnos una mejor vida a mamá y a mi, ahora entiendo por qué siempre miraba la angustia en sus ojos cada vez que se daba cuenta de nuestras necesidades, ahora más que nunca entiendo el por qué de sus malas decisiones. Y es que Allen Dawson no pudo soportar tanta desesperación, angustia y necesidad, lo que más lo ponía en desespero era ver cómo a causa de su despido la mujer que habia sido su compañera desde hace muchos años y su hijo soportaban hambre, y además de eso el que las cuentas fueran acumulándose una tras de otra iban aumentando el estrés, la depresión y la ansiedad, sin duda alguna esa fue la gran gota que derramó el vaso y lo obligó a tomar un camino incorrecto.

Ahora me pongo en sus zapatos y entiendo su actuar. Luna Rose y Hope son todo para mi, y sé que haría lo que fuera por ellas.

El balbuceo de Hope me atrae de nuevo a la realidad, el sonido de ollas y platos se escucha desde la cocina y suspiro sabiendo que mi Bella Durmiente se encuentra poniendo el departamento patas arriba de nuevo; se ha encargado de mantenerse ocupada todo el tiempo para no pensar tanto en el hecho de que su padre anda suelto afuera acechándonos como si él fuera un maldito león y nosotros sus débiles presas. Me duele verla intentando ocultar su angustia, me duele escuchar su llanto silencioso por las noches, me duele no poder hacer más que abrazarla para intentar calmar su miedo. Quisiera poder hacer más y asegurarle que todo estará bien, pero no puedo mientras ese ser despreciable nos persiga, necesito ponerle un fin a esto cuanto antes.

Suspiro.

— Eres mi más grande regalo, ¿lo sabes, verdad?—murmuro a la bebé risueña que balbucea inquieta como si yo pudiera entenderle—. Así es Hope, eres la princesa de papá. Papá va a protegerte cariño, mientras yo esté vivo nadie podrá lastimar a mi pequeña.

Beso su cabecita la cual ya tiene un poco más de cabello rubio oscuro, respiro profundamente aspirando su dulce olor a bebé y aprieto su cuerpecito contra mi pecho queriéndola proteger de todo mal. Hace tres meses no sabía de su existencia y ahora ya no me imagino mi vida sin ella y su mamá. Es simplemente mágico cómo el haberme cruzado con Luna Rose le dió a mi vida mucho más sentido, antes vivía completamente dedicado a mi trabajo, a mi mamá y a mi vida cotidiana, ahora vivo por ellas dos; una es el amor de mi vida y la otra es mi tesoro más preciado, no me imagino sin ninguna de las dos. Son mi vida.

Una hora más tarde Hope finalmente se duerme sobre mi pecho después de horas luchando contra el sueño y con cuidado la coloco en su cuna, la acobijo bien y me encargo de acercarle su animalito de peluche favorito antes de ir a buscar a mi Luna Rose dejando la puerta de la habitación abierta por si mi dulcesito se llega a despertar.

No tardo en encontrar a la dueña de todos mis pensamientos en la cocina; se encuentra organizando la alacena, ordenando las cosas según su fecha de vencimiento. No sé de donde saca tanta paciencia para hacer todo eso, yo solo tiro las compras como caigan y las dejo allí hasta que decida utilizarlas. Sé que lo hace para distraerse pero yo en su lugar ya hubiera dejado eso de lado y me estuviera echando una maratón de Game Of Thrones devorándome una buena pizza de tres quesos, con mucho jamón porque detesto el peperoni.

— Creo que tendré que decirle a Hope que su madre se ha vuelto una obsesa del orden.—pronuncio alto haciéndola brincar del susto.

Ella se queja cuando su frente se estampa en una de las repisas de madera a causa del sobresalto.

— ¡Auch!

Reprimo la risa observándola ponerse de pie con una mano en la frente, mi chica me lanza una mirada de reproche mientras se acerca torpemente a mi.

— Y yo tendré que decirle que su padre es el responsable de la segunda cabeza que me saldrá en la frente.—dice con un deje de diversión—. Solo estaba... Ordenando las compras que trajo tu madre, ella se ha portado muy bien, ¿no crees? Ha sido de mucha ayuda estos días, en realidad todos lo han sido. No sé cómo agradecerles tanto apoyo.




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