En el gran palacio del reino Águila de Oro, en el interior de la gran biblioteca, se encontraba el segundo hijo del rey, sentado en el suelo con varios libros a su alrededor.
Sus hermanos quisieron convencerlo de ir al reino Fénix e invitar a la princesa Stephanie para disfrutar ése "hermoso" día, pero se negó.
Afuera hacía mucho calor, no le veía nada de bueno a ése día.
- Saludos, príncipe Samuel, ¿me recomienda un libro?
El ojiverde se asustó un poco al oír ésa voz y volteó su rostro para ver como la princesa Stephanie, se sentaba a su lado en el suelo, sólo siendo separados por unos libros.
-Yo...
El chico se puso nervioso, no sabiendo que decir ya que realmente no había tenido una conversación con la princesa Stephanie.
La chica, con poco interés por la actitud del chico, agarró un libro y miró al nervioso príncipe.
-Sé que te sientes mas cómodo con el caballero que con la princesa, pero realmente hace bastante calor para usar la armadura, espero no te molesté.- explicó la chica antes de abrir el libro que agarró y ponerse a leerlo, tranquilamente.
Samuel quedó viéndola con nervios, aún sorprendido por su inesperada visita y por el hecho de que actuaba tan casual con él.
No era bueno para las convenciones y mucho menos sí era con una chica, ¿qué se supone que le tenía que preguntar o decir?
¿Debía preguntar sí ya rescató a otros príncipes de las garras de un dragón?
El muchacho, dejó de pensar en ésas cosas al darse cuenta de que ella leí su libro de manera concertada, sin darle importancia a buscar un tema de conversación.
En verdad, Stephanie era una chica muy segura de sí misma y hacía lo que quería, no como él que es un cobarde.
El chico dio un suspiro profundo y se puso a continuar la lectura del libro que tenía en manos.
Dos personas no necesitan hablar exactamente para pasar un agradable momento, con sólo hacer algo que a ambos le divierte, es mas que suficiente mientras se sientan cómodos.
Las horas pasaron y pasaron, y ellos sólo intercambiaron un par de palabras, sólo para dar la opinión sobre libros que leyeron, haciendo que ésa barrera incómoda que había desde que Samuel descubrió la identidad de Stephanie, desaparezca.
Mientras que afuera de la biblioteca, la noche era próxima y los otros príncipes, se dirigían a buscar a su hermano.
-No puedo creer qué ésa rata de biblioteca no salió en todo el día.- dijo Jax, no sabiendo sobre la visita que tenía su hermano.
-Sí, él estuvo todo el día bajo el seguro techo de la biblioteca y yo casi cometo el error de acabar con una bella rosa.- dijo Arturo, negando con decepción.
-Sí, no puedo creer que... espera, ¿qué hiciste que?- preguntó Jax, mirando a su hermano con seriedad mientras éste palidecia.
¿En qué tantos problemas se metería cuando descubran lo que hizo?
Los dos abrieron la puerta de la biblioteca y se sorprendieron al ver a su padre y hermana, mirando algo a escondidas.
Los dos hermanos se miraron entre sí y se acercaron.
-Oigan, ¿qué hacen?
¿A Samuel otra vez se le cayeron muchos libros encima y no puede salir?- preguntó Jax, recordando uno de los tops 100, momentos de risa hacía Samuel.
Iris, volteó a verlo y le hizo señal a ambos para que se acerquen, siendo obedecida.
Los dos hermanos se acercaron con cuidado y se asomaron para ver como su hermano, leí un libro con la princesa Stephanie, los dos con sus hombros pegados y el sosteniendo el libro.
-No puede ser, la princesa nos engañó y también es una rata de biblioteca.- susurro Jax, recibiendo las miradas de enojó de su familia, haciendo que se ponga nervioso.
La princesa del reino Fénix, dio un suspiro profundo y miró a su compañero de lectura.
-Ya va siendo hora de que me vaya.
Se está haciendo tardé y vine en el caballo de mi padre que es el mas rápido que tenemos, por lo que sí no se preocupa por mí, lo hará por su amado caballo.- dijo la chica mientras alejaba el libro y se ponía de pie, aún ignorando las miradas de los demás miembros de ése castillo.
Los notó al instante pero no dijo nada o el ambiente que logró con Samuel se iba a arruinar.
El chico se puso de pie de manera algo torpe y casi tropieza pero ella lo rodeó con sus brazos, impidiendolo, haciendo que Samuel levanté la mirada y se sonroje al ver el sonriente rostro de la princesa.
Iris al ver éso, se contuvo un gritó de emoción, mientras que los tres hombres que vieron éso, sólo quedaron con la mirada en blanco.
Como que todo estaba bien pero... ¿no era al revés que tenía que suceder éso?
El chico, se apuró en pararse firme y aclarar su garganta.
-¿Deseas qué... te acompañe?- preguntó, intentando hablar con voz gruesa pero se dañó la garganta, terminando de hablar con voz chillona, sonrojandose de la vergüenza.
Stephanie sonrió y negó con la cabeza.
-Conozco a mi padre y una vez ponga un pie fuera del castillo, una tropa me estará esperando para escoltarme.- aclaró la chica, acertando totalmente.
En las afuera del reino ya se estaba formando un ejército como de invasión, sólo para escoltarla.
-Bueno... entonces... hasta luego.- dijo el chico, algo avergonzado.
La chica, hizo una reverencia y tomó la mano del chico antes de darle un beso.
-Espero verlo pronto, mi príncipe.- dijo ella de manera educada y nuevamente, Iris contuvo su emoción y los tres hombres, tenían la mirada en blanco.
En serio, ¿no era éso al revés?
Una vez que la princesa Stephanie se marchó, Samuel volvió a sentarse en medio de sus libros y suspiro aliviado.
Era bueno saber que las cosas con la princesa estaban bien.
-¡¿Qué se supone que fue todo éso?!
El chico se asustó y volteó el rostro para ver como Jax se acercaba, seguido por el restó de su familia.
¿Desde cuándo estaban... na, seguro recién llegaron.
-Hermano, se te cayó tu hombría y creó que a mi también.
¡Ésa chica es bárbara!- dijo Jax, sentándose a lado de su hermano.
Editado: 14.05.2021