Las tres hermanas se encontraban sentadas en el suelo, estando Andrea algo nerviosa y delante de ellas, estaban sentados los tres hermanos, estando Samuel muy nervioso y Arturo estaba algo molestó por que seis personas de la realeza se encontraban sentados en el suelo y una chica sin título se encontraba acostada en su cama, comiendo uvas.
-Así que, ¿qué dicen? ¿Jugamos a verdad o bes... digo, reto?- preguntó Candy, con su habitual sonrisa alegre.
-Claro, será divertido.- respondió Jax que para fortuna y a la vez desgracia de la princesa Andrea, ya estaba completamente vestido.
El plan de las hermanas era descubrir las maldiciones de Samuel y Arturo, y como no sabían como hablar del tema por ser algo delicado, decidieron iniciar ése juego.
-Las damas primero.- dijo el príncipe Arturo, con una sonrisa amable.
Ahora sus hermanos verían que cuando quiere, es el más encantador de la familia.
--Sí así lo quieres, haz la pregunta.- dijo Candy, con una sonrisa burlona.
Stephanie le dio un leve codazo a su hermana menor para que se comporte, mientras Jax y Samuel se aguantaban la risa al ver el rostro rojo de su enojado y avergonzado hermano.
Ésa chica en verdad lo sacaba de quicio; tenía tantas ganas de hacerle cerrar la boca y ponerla en su lugar, y lo haría.
-Princesa Candy, ¿qué se siente ser tan marima...
Y antes de que pueda terminar de hablar, sintió como su vida corría peligro, recibiendo las miradas asesinas de las dos hermanas mayores y de su hermano, Jax.
Sólo por ser un caballero, mejor preguntaba otra cosa.
-Yo... Luz, ¿verdad o reto?- preguntó el chico, mirando a la única persona que estaba cómodamente acostada en una cama.
La chica de cabello plateado lo miró, algo sorprendida ya que ella no fue a jugar, sólo andaba de curiosa, pero ya que la incluyeron, jugaría.
Levantando un dedo, el dedo índice, se lo mostró a Arturo, dando a entender que elegía verdad.
-Dinos... escriba algo de su pasado, todos tenemos curiosidad de saber un poco sobre la damisela que vive con el caballero negro.- dijo el rubio, recibiendo la chica la mirada curiosa de todos.
Luz se sentó en la cama, dando un suspiro profundo y extendió su mano para que le den algo para escribir.
El príncipe Jax, se levantó y entre sus cosas sacó un cuaderno y un lápiz, para acercarse y dárselo a la chica que se puso a escribir, algo lento.
Todos veían a la chica sin voz, en espera de que les revele algo interesante.
Sí revela el secreto de cómo comer tanto sin subir de pesó, lo usarían.
La chica terminó y levantó el cuaderno, mostrando lo que escribió.
"Pertenezco a la guardería, pero escapé cuando era niña."
Al leer éso, todos quedaron en shock, con excepción de Candy que estaba confundida.
-¿Y éso qué tiene?
Yo una vez me escapé de la academia de princesas por la ventana de la oficina de la directora, desde el octavo pisó y... oh, la guardería donde compran niños y experimentan con ellos.
Olviden lo que dije y sí alguien le dice a papá lo de recién, me vengare.- dijo ésa princesa tan particular.
El motivo por el que se graduó un año antes de la academia de princesas no es por que sea una princesa prodigio, es por que las maestras ya no daban más y se quisieron deshacer de ella, lo más rápido posible.
-¿Quieres hablar de éso?- preguntó Andrea, mirando a Luz con preocupación.
La chica, sólo negó con la cabeza antes de volver a acostarse.
El pasado es sólo un recuerdo, no viviría ni sufriría por el.
-Bueno... es nuestro turno.- dijo la mayor de las princesas, con una sonrisa nerviosa.
Ojalá que su querido príncipe Jax no la odié por meterse en la vida de sus hermanos.
¿Qué se supone que haría sí el príncipe Jax la odia por metiche, no se casan y ella termina viviendo en un castillo lleno de gatos, siendo alérgica a ellos?
-Claro, hagan la pregunta.- dijo el príncipe Jax, con una gran sonrisa.
Ver a Andrea tan nerviosa y justo jugando ése juego... era obvio que el objetivo era conocer sobre la maldición de cada uno de ellos y no sabían cómo preguntárselos de manera normal, pero como era divertido, no diría nada.
-Princesa Sam... digo, príncipe Samuel, ¿verdad o reto?- preguntó Candy al más nervioso en la habitación que dio un leve saltó al oír su nombre.
¿Él también estaba jugando?
Creyó que sólo estaba de espectador.
¿Qué se supone que tenía que elegir?
Sí elegía verdad, quizás le pregunté por qué es feo como un ogro y sí elige reto, lo retarian a vivir bajo un puente o una cueva, como el ogro feo que es.
Sólo podía hacer una cosa para librarse de cualquier castigo.
-Yo... yo no jue...
Y antes de que termine de hablar, Jax le cubrió la boca con una mano, lo acercó a él y lo miró con el ceño fruncido.
-Que ni se te ocurra.
Hasta el anticuado de Arturo está jugando.
Está es tu oportunidad de ser valiente y sorprender a la princesa Stephanie, así que no lo arruines.- susurro el pelirrojo, mientras su hermano veía a la única persona en la habitación que aún no había hablado y se mantenía sentada de manera firme, con una leve sonrisa, divertida por el juego.
Es verdad, ésa era la oportunidad hasta para que un ogro feo como él, sorprenda a una hermosa princesa.
Sacando la mano de su hermano de su boca, miró a la princesa Candy con determinación.
-Elijo reto.- exclamó, con firmeza.
Iba a ser el primero en atreverse a elegir reto y nada lo detendría.
-Te reto a llevar a Stephanie afuera de la habitación de mi padre, llamarlo y cuando salga, besar a mi hermana en los labios, y decirle a mi padre, "suegro, me quedaré con su hija."- dijo la princesa menor, con una sonrisa amable.
-Elijo verdad.- dijo Samuel, totalmente aterrado por ésa chica.
¿Cómo podía sonreír mientras le pide a alguien que cometa asesinato?
Ésa chica era un monstruo.
Editado: 14.05.2021