Resilencia

v e i n t i t r e s

-Creo que es una mala idea.- Murmuro Alex a mi lado, agache la cabeza para que los demás no me reconozcan.

-Cállate, es una idea buenísima.- Ben saludo a alguien que pasaba por nuestro lado y le guiñó el ojo con una sonrisa.

-No lo creo.- La mano de Alex toco mi hombro para indicarme por donde ir con un suave empujón. No lo mire, tenia miedo de que me descubrieran aunque ya sabia que eso no iba a pasar.- Me siento incomodo.

Sentí la mirada de Ben y su suspiro.

-Y claro que te sientes incomodo, quieres besar a uno de tus compañeros de trabajo y eso es contra toda ética de trabajo.

Ironía, adoraba a ese chico ahora que lo conocía fuera de las formalidades.

-Cierra la boca.- Bufo Alex nervioso y aparando la mano de mi.

No pude contenerme y me reí con disimulo.

Continuamos por las puertas de servicio, entramos a la cocina donde trabajaba la madre de Alex y cruzamos miradas agradecidas justo antes de pasar frente a un grupo de sirvientas con bandejas y perderla de vista.

Había sido muy buena conmigo, me hubiera gustado ayudarla un poco mas antes de salir de la casa a las apuradas.

-¿Podrías dejar de hacer eso?.- Ben se volteó hacia su amigo, no tenia ni idea de que hablaban pero sabia que tenia que ver con sus manos por que Alex las escondió ni bien se hizo la pregunta. Tenia curiosidad pero no podía despegar la cabeza del suelo.- Me pones nervioso.

El guardia a mi lado se encogió en hombros.- No, no puedo. Estoy nervioso.

-¿Por que? Esta todo planeado.- Sentí la sonrisa de Ben cuando hablaba y quise reírme.

-Ese es el problema, quien lo planeo.

-Yo lo planeé.

-Por eso mismo.

Antes de que sigan peleando entre ellos alguien se adelanto y se detuvo frente a mi, podía ver sus botas delante de mis ojos y solo pensar en que eran marrones y estaban gastadas.

-Identificación.- Exigió la conocida voz del comandante frente a mi. Trague saliva sin levantar la cabeza, tenia tanto dolor en el pecho que nos sentí cuando mi corazón comenzó a golpear con fuerza.

Alex se adelanto.

-Numero 201602, Guardia primero de la Princesa.- Su voz sonó firme, segura mientras Ben me tomaba por los hombros y me llevaba lejos del comandante.

-Tu.- A ese bueno para nada no se le escapo que Ben se alejara. El susodicho se volteó y me empujo detrás de él adoptando un porte relajado.- ¿A que se debe tu sonrisa, idiota?.

Mis ojos se abrieron de golpe, no sabia que los trataran así y mucho menos el comandante favorito de mi padre. Pero Ben no dejo de lado su actitud.

- Me alegra que su cara sea lo primero que veo cuando llego, Henry.- No sabia si sonreír o alzar la cabeza para intervenir, se oyó un suspiro cansado a lo lejos y un gruñido por parte del comandante.- Iluminas mis día de agotador trabajo.

-Cállate.- Bufo el comandante.- Su turno termino, largo de aquí antes que hagan dobles.

Y sin decir mas se volteó alejándose de nosotros. Exhale aire aliviada y ajuste sobre mis hombros el uniforme de guardia prestado de Alex que me quedaba demasiado grande. Yo era pequeña, lo admito, pero ese talle de ropa era exageradamente grande para alguien como él.

-¿Por que lo haces?¿Te gustaría que un día te echen?.- Alex avanzo hasta nosotros y me tomo de la mano conduciéndome por lo que faltaba de recorrido.

-Alex, yo no quería entrar.- Explico el segundo guardia con lentitud, como si lo tomara de estúpido.

Los mire a ambos lanzarse miradas furtivas intentando de nuevo saber cuantos eran sus años de amistad, pero con esa confianza solo ellos sabrían cuanto hace que se conocen. Solo se miraban, se agredían y luego volvían a ser amigos. Tan sorprendente como se escucha.

Seguimos a lo largo de un pasillo extenso hasta que nos detuvimos en un puerta.

Alex se volteó a mirarme.- Vas a tener que cerrar los ojos.

-¿Por que?.-Fruncí el ceño y mire a Ben asentir, no era la paranoia de Alex eran serio.

-Es el vestuario de hombres.

El calor me llego a las mejillas, Ben estallo en carcajadas y Alex lo miro incomodo. Asentí con la cabeza y alce la manga enorme de guardia para taparme los ojos tapándome también todo el rostro. Daba gracia tener el cabello atado y sujeto con un gorro, según Amelia no parecía hombre sino mendigo pero era mejor que parecer la princesa.

La mano de Alex tiro de mi mano y se oyó el chillido de la puerta abrirse antes que un muro de mal olor me golpeé y haga que arrugue la frente inconsciente. Que asco. Apestaba a pies, comida, axilas y algo que no pude identificar; aunque estaba segura de que no quería saber que era.

Dimos varios pasos largos y apurados, de fondo oyendo risas que llamaron mi atención.

Agudice el oído.

-...No tiene de que quejarse.- Dijo una voz grave con la diversión marcada en su voz.- Tiene esos bombones para despejarse. Nadie podría tener tanto estrés después de una noche como esa.

- Eres un pervertido.- Estallo otra voz entre risas.- Que diría tu madre si sabe que espías a las "Personales" del rey.

-Estaría orgullosa de que no sea un guardia cuidando una puerta vacía como tu.- Bufo aun riendo y supe por el tono que era una bromas interna. Se hizo un silencio y luego alguien grito.-¡HEY, BEN!.

La mano de Alex apretó la mía con fuerza y nos detuvimos.

-¿Que onda, Bufort?.- La voz de Ben sonaba demasiado relajada para lo que era una situación en la que llevaban a la princesa de un lado al otro por el castillo clandestinamente.- ¿Acosando sirvientas?.

Se oyó un bufido y me imagine a Bufort encogiéndose en hombros.- Es lo que hacemos los que no tenemos suerte para espiar a ese bombón que cuidan mientras se cambia.

Trague saliva, estaban hablando de la princesa. De mi.

- Hombre, dicen que tiene un cuerpo infernal.- Oí a una tercera voz estallar cerca de nosotros y de repente la mano de Alex me indico que me coloque detrás suyo. Plante los talones y él gruño.- Oí al Monigote Rubio que tiene unos...- La descripción se detuvo ahí y luego se oyeron risas tentaron a mi curiosidad.




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