Resilencia

C a p i t u l o v e i n t i u n o.

Los primeros rayos de luz del amanecer me despertaron. Al abrir los ojos la imagen de una habitación que no era la mía me golpeo de lleno en el fondo del cerebro. Me revolví incomoda por la posición en la que estaba y mire las paredes en las que había dormido por meses y que tanto reconocía.

Una suave respiración me congelo en el lugar y al girarme mire a Alex sentado en una incomoda silla con la cabeza lanzada hacia atrás recostado. Su pecho subía y bajaba lentamente y su boca estaba entre abierta.

Me senté en la cama con cuidado de no despertarlo y lo mire sin recato, sorprendida de verlo pero a la vez aliviada de que este ahí conmigo. Volví a recostarme de costado pero esta vez mirando en su dirección, a él, a su traje, ese con el que bailo conmigo ayer por la noche, desalineado, cortado y quemado. Mire sus labios rojizos y sus largas pestañas. Quería tomar su mano, me encantaba tomar su mano, sentir las líneas de sus palmas y los cayos en los dedos. Era otra cosa con la suavidad de mis manos, me hacia sentir que él tenia una historia de aventuras, una que yo no tuve. Por eso me gustaba tanto.

Al poco rato de solo mirarlo sus ojos se abrieron y yo fingí dormir con los ojos entrecerrados mientras él se enderezarse en la silla como si nada hubiera pasado, limpiar la línea de saliva en su mejilla y mirar hacia la puerta con disimulo para ver si alguien lo había visto quedarse dormido. Eran tan tierno que cuando se inclino hacia adelante, en mi dirección, para mirarme mas cerca, cerré los ojos con fuerza para que no se diera cuenta que fingía.

Entre abrí el ojo. Él suspiro enterrando la cabeza entre sus manos, su rodilla rozando la cama, a pocos centímetros de mi mano y su cabello revuelto. No pude evitar estirar la mano hacia él y posarla sobre su rodilla para intentar aliviarlo de lo que sea que lo le moleste, que lo tenga así.

Abrí ambos ojos y lo mire observar mi mano como si fuera un insecto venenoso, tenso en cada musculo de su cuerpo. Mi corazón se detuvo y sentí como algo en mi pecho se oprimía por verlo rechazar mi tacto uno segundos hasta que su mano bajo y tomo la mía con delicadeza mientras suspiraba cansado.

-¿Dormiste bien?.-Pregunte irónica para que no escuche los latidos de mi corazón cuando sus dedos se entrelazaron con los míos.

Casi sonríe.- Algo Incomodo.

-¿En serio?. -Inhale aire por la nariz.- Pensé que dormir en una silla con la cabeza colgando era cómodo...-Ahora si rio bajito.-...Me equivoque.

Debía de estar soñando, me dije cuando él alzo las manos unidas y acaricio mi mejilla con suavidad. Fue una sensación indescriptible cerrar los ojos y tan solo sentirlo cerca mío, sentir su mano en la mía y su respiración cerca. Sus nudillos rozaron mis labios disparando mi corazón a galopes furiosos y solo alcance a darles un suave beso antes que los aparte.

-Esto no esta bien.- Murmuro mientras se apartaba y desenredaba nuestras manos.

-¿Que no esta bien?.-Pregunte confundida mirándolo levantarse de la silla y caminar hacia la puerta para cerrarla en el caso que haya alguien husmeando. Él negó con la cabeza y comenzó a caminar de un lado al otro en la habitación como hacia cuando se ponía nervioso.

-No, no esta bien...-Seguía murmurando en cada vuelta mientras me sentaba sobre la cama y lo miraba.

-¿Que?.-Insistí con el corazón en la garganta mientras me sentaba.

-Esto, no podemos...-No termino la frase mientras señalaba en círculos el espacio en el que habíamos estado ambos unidos hace unos minutos.-...Usted no debe, yo no debo...

-¿Se puede saber con exactitud que no debemos?.-Pregunte con las cejas alzadas.

-Pédire que me reasignen.- Se detuvo y me miro como si hubiera tenido una buena idea.

Hice una mueca y conteste rápido.-Lo rechazare.

Y luego se me quedo mirando como si fuera una molestia para él y a la vez tuviera pena de desecharme. Con las manos a medio camino de revolverse el cabello suspiro y pareció deshacerse en el lugar.

-¿Por que me haces esto?.-Su voz fue apenas un susurro pero llegue a oírlo aun desde la distancia que él había puesto entre ambos. Sentía como algo en mi pecho se estrujaba mientras lo veía bajar la cabeza, evadiéndome.

-No estoy haciendo nada, Alex.- Verlo así pareció un baldazo de agua fría. Y luego trague saliva con la helada sensación de haber sido una tonta mientras me revolvía para que no parezca que me dolió.- Lamento si te hice sentir incomodo...- Apreté los labios con fuerza y me figure no volver a intentar nada por que quizás, pensé con vergüenza, no había interpretado bien ¿no?. Exhale aire por la boca y mire la luz del sol del otro lado de la ventana, ignorando completamente al guardia a mis espaldas y enfriando tanto mis gestos que rogaba no se notara mi rubor. No sabia que hora era ni como había llegado ahí pero cuando las nubes quedaron al descubierto todo volvió a mi mente como un flash, de nuevo no me permití reaccionar pero si sentí como mis ojos se llenaban de lagrimas al recordar a mi pequeña...-¿Alex?- Mi voz tembló y él tardo en contestar.

-Si ¿Princesa?

Dude en decir algo pero las palabras salieron sin que yo lo quiera.- No quiero volver al castillo.




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