[Capítulo 26]
{Rahsia}
Cerré los ojos para no ver ya que no quería terminar vomitando, gritando o llorando de terror, pero los abrí cuando escuché a Aiden musitar un «después, tío». Estaba tomando a Darius del brazo y este último tenía las manos en puños y la mandíbula tensionada. Daemon en cambio miró a Demian de pies a cabeza y vi un indicio de reconocimiento, aunque luego se concentró en Ian y reaccionó casi como si le estuviesen diciendo que ellos eran un cero a la izquierda y eso me descolocó más.
—Tomen asiento —pidió Darius con la voz rasposa y se regresó a su silla con una impotencia más grande que el ego de Sadashi.
Ian lo hizo de inmediato, Demian en cambio lo miró con vergüenza y calló todo lo que intentó responderle a Aiden.
Hasta en ese instante entendí las palabras de Darius en aquella videoconferencia, él estaba aceptando algo que jamás imaginó solo por deshacerse del mal que teníamos en común y lo admiré ya que tenía que ser muy grande como para sentarse junto al tipo que dañó a su niña.
—¿De qué caja de pandora hablas? —exigió saber Daemon sin un ápice de odio en su tono, rompiendo un poco la tensión y regresándonos al motivo de esa reunión. En ese instante era la cabeza más fría del salón y le agradecí cuando me cogió la mano por debajo de la mesa.
Aunque su mirada fija en Demian me ponía nerviosa.
Había cosas tan difíciles de creer, como por ejemplo el que Demian compartía la misma sangre que los gemelos y Dylan o más aún, el que estuviese ahí siendo parte de ese complot. Él e Ian eran las personas que me cuidarían dentro de los Vigilantes. Por alguna razón que desconocía, Sadashi logró llegar a Demian y lo convenció para que se uniera al bando contrario y de la misma manera convenció a Aiden de aceptarlo y juntos influyeron para que Darius también lo hiciera.
Pero estaba claro que el hombre se encontraba a segundos de pararse de nuevo y matarlo.
Por Demian se enteraron de que mi padre escondió en el club información clasificada y certificada acerca de secretos gubernamentales e internacionales que podían poner a los Vigilantes en una posición muy alta y regresarlos al poder, así como el acceso a millones de dólares que les otorgarían la oportunidad de comprar voluntades, pero ya que Isabella White lo cazó antes de poder utilizarlos, esa caja de pandora quedó bien protegida en Karma, pues solo con la lectura de mi retina ocular podían acceder a la cámara que los acorazaba y si intentaban forzarla, la autoprotección que mi padre creó gracias a Jarrel Spencer —el padre biológico de Dasher—, haría explotar el lugar y un buen radio de sus alrededores.
Darius jamás se preocupó por esa cámara ya que ignoraba lo que contenía hasta que Demian se los confesó.
—¿Con mi retina? —inquirí incrédula.
—Así es, Derek sabía que solo su princesa podría proteger algo tan valioso —respondió Demian y vi que Daemon le dedicó una mirada peligrosa por referirse así hacia mí—. Llevó el lector hacia ti y las grabó en él.
—¿Cómo se enteraron de que solo Danik puede abrirla? —volvió a preguntar Daemon.
Todavía no me acostumbraba a que me llamara así, pero escuchar mi nombre de sus labios se sentía muy bien.
—Justo antes de que Isabella secuestrara a Brianna y Danik para hacer caer a Derek, Lucius le había pedido a su sobrino que protegiera esa caja porque en una semana la iban a utilizar —comenzó a explicar Demian y lo miré atenta y todavía en shock porque hablara sin que lo forzaran.
—Yo estuve presente cuando Lucius ordenó que fabricaran esa cámara, pero jamás supe para qué o qué mecanismo utilizarían —aportó Darius y Demian asintió—. Aunque no la encontré cuando me hice cargo del club y tampoco le di importancia.
—Derek se encargó de los detalles y Jarrel Spencer que en su momento era el mejor hacker que los Vigilantes tenían y aparte, un ingeniero nuclear muy cabrón, diseñó una cámara especial con autoprotección integrada. Si intentan abrirla sin la lectura de retina de Danik o forzarla de alguna manera, provocarán una explosión con un radio de expansión que abarcaría varias millas —siguió Demian y me sentí tonta al ser a la única que le sorprendía todo lo que decía.
Hombre, todo eso era nuevo para mí y yo podía ser hija de un hijo de puta o criada por un tipo inteligente. Pero eso no me quitaba que nací para ayudar con mi profesión, no para destruir o ser capaz de armar estrategias como esa; mi misión más grande sería jugar como reina en una partida de ajedrez que ni siquiera entendía, no obstante, por el hombre a mi lado valía la pena intentarlo.
—Tu padre sabía bien que si esa cámara era descubierta por los Pride o White, ellos jamás la destruirían porque no arriesgarían vidas inocentes. Eso le daría el tiempo suficiente a él, a Lucius o a tu abuelo de llevarte y ponerte frente al lector porque de alguna manera, Jarrel Spencer se encargó de que la máquina con la que grabaron tu lectura ocular no funcionara más a la distancia. Esa fue la razón por la que secuestraron a su esposa, quiso joderlos y terminó jodido también.