El amargo sabor de la decepción.
Ada.
Las luces de neón del club - antro ciega mi vista a cada nada. El lugar está lleno hoy, siempre en los fines de semana es cuando hay mucha más gente que entre semana. Hay chicos y chicas por todos lados, algunos no tan chicos como para estar en este tipo de lugares juveniles, pero están.
Siempre y cuando no molesten mientras trabajo no me quejo.
Levi, a mi lado me ayuda a atender a cada una de las personas que hay en la barra. Él va a atender a las mesas de vez en cuando, junto a los chicos que se encargan de ello. Digamos que Levi es algo así como el encargado nosotros. Si hay algún problema con alguien, lo llaman a él para solucionarlo, y que Stephan, el jefe y superior de mi amigo, no se enfade.
En este lugar suelo toparme con demasiadas personas que conozco, algunas qué conocí gracias a mi relación con Alec, y algunas qué he conocido desde que Addy y yo llegamos a Nueva York. En la minoría de los casos, he llegado a ver a Alec de lejos. El nunca se ha dado cuenta de mi presencia en este lugar, ya que como siempre, se encuentra en el área VIP, con sus amigos, esos que alguna vez fueron los míos también.
Solo eran personas llenas de hipócresia, superficiales. Determinan tu valor como persona por el costo de tu bolso, o de tus zapatos. Siempre odie estar rodeada de esas personas. Excepto de Ben, era el único que siempre note que era diferente. Siempre me aceptó en su grupo de amigos.
Un día le pregunté porque era parte de ellos si sabía como eran en realidad. Solo alzó los hombros, dijo que Alec no era igual y que ambos simplemente estaban ahí. El sabía perfectamente que no podía contar con ninguno de ellos, pero con Alec si, y viscera.
Aunque me costará admitir, Alec tenía su lado bueno. Aunque no sabía si eran más cosas buenas que malas.
Inevitablemente alguien vino a mi mente. Había pensado en sus palabras todo el día, en el fondo me dolió lo que me dijo. Justamente esto era lo que quería evitar. Sentirme mal por lo que pasó, que me doliera la actitud de Emiliano. No tengo tiempo para esto. No tengo tiempo para citas, para hombres. No tengo tiempo para enamorarme de alguien de nuevo.
No debo perder mi enfoque.
Y mi enfoque es sacar adelante a mi hermana.
Aunque no quiera, esto es lo mejor para mi. Aun estoy a tiempo de no encariñarme con él, y no volver a salir lastimada.
Su actitud dejaba mucho que decir de él. Me disculpe y creería que comprenderia la razón por la que me retrase, pero fue todo lo contrario. Y si no hubiese sido porque Jenny me había llevado hasta ese restaurante, y me esperó afuera, no se que habría pasado.
Ella presenció el momento en el que Emiliano ni siquiera me escuchó, y me dijo que Hiciera como si jamás nos hubiéramos conocido.
Y es lo que haría.
Era lo mejor. Emiliano solo me distraía de mi enfoque. Así que haría como si nunca lo hubiera conocido.
—¡Hey, amiga!—grito alguien sacándome de mis pensamientos—¿No me vas a atender?
—Enseguida.
La música del lugar estaba considerablemente alta, pero aún así se podía escuchar el bullicio de las personas.
Voy hasta el tipo que me gritó, y le tomo su petición. Y se lo sirvo.
La barra esta abarrotada de gente, no cabe ni un alma más en ella. Mire la hora en mi reloj, faltaba menos de dos horas para que mi turno terminará. Como cada fin de semana, ya sentía el cansancio en todo mi cuerpo por no dormir a la hora que me corresponde.
No me acostumbraba a este ritmo de vida, trabajar en la oficina de toda la semana, y los viernes, sábado y domingo por la noche venir aquí, para después el los lunes por la mañana volver a la oficina después de haber dormido solo dos horas.
Lo único que agradecía es que mis amigas me apoyan en cuidar a mi hermana para que no se quedara sola en casa por las noches, nunca se los he pedido. En el momento en el que le conté a Jenny que empezaría a trabajar los fines de semana por la noche, se ofreció a hacerle compañía a mi hermana en las pocas horas que no estuviera. Después le contó esto a Lau y Marianna, y así fue como empezaron a turnarse para cuidar de mi hermana.
A ellas les encantaba la idea de estar con ella. Les ofrecí pagarles por su tiempo, pero las tres se negaron. Son las mejores amigas que he tenido, nunca me han dejado sola desde que las conozco.
—Mira quien esta aquí—murmura Levi llegando a mi lado.
—¿Quién?—me señala por encima de todo cúmulo de gente, hacia la entrada del lugar.
Paso saliva al ver a quien justo acaba de entrar. Va con todo su grupo de amigos.
Mierda. No sabe que trabajo aquí, ni el, ni sus amigos y probablemente si me ve detrás de la barra hará una escena como la del otro día. O ellos tratarán de humillarme como solían hacerlo cuando estaba con el.
—Tu galán de telenovela ha aparecido.
—¿Qué?—dirige mi vista a unos metros de mi ex novio.
Dios mío.
Emiliano también está aquí. Esta de espaldas a Alec y... Un solo movimiento y lo tendrá cara a cara. Aunque no sabe quien es, esto será muy incómodo para mi.
Definitivamente el universo me odia. ¿Pero que tanto como para conspirar en mi contra y juntarlos ambos en el mismo lugar?
Aunque por un lado, espero que Emiliano no me vea, y si lo hace, haga lo que ha dicho. Y que Alec se vaya a la zona donde siempre va. Así no tendré que verlo. Emiliano esta charlando con una chica que no logro distinguir. Sin embargo, reconozco muy bien a la persona que Alec lleva abrazada por la cintura.
Es Marlen.
La chica con la que me humillaba.
Verla ahí, con él, causa que todo lo que sentí cuando me entere sobre lo que ambos hacían a mis espaldas regrese a mi. Tampoco ayuda mucho el asunto de tener que ver a Emiliano de nuevo, y verlo con una chica...
¡Dios, mío!
¿Por que tiene que ser todo tan complicado? ¿Por que simplemente no dejo de tener sentimientos?