Resonancia Infinita

Capítulo 25: Donde todo aún espera

La derrota de Velenn no dejó un campo de batalla.

Dejó vacío.

Inosuke flotaba en medio de lo que quedaba de aquel enfrentamiento: un entorno sin sonido, sin color, sin sentido. Sus sables ya no estaban activos, pero tampoco necesitaba verlos. Los sentía, como si fueran parte de su sangre. De su alma.

La resonancia vacía latía en su pecho como un corazón artificial.

Pero había un precio.

...

Inosuke intentó recordar.

Sakura.
¿Qué color eran sus ojos?
Recordaba que eran… ¿claros? ¿Oscuros? ¿Tenía ojos?

Gerard.
Su voz. ¿Era grave o suave? ¿Sarcasmo o calma?

Gary.
¿Le había salvado la vida alguna vez… o lo había traicionado?

Paul.
¿Era aliado? ¿O enemigo?

...

Inosuke se llevó las manos a la cabeza. Dolía. No el cráneo.
La identidad.

Fragmentos de recuerdos caían como hojas secas en su mente.

Aún quedaban emociones. Ecos de lo que sintió alguna vez.
Pero las caras se desdibujaban.
Los nombres eran borradores.

Y en su lugar, crecía algo nuevo.

Distancia.

No odio. No todavía.

Pero indiferencia.
Una frialdad que comenzaba a invadir cada decisión.

...

Pasaron días, semanas, o quizás nada.

No había tiempo.

La resonancia vacía lo sostenía sin necesidad de dormir, comer o pensar.

De vez en cuando, sentía algo: una vibración lejana, un llamado débil.
Una energía conocida.

—¿El escuadrón…? —preguntó en voz baja.

Pero su voz no tuvo eco.

Ya no hablaba con intención. Solo con impulso.

...

La soledad era total. Y aún así… no era completo.

Porque algo dentro de él sabía que todavía había algo pendiente.

Y por eso no se destruía a sí mismo.

No todavía.

...

En uno de esos lapsos de conciencia, una figura apareció.
No era real.
Era una proyección. Una ilusión.

Parecía RED.

Pero tenía ojos de sombra.

—¿Aún crees que puedes volver? —preguntó esa forma.

Inosuke no respondió.

—Te han olvidado —continuó—. Ya no confían en ti. Te preparan para destruirte.

Inosuke levantó la mirada.

—Tal vez… eso sea necesario.

La figura sonrió. Se deshizo en polvo de silencio.

...

Entonces lo sintió.

No una voz.

Un pulso.

Leve. Irregular. Pero constante.

Como un tambor lejano.

Era… humano.

RED. Gerard. Gary. Paul.

Ellos aún estaban vivos.

Inosuke cerró los ojos.

Trató de sentir algo. Alegría. Esperanza. Nostalgia.

Nada.

Solo una inquietud.

—Cuando los vea… —murmuró— ¿qué haré?

Y por primera vez, la idea de enfrentarlos no le pareció cruel.

Le pareció necesaria.

...

La resonancia vacía comenzó a girar dentro de él, como una espiral sin centro.
Una nueva grieta se abrió frente a él.

No una puerta.
Un umbral.

Y sin pensarlo demasiado, dio el primer paso.

—Regresaré.

Su voz ya no sonaba como antes.

Ni su mente.

Ni su corazón.

...

“No regresaré igual.
Ni ellos lo harán.”




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.