Resonancia Infinita

Capítulo 31: Lo que quedó atrás

La base ya no era una estructura.
Era un esqueleto dimensional sostenido por parches de energía y fuerza de voluntad.

RED no dormía.
Ni reparaba.

Mantenía.

Cada hora, el sistema colapsaba un poco más.

Paul yacía conectado a un respirador de resonancia.
Su pecho subía y bajaba, pero su mente estaba distante.
RED no podía asegurar si volvería.

Gerard entrenaba.

Incluso con un brazo inmovilizado y la pierna aún rota, insistía en repetir los movimientos. No por fuerza.
Por memoria.

Gary no hablaba.

Se sentaba todos los días frente al ventanal principal, donde el cielo se curvaba por la herida interdimensional que dejó Inosuke al marcharse.
A veces se le escapaba una lágrima.
Pero no sabía si era por dolor… o porque ya no recordaba cómo detenerla.

...

RED reunió al equipo —a los que quedaban conscientes— en la sala secundaria.

El mapa resonante proyectado mostraba una región nunca visitada.

—Esto… —dijo RED— es donde todo comenzó.

—¿Dónde él nació? —preguntó Gerard.

—No. Donde eso nació.

Gary giró lentamente.

—¿Crees que el origen de la resonancia está allí?

RED asintió.

—Si queremos tener una mínima posibilidad… necesitamos entender lo que enfrentamos.
Y para eso… debemos retroceder más allá de él.

Gerard miró los sistemas colapsando.

—¿Cuánto tiempo tenemos?

RED solo respondió con una palabra:

—Incierto.

...

Una alarma silenciosa se activó.

RED giró la vista hacia el panel principal.

Una línea roja brillaba intermitente.

Realidad 72-B: no encontrada.

Gary se acercó.

—¿Qué significa eso?

RED respondió sin girar.

—Significa que ya no existe.

...

El silencio fue total.

Gerard apretó los puños.

Gary tembló ligeramente.

Paul… abrió los ojos.

Solo un segundo.

Y luego volvió a cerrarlos.

...

—Fue él —dijo RED, sin emoción.

—¿Cómo lo sabes?

RED bajó la voz.

—Porque no dejó rastros.
Y solo Inosuke puede borrar algo… sin que el universo lo lamente.

...

Esa noche, nadie durmió.

Gary permaneció de pie junto al ventanal.
Gerard vigilaba el sistema de soporte de Paul.
RED trabajaba sin parar.

A la mañana siguiente —si es que aún existía el día—, los tres se reunieron.

Gary habló por primera vez en días.

—No lo perseguiremos.
No ahora.

Gerard lo miró. No preguntó por qué.
Solo entendió.

RED asintió.

—Entonces nos preparamos.

—¿Para qué? —preguntó Gary, con voz cansada.

RED respondió:

—Para entender qué es lo que se convirtió.

...

Y por primera vez desde su partida…

el nombre de Inosuke no fue pronunciado.

Porque lo que se avecinaba…

Ya no era él.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.