Resonancia Infinita

Capítulo 32: Todo comenzó en el silencio

El módulo de salto vibraba ligeramente, como si ya supiera lo que estaba por ocurrir.

RED ajustaba los últimos circuitos, conectado directamente a la consola. Su ojo mecánico parpadeaba en frecuencias asimétricas. Cada línea de código era corregida al instante. No podía permitirse errores.

Gerard colocó con cuidado a Paul dentro del compartimiento de soporte. El sistema funcionaba a baja frecuencia, pero era estable. Una cápsula de resonancia lo rodeaba como un segundo cuerpo. Su pulso era débil, pero constante.

Gary observaba desde la entrada.

Tenía en sus manos una pequeña caja metálica. En su interior, había tres objetos: una imagen desgastada —incomprensible—, un fragmento de cristal partido… y un anillo oxidado.

No recordaba por qué los guardaba.

Pero no podía tirarlos.

...

—Listo —dijo RED.

Gerard asintió.

Gary cerró la caja.

Y todos entraron al módulo.

...

El salto no fue inmediato.

Primero, una expansión.
Luego, un colapso.
Después, silencio.

Y finalmente… el grito del espacio.

La realidad entre mundos lloraba. Se torcía. Se negaba.

Los rostros de universos colapsados pasaban frente al cristal de la cabina. Ojos. Formas. Vidas. Todo en ruinas.

Gary cerró los ojos.

Gerard no dijo nada.

RED hablaba.

—La resonancia… no es energía. No como la conocemos.

—¿Qué es entonces? —preguntó Gary, sin mirar.

—Es conciencia.
Una que existe antes de todo.
Una que no piensa. Solo pulsa.
Y cada mundo… es un intento de manifestarse.

—¿Estás diciendo que…?

—Estoy diciendo que si seguimos este camino… no encontraremos respuestas.
Nos encontraremos a nosotros mismos.

...

Gary cayó en un sueño sin saber cuándo.

La oscuridad se volvió vidrio.

Estaba de pie sobre un desierto de cristales rotos, reflejando cielos que no existían.

Y frente a él…

Inosuke.

Pero no el que recordaba.

No el que amó. Ni el que temió.

Era una silueta distorsionada, con ojos como espejos rotos y voz arrastrada.

—¿Por qué me sigues? —preguntó Gary.

La figura respondió:

—¿Quién dijo que quería regresar?

Gary extendió la mano.

La figura retrocedió… y se rompió en miles de fragmentos.

Cada uno, con un rostro distinto de Inosuke.

...

Despertó con un grito ahogado.

RED lo miró desde el panel.

—Todo bien.

—Sí… solo un mal sueño.

Pero no era un sueño.

Su muñeca temblaba.

Y el latido de su pulso… seguía el mismo ritmo de la vieja resonancia.

...

El salto terminó.

Frente a ellos… un mundo detenido.

No inmóvil.
Detenido.

Los árboles no se movían.
El cielo no respiraba.
El tiempo… no caía.

En el centro, una torre en espiral, flotando sobre el vacío, sostenida por nada.

RED la observó en completo silencio.

Y luego dijo:

—Todo comenzó… en el silencio.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.