Capítulo 34: Esta vez, no moriremos repitiendo

El derrumbe no fue violento.
Fue… paciente.

La torre del origen no se desplomaba. Se disolvía.

Uno a uno, los miembros del escuadrón despertaron entre fracturas dimensionales flotantes. Cada trozo de muro que caía mostraba escenas distorsionadas de vidas que no vivieron.

Gerard parpadeó y vio su reflejo.
Pero en el espejo, llevaba un uniforme distinto… y un niño lo tomaba de la mano.

Gary encontró en su bolsillo una pequeña nota.

Escrita a mano.
Con su letra.

“No confíes en el tiempo. Ya lo intentamos.”

...

RED fue el último en levantarse.
No porque estuviera dañado.

Sino porque estaba calculando.

Y lo que había deducido… no era alentador.

...

—Lo que vimos —dijo RED, una vez que la base temporal fue reconstruida— no fue una visión.

—¿Entonces qué fue? —preguntó Gerard.

—Una constante.

Gary se adelantó.

—¿Una… constante?

RED asintió.

—No fue una advertencia. Fue un punto fijo. Un eco de algo que ocurre en cada versión de esta realidad. Un patrón que la resonancia intenta repetir… una y otra vez.

—¿Y nosotros?

—Somos… variables.

...

Paul, aún en recuperación, murmuró:

—Esta vez… lo eligió a él.

Nadie preguntó a qué se refería.

Todos lo sabían.

...

—¿Y si no lo enfrentamos? —dijo Gerard.

RED no respondió.

Pero el silencio fue suficiente.

...

—¿Y si aún puede volver? —preguntó Gary.

—¿A qué? —respondió RED— ¿A ser la marioneta de una conciencia que solo quiere encarnarse?

—A ser él.

RED se detuvo.

Y por primera vez… habló sin cálculo.

—Esta vez, no moriremos repitiendo.

...

Gerard cerró los ojos.

—¿Qué propones?

RED se levantó.

Su brazo se reconfiguró.
Un patrón de nodos se activó.

—Buscaré realidades en colapso.
Mundos que aún no han sido absorbidos por la resonancia.
Dimensiones con entidades capaces de resistirla… o destruirla.

...

—¿Un ejército? —dijo Gary.

RED asintió.

—Una resistencia multiversal.

Gerard sonrió por primera vez en días.

—Siempre quise entrenar a alguien más fuerte que yo.

...

RED abrió un portal.

No era un salto cualquiera.

Era un rasgado.

Más allá, no había orden.

Solo posibilidades.
Guerra.
Esperanza.
Caos.

Gary miró hacia el umbral.

—¿Crees que tenemos oportunidad?

RED respondió con la frase que había codificado mil veces… y que, por primera vez, creía.

—Esta vez, no moriremos repitiendo.

...

Y juntos, cruzaron.