Capítulo 41: Lo que jamás debió recordarse

Gary emergió del umbral de resonancia como si regresara de un mundo hecho de cuchillas.
Su cuerpo estaba intacto.
Pero su mirada… ya no era la misma.

Kael’Thamir lo seguía.
No caminaba.
No flotaba.

Simplemente avanzaba.

...

RED fue el primero en aproximarse.

—¿Estás estable?

Gary no respondió de inmediato.
Observó sus manos.

—Sí.
Creo que sí.

Kael’Thamir permanecía en silencio.
No necesitaba hablar.
Su sola presencia vibraba.

...

RED lo analizó.

—El enlace es persistente. No es simbiótico, pero… comparten memoria.

Gary levantó la vista.

—Y no toda es mía.

...

Gerard esperaba junto al núcleo de operaciones.

Cuando vio a Gary, su reacción fue automática.

—¿Qué te pasó?

Gary lo miró… pero no con sus propios ojos.

—Vi lo que él fue.
Y también lo que podría haber sido.

—¿De quién hablas?

Gary no respondió.

Solo murmuró:

—“Donde termina la resonancia… comienza el vacío que él dejó.”

...

Gerard frunció el ceño.

—Eso no eres tú hablando.

RED lo confirmó.

—Está repitiendo fragmentos de memoria resonante activa.
El vínculo con Kael’Thamir no es solo testimonio.
Es arrastre.

...

En el plano externo, RED comenzó a captar anomalías.

Bases remotas —aliadas— estaban colapsando.

Las estructuras que antes resistían la distorsión… ahora vibraban con patrones desconocidos.

La resonancia se agitaba.

...

—La presencia de Kael’Thamir está alterando el campo —dijo RED—.
Y lo peor… es que Inosuke lo sintió.

Gary asintió lentamente.

—Sí.
Lo sintió.
Porque ahora estoy… dentro de su recuerdo.

...

Gerard se alejó.

Kael’Thamir se giró levemente, como si detectara una presencia invisible.

RED captó un destello.

Una señal.

...

Una nueva secuencia de datos apareció en los canales ocultos.

No enviada por RED.
Ni por la resonancia.
Ni por Inosuke.

Era externa.

Antigua.

Y viva.

...

RED la descifró parcialmente:

“Si siguen este camino,
encontrarán más que un aliado.
También encontrarán lo que jamás debió recordarse.”

...

Gary cerró los ojos.

Kael’Thamir habló por primera vez:

—La segunda entidad… ya nos espera.