Capítulo 43: Lo que realmente quieren salvar

El primer paso dentro de la ciudad flotante fue un error.

No porque estuviera prohibido…
sino porque cambiaba al que lo daba.

...

El pasillo respiraba.
Cada baldosa emitía un eco que no coincidía con ningún sonido previo.

Gary sintió un cosquilleo en la nuca.
No de amenaza.
Sino de reconocimiento.

—Este lugar… ya nos soñó —susurró.

Gerard miró a RED, pero el núcleo resonante titilaba.

—No tengo anclaje.
Solo puedo guiar con proyecciones.
El control se disuelve.

...

Kael’Thamir los observaba desde el borde, sin entrar.
No dijo una palabra.
Pero su postura indicaba respeto… o miedo.

...

A mitad del trayecto, la figura comenzó a moverse.

No caminaba.
Flotaba entre latidos.

...

Y entonces, sin aviso, un pulso expandido les atravesó los cuerpos.

No dolor.
No fuerza.

Memoria.

...

Gary cayó de rodillas.
Frente a él, vio a una niña llorando entre ruinas.
Su voz decía: “Papá”…
pero Gary no tenía hijos.

...

Gerard se detuvo en seco.
Su visión: Inosuke, niño, estirando una mano para salvarlo de una caída.

—Eso nunca pasó… —dijo, temblando.

Pero su corazón lo creyó.

...

RED parpadeó en bucles.
Su visión lo llevó a un código imposible.
Una línea que se reescribía al mismo tiempo que era leída.

...

El entorno comenzó a adaptarse.

El aire olía a pasado.
Las paredes lloraban agua.

La ciudad los estaba leyendo.

...

La figura descendió lentamente.

No tenía rostro.

Pero su contorno vibraba.

No con energía.
Con significado.

...

Nadie habló.
Y aun así, todos entendieron.

Su existencia no estaba diseñada para construir…
sino para registrar pérdidas.

Era el guardián de lo que se había ido.

...

Y ahora, miraba a los intrusos.

No con odio.
Sino con una pregunta sin voz:

“¿Qué es lo que realmente quieren salvar?”

...

Gerard fue el primero en responder:

—A él.
A lo que fue.
A lo que podría haber sido.

Gary solo dijo:

—A nosotros.

...

La figura no respondió.
Solo emitió un segundo pulso.
Más profundo.
Más antiguo.

...

RED, antes de colapsar completamente, transmitió una única frase:

“Si desean su alianza, deberán reconstruir lo que fue destruido…
sin saber nunca qué fue.”

...

Y con eso, la ciudad se volvió silenciosa.

La figura se desvaneció en una espiral invertida.

...

Pero algo quedó en el aire.

No energía.

Una duda que dolía:

¿Estaban allí para salvar el mundo?

¿O para que no quedaran más ruinas?