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Capítulo 17. Inesperado. ll #PartyRed
Maydelinne Hanae.
Lo primero que me impresiono al llegar fue... Todo.
Cada parte que mirabas estaba llena de luces neón, hasta tenía que entrecerrar mis ojos a causa de ellas. Cientos de adolescentes se movían por todas partes con sus maquillajes, no tenía idea de quien era quien y eso la verdad me tenía un poco nerviosa. ¿Cómo sabría quién era Devan?
—Bueno May, saca tu vista de águila y busca a tu Darkboy.
—Yo necesito un trago, ¿quieren uno?
Dejo de pasear mi vista por toda la pista para ver a Steffi y negar.
—No tomo, y aunque lo hiciera no puedo —miro uno de mis brazos brillar gracias a la pintura, miles de puntitos naranjas, verdes, rosas, morados y rojos se encuentran en mi piel.
—Bueno, deberías buscar a tu chico, nosotras andaremos por aquí por si se te ofrece algo —Michelle coloca sus manos en mis hombros—. No te pongas nerviosa, solo no pienses en nada, déjate llevar.
—Hice un bello trabajo con tu maquillaje, me amo —río por lo que dice Steffi—. Chica es tu momento, no lo desperdicies.
Veo alejarse a ambas, trago saliva. De fondo suena Never Forget you, muevo la cabeza a los lados mientras me abro paso entre los cuerpos sudorosos bailando.
Soy otra persona, no soy Maydelinne, soy una chica sin inseguridades, sino segura de sí misma.
El salón se encuentra decorado muy bien, del techo cuelgan diferentes listones de colores, hay un proyector que refleja estrellas por todas partes igual que otro pero con luces neón, que es lo único que hace que puedas ver.
Los cuerpos de los adolescentes brillan, algunos también traen prendas neón, instintivamente comienzo a mover las caderas justo como Steffi y Michi me enseñaron antes de salir de casa. Cierro los ojos enfocándome solo en la música, olvida que eres Maydelinne, olvídate de todo.
La primera vez que vi a Devan hice una mueca al ver su vestimenta, no porque haya sido fea, sino que era toda negra, se me hacía tan extraño que usara tanto ese color. Pero le quedaba tan bien. Llevo conociéndolo si así puede decirse, desde hace 4 años, fue conmigo al colegio, nunca había intentado hablarle ya que era más tímida que ahora, cuando lo vi en la universidad no pude evitar ponerme feliz.
Había llegado a convertirse en un amor platónico, solo lo observaba, tal vez a veces me comportaba muy acosadora en el colegio pero nunca llegue a cruzar ninguna palabra con él. Y que yo supiera tampoco me había atrapado mirándolo.
Devan era reservado y serio, lo sabía. Pero la actitud que había tomado conmigo los últimos meses que nos habíamos estado tratando más, nunca me imaginé que la tuviera el castaño. Sabía que no debía juzgar a las personas antes de tiempo pero la primera vez que cruzamos palabras simplemente me hizo sentir mal sin esfuerzo.
Él tenía algo que me afectaba con tan solo hablarme, nunca me había sentido así, no sabía si era la única pero, Dios, últimamente invadía mucho mi espacio personas ¡Y no me molestaba! Al contrario, quería estar siempre así con él. Me encantaba sentirlo tan cerca de mí que millones de veces imaginé que me besaba. Mis labios picaban por sentir los suyos.
Era tan extraño sentir eso en mí, nunca había sentido los labios de nadie sobre los míos, nunca me preocupe por dar mi primer beso. Siempre me decía que si era, sería. Si la oportunidad de que alguien que en serio me gustara me diera un beso, sí, me ponía nerviosa pero lo dejaría pasar, porque tenía que vivir esa etapa.
El chico me ponía tan nerviosa que no sabía a veces ni lo que decía por estarlo observando tanto, sí algo me asustaba más que lo que haría hoy, sin duda sería que él no sintiera lo que yo. Lo entendería porque no sería su culpa pero me pondría tan triste. Tenía que terminar de ordenar mis sentimientos lo antes posible.
Vuelvo a abrir los ojos luego de un tiempo, no tengo ni idea de cuánto ha pasado. En una esquina de la pista de baile mis ojos enfocan a un chico que ve con más interés sus zapatos, ningún tipo de pintura adorna su piel y eso me causa una leve sonrisa.
Camino lentamente hacia él pero me detengo a medio camino, entrelazo mis dedos frente a mí cuerpo sumamente nerviosa.
Creo que se me ha olvidado todo lo que tenía que hacer.
Tomo una bocanada de aire viéndolo llevarse una botella a los labios.
¿Cómo se respiraba?
Aprieto los puños para después volverlos a aflojar, camino lentamente hacia su dirección, cierro los ojos volviendo a repetirme lo mismo. No soy May, soy otra persona. En cuanto llego frente a él tomo su mano y lo jalo levemente a la pista. Su mirada desconcertada me hace bajar la cabeza por si acaso me ha reconocido.
—No estoy interesado en bailar—trata de soltarse de mí agarre suavemente. No lo suelto y me coloco espaldas a él para comenzar a mover las caderas lentamente. Suspiro antes de cerrar los ojos para poder concentrarme y calmarme—. Estoy esperando a alguien, chica.
Susurra pero no saca la mano de mí cintura, una parte de mí se revolotea por todo mi cuerpo eufóricamente, pensando que a quien espera es a mí. Pero la otra parte que me acompaña mete su cabeza directamente en la tierra al pensar que puedo estar equivocada. Puede estar esperando a alguien más.
Quito esos pensamientos de mi cabeza rápidamente para solo enfocarme en el baile, me muevo igual que cuando fuimos a aquel bar donde disfrute tanto su compañía. Dejo que su cuerpo poco a poco se pegue al mío.
Siendo sincera me frustra un poco el hecho de que no me conoce y ya se haya puesto a bailar conmigo, lo sé, él no sabe que soy yo y tal vez me hubiera sentido mal que en serio no se haya puesto a bailar conmigo. Aunque no tengo nada que reclamarle, puede hacer lo que quiera, puede bailar con cualquiera aunque no sepa que soy yo.