Respírame

26 | El dolor quema

Este capítulo tiene 😭, 🔥, ❤ y 😱.

                      ・゜✩ 。*

Capítulo 26. El dolor quema.

Devan Keller.

Limpio mis manos sudorosas en mi pantalón, estoy tan nervioso. No sé cómo podría reaccionar May, tal vez saldría corriendo. Si era así la respetaba porque lo que estaba por decirle no sería nada bonito.

También me debatía entre decirle de que forma trabajaba, aunque después de darle tantas vueltas a ese asunto me decidí por guardarme ese pequeño secreto. Aun no era momento.

—Tu casa es bonita —me recargo en una pared mientras la miro observar el interior de estas paredes.

Lo he estado pensando últimamente, esta casa no la sintiendo como un hogar, ¿para qué vivir en un lugar que no es de tu agrado y no te sientes a gusto? He decidido comprar una casa nueva y poner en venta esta.

—Ven —entrelazo nuestras manos y la guío por las escaleras hasta mi habitación.

Con el pulgar acaricio su mano. No encuentro la explicación exacta para decirle que me está enamorando. Que me tiene vuelto un loco por ella, quisiera que sintiera todo lo que yo siento hacia ella.

Es una niña increíble, hermosa y me deja sin palabras, nunca había sentido algo como esto, me hacía volar. Aunque no fuera nada bueno para ella, era un maldito egoísta que no la dejaría ir tan fácil.

—Como no imaginarlo antes, tienes muchas cosas de color negro —entró con bastante confianza a mi habitación, para no ponerla nerviosa deje la puerta abierta y me encamine a mi cama para sentarme en una orilla mientras la castaña daba pequeños vistazos a las cosas que adornaban mi habitación.

Que sinceramente no era muchas, uno que otro retrato de mis hermanos conmigo, cuadros que a mi parecer eran bonitos y unas pequeñas flores que me había regalado mi abuela.

—May —digo su nombre para obtener su atención, sus ojos se apartan de mis cosas para verme a mí. Su mirada quema, me idiotiza y como si fuera poco me hace olvidar que es lo que iba a decirle.

Tanto estoy sintiendo por esta chica que voy a contarle lo que más me lástima, mis puntos débiles.

—Devan —sus caricias en mi labio inferior me sacan de mis cavilaciones, subo la cabeza para toparme de nuevo con esos preciosos ojos.

Uno de mis brazos se envuelve en su cintura para poder sentarla en mi regazo. Su rostro queda exactamente frente a mí.

Creo recordar que tenía unas inmensas ganas de besarla hace un rato.

Tengo que controlarme.

—Necesito que me escuches con atención, espero no salgas corriendo.—sonrío levemente—. Esa mujer que nos interrumpió en la playa es mi madre... Aunque no se merezca el titulo me dio la vida y en cierto modo se lo agradezco aunque me haya querido abortar. Me golpearon la primera vez a los 6 años, digo yo que fue la primera vez.

»Mi madre es drogadicta, alcohólica y creo que no debería de reprocharle nada porque es tu vida... Se puede decir que crecí sin madre. Muchas veces creí que cambiaria, buscaba su cariño aunque no lo creas, era un niño en busca de cariño. Pero no había nadie para dármelo, me encontraba solo.

Trago saliva tratando de aminorar el nudo en mi garganta, sus ojitos me miran atentamente cristalizados. Tomo un suspiro antes de continuar hablando.

—Había días en los que no comía, a veces me ponía a lavar autos en las calles para sacar un poco de dinero. Yo creía que Zara, mi madre, no estaba en casa nunca porque buscaba trabajo, la primera vez que limpie autos fui contento a decirle que había sacado un poco de monedas para comprar comida para ambos... ¿sabes lo que hizo? —enfoco sus ojos y limpio una lagrima que escapa de sus lindos ojos.

»Me quito el dinero para comprarse su mierda. No volví a enseñarle nada. Yo sabía que las madres hacían todo por sus hijos, la mía no era así. Y muchas veces me pregunte ¿qué hago mal? ¿Por qué mi mamá no es como la de otros niños? ¿Por qué no me abraza y me dice que me quiere?

Carraspeo cuando mi voz se rompe, cierro los ojos con fuerza y escondo mi rostro en el cuello de mi vida, sus manos temblorosas acarician mi cabello para que me calme.

—Devan...

—¿Qué estaba mal conmigo? Me dolían sus rechazos, sus malos tratos, a diario me gritaba que ojala me hubiese abortado. ¿P-por qué no lo hizo? —la abrazo con las fuerza, no quiero llorar pero el dolor en mi pecho es mucho más fuerte que yo.

»Cada día traía un hombre diferente a casa, esos hombres me golpeaban y ella solo reía. Nunca conocí a mi padre, no sé qué se siente tener padres, mis hermanos están lejos de mí, soy un asco de p-persona y...

Digo todo rápidamente hasta que un sollozo que sale de mis labios me interrumpe. Las manos de May toman mi rostro para observarme, pega nuestras frentes.

—Shh, calma, cálmate. No eres un asco de persona, ellos son un asco de personas. Ellos no tienen el derecho de herirte, ni tu madre ni nadie. Pero tú tampoco lo tienes, no puedes menospreciarte así. Para mí eres la mejor persona del mundo, n-no sé qué haría sin ti ahora, Devan. Tal vez me hubiese roto.

Mis ojos llenos de lágrimas topan con los suyos. Limpio sus mejillas con la yema de mis dedos, tomo unos minutos para calmarme, para calmar el dolor en mi pecho. Odio llorar por esto, pero es algo que me puede, ¿a quién no le lástima que su madre no lo quiera? La persona que te dio la vida.

Mi dedo pulgar acaricia su labio inferior cuando tiembla.

—Sin duda haz sido el rayito de sol más hermoso que he tenido, May.

La estrecho en mis brazos cuando la aborda el primer sollozo, estamos tan rotos por dentro, porque lo siento, May está igual o peor que yo. Y quiero malditamente pedirle que me lo diga pero no puedo, así como yo pude hacerlo sé que llegara su momento.

—Te quiero, te quiero Devan.

Con la voz distorsionada gracias a mi pecho, con lágrimas en los ojos de ambos, con los corazones rotos seguramente; lo ha dicho.




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