Capítulo 43. Lo correcto
Maydelinne Hanae.
Despierto envuelta entre los brazos de Devan, su aroma me envuelve mientras me acurruco mucho más a su cuerpo. Llevo una de mis manos a su cabello para acariciarlo, anoche nos dormimos un poco tarde festejando el cumpleaños del chico de ojos azules.
Hace un mes exactamente que me atreví a denunciar a Joan, al principio tenía miedo de que no lo encontraran rápidamente y quisiese vengarse o regresara por mí. Pero la forma en que lo encontraron fue extraña a decir verdad, fue una semana después de haberlo denunciado. Trato de hacerme a la idea de que Devan no tuvo nada que ver pero es imposible hacerlo. La policía encontró a ese hombre justo frente a su estación, se encontraba golpeado e inconsciente. Nunca le pregunte si tuvo algo que ver porque no me interesaba, se lo merecía y él formaba parte del pasado, no tenía por qué seguir interfiriendo en mi vida
Anisa lloro tanto junto conmigo, se lamentó y me regaño por nunca haberle dicho nada, no era su culpa. No era, ni es culpa de nadie que yo me callara algo tan... doloroso. Aún tengo esa pizca de vergüenza con las personas que saben de lo ocurrido, es algo que no me puedo quitar de encima. Yo sé que no es mi culpa, pero aun así hay personas que te miran diferente, que no piensan igual y las respeto pero hay comentarios hirientes que no deben de hacerse. Es injusto que tengas que cargar con la agresión de aquella persona sin corazón como para que también lidies con personas que solo juzgan sin saber y te miran como la culpable, como la que lo provoco todo.
Tampoco quise que se hablara mucho del tema, es algo que me paso pero quiero enterrarlo en el pasado, soy más fuerte que eso.
Despertar todos los días al lado de Devan se ha vuelto mi rutina favorita, ver el mar en sus ojos cada mañana es lo mejor que puede estarme sucediendo en este momento. Estoy renaciendo de las cenizas y él me ayuda siempre, está ahí para callar los gritos de mi cabeza con besos en mi cuerpo, queriéndolo y cuidándolo.
—¿Desde cuándo estas despierta?
—Desde hace un rato —quito los cabellos de su frente con cuidado, sus ojos se cierran privándome de la belleza de ellos. Amo la voz de este hombre al levantarse, es como música para mis oídos.
—Mmm —sus brazos presionan mi cuerpo contra el suyo mientras esconde el rostro en mi cuello, un suspiro sale de mis labios—. Quiero desayunar algo rico pero no sé qué...
—Podría hacer tortitas de chocolate y los chilaquiles que te gustan —susurro despacio en su oído, las yemas de mis dedos trazan líneas en su espalda desnuda.
—Suena increíble, —sus labios húmedos se presionan sobre la parte sensible de mi cuello— Después podemos ir al parque con Dawson y mis herrmanos o alguna heladería.
Una sonrisa se extiende por mis labios, me separo un poco de su cuerpo: —Me parece perfecto —rozo sus labios con los míos antes de comenzar un baile entre ambos.
Devan Keller.
Paso la camisa por mi cabeza para acomodarla en mi cuerpo, peino mi cabello lo más decente que se puede para salir de la habitación. Algunas voces se escuchan desde la cocina en sintonía con las de la televisión. Al entrar lo primero que me recibe son mis 2 hermanos en la mesa tratando de subir a Dawson a su sillita, sonrío y me acerco para ayudarlos.
—Coman antes de que se enfrié la comida —acaricio el cabello de mi hermano antes de entrar a la cocina donde una pequeña de ojos azules tararea una canción. Trato de caminar lo más sigiloso que puedo hasta colocarme detrás de ella y envolver mis brazos en su cintura.
—Tus tortitas ya casi están listas —echa la cabeza hacia atrás para verme a los ojos, sonrió de lado al tener una vista tan tierna de ella.
Todo llega de golpe a mi cabeza, a lo que le he estado dando vueltas, necesito hablar con ella, dejar de lado el pasado y todo lo que nos dañe, porque estoy seguro de que vale la pena, vale mucho la pena. Ya basta de huir, esconderse, correr, ya no más. Voy a hacer las cosas bien y para eso debo comenzar entregándole algo muy valioso a May. Algo que yo le arranque justo antes de conocernos sin saber lo que iba a pasar.
No quiero que haya ningún tipo de secretos entre nosotros, hasta ahora es lo único que me guardo. También sé que debo dejar aquello, estuve hablando con Andrew y me ha dejado salir sin inconvenientes. No estoy en lo absoluto limpio pero trataré de mejorar por May, por mis hermanos, por mi nueva familia, por mí mismo.
Buscaré el momento indicado para decírselo, de la manera más calmada posible, tal vez puede enojarse, golpearme, llorar, pero no la dejaré irse. Ya no.
La cobardía nunca ha dejado nada bueno y eso lo tengo más que claro, también había pensado en no decirle absolutamente nada pero ella tiene derecho, tengo algo que le pertenece, algo que significa mucho para ella según me lo ha contado ciertas veces. No puedo simplemente arrebatárselo y guardarlo para mí cuando en algún futuro eso puede traernos muchos más problemas. Prefiero ahorrarme aquello y ser sincero.
Después de una caminata por el parque comiendo helado volvemos a casa justo antes de la cena, es un domingo normal después de unos meses. Al principio no voy a negar que era raro para mí, tener la presencia de May y Dawson ya era normal verlos algunos días de la semana pero el tenerlos todos los días junto con mis dos hermanos era otro tipo de sensaciones, para nada desagradable. Mis hermanos Aeryn y Khaled se enamoraron del pequeñín tanto como yo de su hermana, literalmente no lo sueltan en todo el día, lo mantienen entretenido. Y qué decir de mi solecito, aunque mi hermana pequeña los primeros días era muy celosa con ella y no se me despegaba supo sobrellevarlo y ahora hasta se hacen peinados mutuamente.
Tengo una familia ahora, es por eso que no quiero arruinarlo. Ellos 4 merecen lo mejor de mí.