Cómo faltaban dos meses y medio para mí debut social, conseguí un segundo empleo, como ayudante en una panadería,y trabaje como loca, desde las 6:00 de la mañana hasta las 10:30 de la mañana, trabajaba como mucama en el hogar de la señora Mireille, y de las 11:00 a.m hasta las 4:00 de la tarde, trabajaba en la panadería, para irme corriendo a mi escuela, fue algo bastante duro, y demasiado estresante, pero lo hice, con un objetivo en mente, comprar un hermoso vestido (que no fuera tan costoso), para brillar en mi debut social,como siempre había querido.
Después de dos meses trabajando como loca, logré conseguir el dinero suficiente para poder comprar un lindo vestido, y con 15 días de anticipación, de la gran fiesta.
Dos días después de conseguir el dinero, Eunice y yo fuimos a buscar un vestido a la boutique, "The crimson closet", fue increíble la sensación de ir a una boutique, y más, porque fue la primera vez, que podía estrenar ropa, pues habiendo tantos hijos, en una familia, solamente el mayor tenía prendas nuevas.
Eunice corría de un lado a otro emocionada, y la verdad por primera vez me sentí libre, de poder ser yo, sin preocuparme, de poder disfrutar sin que el dinero fuera un obstáculo.
Mientras paseaba por la tienda, encontré un vestido hermoso, color verde olivo, satinado, falda amplia con varias capas, corset verde oscuro en la cintura, corpiño modesto con encaje marfil, mangas tres cuartos de muselina.
El vestido era una verdadera obra de arte Me sentí atraída por su belleza y elegancia. El color verde olivo era único y sofisticado, y la combinación con el corset verde oscuro y el encaje marfil era perfecta. La falda amplia con varias capas me hacía sentir como una princesa, y las mangas de muselina agregaban un toque de delicadeza, además el bello color del vestido hacia destacar mi cabello rojizo.
Eunice se dio cuenta de mi entusiasmo y se acercó a mí con una gran sonrisa. "¿Te gusta ese vestido?", me preguntó emocionada. Asentí con la cabeza, sin poder contener mi emoción. La vendedora se acercó a nosotras y nos preguntó si queríamos probarme el vestido. Eunice y yo nos miramos y asentimos al unísono.
Me probé el vestido, y fue como si hubiera sido hecho para mí. Me sentí segura y hermosa, y Eunice no paraba de decirme lo bien que me quedaba. La vendedora nos dijo que el vestido estaba en oferta y que era una excelente elección. Después de probarme el vestido, supe que era el indicado para mi debut social.Así que de inmediato, saque mis ahorros y compré el vestido.
Con el vestido comprado, me sentí aún más emocionada por mi debut social. Eunice y yo salimos de la boutique, sonriendo y hablando sobre la fiesta. Me sentía como una princesa, con mi nuevo vestido y la expectativa de brillar en la sociedad.
De repente, Eunice me preguntó si quería ir a tomar un té con ella. Acepté encantada y nos dirigimos a una cafetería cercana. Mientras tomábamos el té, hablamos sobre la fiesta y nuestros planes para el futuro. Me sentí agradecida por tener a Eunice como amiga, siempre estaba allí para apoyarme y hacerme sentir bien.
Después de tomar té, Eunice me acompañó a casa. Le agradecí por todo y le dije que estaba emocionada por la fiesta. Eunice me sonrió y me dijo que iba a ser una noche inolvidable.
Al llegar a casa, le mostré emocionada mi vestido a mi madre, a ella le encantó mi vestido y me puse a hablar con ella sobre todos los detalles de la fiesta. Me imaginé bailando con mi vestido nuevo y sonriendo con mis amigos. Me sentí ansiosa por que llegara el día de la fiesta y poder disfrutar de esa noche tan especial.
Al día siguiente, comencé a prepararme para la fiesta. Mi hermano Byron, me ayudó a practicar mis pasos de baile y yo frente al espejo me dedique a practicar mi sonrisa. Quería ser perfecta para mi debut social, que ya pronto se acercaba...