Dudas en el aire

Al día siguiente me desperté con una sonrisa en mi rostro. No podía dejar de pensar en Percy y en la forma en que me observaba. Me sentía como en un sueño o tal vez en un cuento de hadas. Después de estar un tiempo recostada pensando en Percy, decidí levantarme de la cama y abrir la ventana, para mirar el cielo. El sol brillaba como nunca y las nubes parecían de algodón, el escenario era perfecto como para pintarlo. Eso me hizo sentir viva, y ligera, como si pudiera volar.
Después de vestirme, bajé las escaleras para desayunar. Mi madre me sonrió y me preguntó cómo me encontraba. Le dije que estaba de maravilla y ella me preguntó cómo me había ido en mi debut. Le dije que todo había salido bien, y que me sentía como una princesa, además también le hable sobre Percy, y lo encantador que me pareció. Mi madre me miró con una sonrisa complice y dijo que le gustaba que hubiera conocido a un buen hombre, pero que no me fiara de las primeras impresiones, porque, no puedes definir que tipo de persona es alguien, solo con una vez de conocerse ; le dije a mi madre que entendía, pero que había algo en Percy, que me hacía sentir especial. Mi madre me miro con una expresión seria y dijo que era importante que fuera cuidadosa, y que la vida es muy complicada, además de que nada es lo que parece en la superficie. Me sentí un poco confundida y le pregunté si había algo que debía saber sobre Percy. Mi madre dudo de responder pero me dijo "No, no es nada específico sobre Percy, si no de las personas en general, ninguna es lo que aparentan ser, por eso, deseo que seas cuidadosa y que no te dejes llevar por tus emociones . La vida es impredecible y no quiero que te lastimen.
Le dije a mi mamá que lo comprendía, y que sería cuidadosa. Pero en el fondo de mi mente, sentía que mi madre ocultaba algo y que tal vez ella hablaba desde su propio sufrir, además pensé que mi madre sabía más de Percy, y qué no era una advertencia vaga. La duda fue sembrada en mi, lo que me hizo sentir incómoda esa conversación. ¿Qué sabía mi madre sobre Percy? ¿Por qué era tan insistente en que fuera cuidadosa? ¿Qué había detrás de esa advertencia?. La forma en que mi madre me miro, era una mezcla de preocupación y tristeza, me hizo sentir que había algo más que ella no me estaba diciendo.
Decidí no pensar más en ello y seguir con mi día. Después de desayunar, me senté en el jardín a leer un libro. Pero mi mente no podía concentrarse en las palabras. Seguía pensando en Percy y en la forma en que me había mirado. Me sentí un poco tonta por estar tan enamorada, pero no podía evitarlo. La brisa suave y el canto de los pájaros no lograban distraerme de mis pensamientos.

De repente, escuché un ruido detrás de mí. Me di la vuelta y vi a Percy caminando hacia mí. Me sonrió y me saludó con la mano. Me sentí como si mi corazón fuera a estallar. ¿Qué estaba haciendo allí? ¿Me había seguido? La sorpresa y la emoción me hicieron sentir como si estuviera soñando.

—Hola —me dijo, sentándose a mi lado en el banco—. ¿Te importa si me quedo un rato?
Me sentí un poco nerviosa, pero le dije que no, que me encantaría que se quedara. Comenzamos a charlar y la conversación fluyó de manera natural. Pero en el fondo de mi mente, la duda seguía allí. ¿Qué sabía mi madre sobre Percy? ¿Y qué pasaría si descubriera algo que no me gustara? La incertidumbre me estaba matando.
Mientras hablábamos, Percy me miró a los ojos y me dijo:
—Me gustas mucho. Quiero pasar más tiempo contigo.
Me sentí como si estuviera flotando en una nube de felicidad. Pero la advertencia de mi madre resonó en mi mente. ¿Debía ser cuidadosa? ¿O debía seguir mi corazón? La decisión era mía. ¿Qué pasaría si me dejaba llevar por mis emociones? ¿Y si mi madre tenía razón? La duda y la incertidumbre me acompañaron mientras Percy y yo nos despedíamos, con la promesa de vernos pronto. La pregunta seguía resonando en mi mente: ¿qué pasaría a continuación?