Resplandor entre Tinieblas

Capítulo 84. Quizás era demasiado

Resplandor entre Tinieblas

Por
WingzemonX

Capítulo 84.
Quizás era demasiado

El personal científico instalado en el Nido solía trabajar turnos de doce horas, con una hora de descanso cada cuatro. Dormían y comían dentro de las instalaciones, sin ningún tipo de contacto con el exterior, durante tres semanas seguidas incluyendo fines de semana. Luego de esas tres semanas, se les daba una de descanso, en donde se les permitía salir y volver a sus casas (con las medidas de seguridad pertinentes). No todos tomaban esa semana libre al mismo tiempo, por lo que siempre había el número necesario en guardia para que ninguno de los proyectos se detuviese.

Los elementos militares apostados para la protección de la base se manejaban de una forma diferente, aunque en general también solían mantenerse aislados por un tiempo similar, salvo que se les asignara una misión de campo. Pero su propia disciplina y entrenamiento les hacía más sencillo adaptarse a dicho ritmo, al menos en la teoría.

Pero el personal científico no era militar; algunos como Lisa Mathews, eran prácticamente civiles en toda la extensión de la palabra. Y para ellos, en un inicio se volvía más complicado adaptarse a ese ritmo. Lisa ya había participado en proyectos gubernamentales antes, pero ninguno con el nivel de excesiva seguridad que éste tenía. Estuvo pasando un mal rato al inicio por el hecho de que le hubieran retirado del todo su celular y su computadora personal. Pero lo que más resintió fue no poder salir a correr, algo que acostumbraba hacer cada mañana antes del trabajo. Además de buscar mantenerse en forma, lo hacía también como un método para a aclarar su mente y lograr pensar mejor en algún problema que tenía atorado. Y en esos momentos el Lote Diez era un gran problema atorado que simplemente no fluía. Y las estrictas normas de seguridad del Nido no le daban la posibilidad de siquiera salir a que le diera la luz del sol, menos salir a correr.

Bajo esas condiciones, la bioquímica se veía limitada a usar el gimnasio ubicado dentro de la base para uso del personal, aunque sólo le sacara provecho a las caminadoras. Al inicio no le gustaba; no lo sentía igual a como era correr en el parque cerca de su edificio. Pero con el pasar de los días fue tomándole un poco el gusto; era mejor que nada, o que sus piernas se atrofiaran por tanto tiempo sentada (o parada según fuera el caso).

Esa mañana, un par de días antes de que se cumpliera su primera semana ahí, se levantó muy temprano como todas las mañanas y bajó al gimnasio. Le gustaba ir muy temprano porque había menos gente, y así se sentía más cómoda. Aquella mañana se encontró sólo con otros tres, dispersas en puntos separados, y cada quien enfocado en su respectivo ejercicio. Ella caminó directo a una de las caminadoras al fondo. Cada una tenía incluso una pantalla vertical instalada al frente, en donde podías proyectar algo que te gustara; como una vista del campo, sendero en el bosque, o algún paisaje urbano que te hiciera imaginarte que no estabas tan encerrado como definitivamente lo estabas. O si lo preferías, podías colocar alguno de los programas o películas autorizadas, o algún noticiero. Lisa solía dejar dicha pantalla apagada. En su lugar, los últimos días aprovechaba esos momentos para escuchar sus notas grabadas, y ver si acaso con la mente más despejada podía ocurrírsele algo que no hubiera visto antes.

Y realmente ocupaba que se le ocurriera algo; lo que fuera.

Los primeros dos días los dedicó de lleno, casi 48 horas seguidas, a estudiar toda la información que le habían proporcionado sobre el Lote Diez y sus versiones anteriores, incluyendo las notas de los químicos anteriores que estuvieron experimentando con él los últimos años. Después de eso, comenzó a realizar variaciones del Lote Diez para aplicarlo en algunos ratones de prueba; algunos sanos, otros con lesiones cerebrales supuestamente iguales o similares a Gorrión Blanco. Lisa no tenía idea de dónde sacaban ratones con lesiones cerebrales, y prefería no preguntarlo; y la gente que se los suministraba lo agradecía.

Los resultados, hasta ese momento, habían sido desastrosos.

Esa mañana, mientras corría en la caminadora, se colocó sus audífonos, conectó estos a su grabadora digital (proporcionada ahí mismo) y reprodujo las notas que había grabado el día anterior al final de su jornada; llena de frustración, y algo de enojo consigo misma.

«…el mayor reto que se ha representado en las pruebas, es la amplia gama de resultados obtenidos —pronunciaba su propia voz en la grabación—. A pesar de que el Lote Diez se supone debe tener una mayor estabilidad con respecto a sus versiones anteriores, cada sujeto al que se le administra reacciona de una forma diferente, y hasta el momento ninguna ha sido enteramente favorable; por no decir que todas las pruebas han sido horribles fracasos… El resultado más recurrente es un lapso de temporal lucidez, seguido de una hemorragia cerebral masiva, y posteriormente la muerte. Pero también se han presentado ataques epilépticos, fallos cardiacos, y un inusual estado de rabia que deriva en la automutilación de los sujetos; nunca había visto a ratones hacer tal cosa. En cualquier caso, todos estos resultados también culminan en el fallecimiento del sujeto de pruebas.»

«He considerado seriamente que los ratones no son los sujetos adecuados. He estudiado detenidamente las notas del Dr. Wanless y los que lo sucedieron, y todos parecen concordar en que la clave para obtener el resultado deseado es una composición única y específica en el cerebro del sujeto al que se le administra. Una composición que es casi seguro afirmar que ningún ratón tendrá. Y la opción de administrarlo en individuos humanos al azar como se hizo en los 60’s, es una posibilidad que ni siquiera quiero pronunciar en voz alta en este sitio. Lamentablemente, el único sujeto disponible que podría tener esta química exacta que se ocupa, es justamente Gorrión Blanco. Pero administrarle el Lote Diez sin siquiera haber obtenido un resultado favorable, sería jugar a la ruleta rusa con la vida de esa chica…»




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.