Resplandor entre Tinieblas

Capítulo 114. Código 266

 Resplandor entre Tinieblas

Por
WingzemonX

Capítulo 114.
Código 266

Debido a la naturaleza del trabajo que se realizaba en el Nido, en el cuál la mayor parte del tiempo su personal permanecía en la base con poco o casi nulo contacto con el exterior, era importante tener a la mano todo lo que se pudiera ocupar en el día a día. Eso incluía, por supuesto, alimentos y artículos de aseo personal como jabón, champú, cremas, desodorantes, etc. Y claro, también medicamentos de todo tipo para cualquier malestar menor o mediano que pudiera afectar las labores de algún empleado. Pero un producto que no era tan común que se pidiera, era precisamente una prueba de embarazo, como la que Lisa Mathews se vio necesitada a solicitar tras debatirse largo tiempo entre hacerlo o no.

Sabía que aquello era una tontería; por supuesto que no estaba embarazada. En cada una de las ocasiones que tenía relaciones con Cody usaban preservativo; ambos eran bastante cuidadosos con ello. Además, la última vez que estuvieron juntos fue… ¿hace unas semanas? El tiempo en el interior de esa base parecía correr de una forma extraña, así que en realidad no estaba segura. Pero cuando hubiera sido, ya para esos momentos debería tener algún síntoma, ¿o no…?

Aun así, no podía quitarse de la cabeza lo que esa chica, la tal Gorrión Blanco, le había dicho más temprano.

“Y… ¿cómo está su bebé?”

“Su bebé. ¿Está creciendo bien? ¿Cuánto tiempo tiene?”

“Claro que sí. Yo lo sentí ese día, estoy segura…”

¿Qué trataba de decirle? ¿Qué tenía la capacidad de saber cuándo alguien estaba embarazada con tan sólo tocarla? Qué locura… Aunque, luego de ver todo lo que había hecho en ese quirófano, no se sentía capacitada para decir qué era lo que esa chica podía hacer y qué no.

Además, su periodo aún no le había llegado, y tampoco era del todo consciente de si ya debería haberlo hecho o no; ese lugar en verdad estaba haciendo estragos en ella.

Estuvo toda la tarde dándole vueltas a ese asunto, una y otra vez, mentalmente colocando en columnas los motivos de por qué sí y por qué no la idea era simplemente absurda. Pero al final, la opción más lógica para salir de dudas terminó siendo la ganadora en su camino a seguir.

En su primer intento en la farmacia de la base, le habían indicado que no tenían pruebas de embarazo, pero un par de horas después le informaron que la habían conseguido, sin dar mayores detalles del cómo. Ya en la soledad de su habitación, debió leer las instrucciones del empaque unas diez veces, aunque éstas no eran en realidad tan complicadas. Cuando estuvo mental y físicamente lista (tomando casi toda una botella de agua para lo segundo), se dirigió a su baño, hizo lo que tenía que hacer, y dejó la prueba sobre el lavamanos. Salió del baño, sentándose en la orilla de la cama a esperar los diez minutos que el empaque decía que tomaba, aunque terminó aguardando en realidad cerca de media hora; para que no hubiera errores.

Estando ahí sentada, sola y en absoluto silencio, mil cosas le pasaron por la cabeza, aunque por algún motivo la principal era la última noche en la que estuvo con Cody. Fue la misma en la que discutieron de nuevo por renuencia de él a quedarse a dormir, o que ella se quedará con su casa. Y también la noche en que recibió la llamada de su “amiga”, la tal Ma… ¿Cuál era su nombre?

Ya en retrospectiva, tras lo que le había mostrado días después en su espontánea visita a su trabajo, y todo lo que ella había visto en ese sitio desde que llegó, aquella discusión ya le resultaba más que absurda. Sólo quería volver a casa, recuperar su vida normal, y dejar esta locura de bases secretas y gente con habilidades psíquicas muy atrás, y poder arreglar las cosas con Cody.

«Pero Cody es parte de esta locura también» pensaba con cierta amargura. Eso significaba que aun dejando ese sitio, no podría dejar atrás todos esos asuntos si su novio podía hacer que mariposas imaginarias, o más cosas sacadas de sus sueños, se hicieran reales. 

Y, ¿cuál era la alternativa? ¿Terminar la relación? ¿Y si era cierto que estaba embarazada e iban a tener un hijo? ¿Sería capaz de seguir con una persona que podía hacer ese tipo de cosas? ¿Alguien con la que quizás nunca podría dormir en la misma cama…?

«Todo esto es una mierda» se decía a sí misma llena de frustración, mirando fijamente la alfombra del cuarto bajo sus pies. Era increíble como su vida se había complicado tanto en sólo unos cuántos días.

Cuando al fin tuvo el valor suficiente, se dirigió al baño para enfrentar lo que fuera que la estuviera esperando ahí. Al inicio no se atrevió a tomar la prueba, así que sólo se inclinó lo suficiente sobre ella para poder ver el resultado en la pequeña pantalla rectangular. Sin embargo, tras ese primer vistazo, se vio forzada a rápidamente tomarla entre sus dedos y acercarla para poder verla de más cerca.

Sólo una clara línea roja.

Un resultado negativo, según las instrucciones del empaque.

No estaba embarazada; justo como ella ya lo sabía.

Dejó caer sus brazos hacia los lados, sujetando aún la prueba en una de sus manos. Eso calmaba todas sus dudas, y debería darle la serenidad que necesitaba. Pero, extrañamente, no lograba hacer ninguna de las dos cosas.




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