Resplandor entre Tinieblas

Capítulo 149. La Destrucción del DIC

 Resplandor entre Tinieblas

Por
WingzemonX

Capítulo 149.
La Destrucción del DIC

Francis, Gorrión Blanco, Lisa, Cody y Lucy no tardaron mucho en encontrarse con los extraños atacantes; casi en cuanto salieron de la sala de interrogatorios y avanzaron al pasillo. Algunos de ellos vestían uniformes y pasamontañas negros, pero otros más, para horror de Francis, vestían el distintivo uniforme azul de los soldados de la base; su uniforme, y el de sus supuestos compañeros, igual que aquello dos que habían tenido que matar hace sólo unos minutos atrás en la sala de interrogatorios. Y aun así, incluso estos no tuvieron reparo en abrir fuego en su contra en cuanto los vieron.

El sargento hizo que todos se refugiaran detrás del muro más cercano para ponerse a cubierto. Luego él mismo sacó su arma y comenzó a disparar a su vez contra los atacantes para mantenerlos a raya, aunque era imposible que él sólo pudiera hacer tal cosa con tan sólo su pistola. Por suerte, no se encontraba solo del todo.

En cuanto la ronda de disparos de Francis se acabó, y al parecer al mismo tiempo lo hizo la de los demás, Gorrión Blanco no tardó en salir presurosa de su escondite. Y antes de que Francis pudiera decirle algo, la joven utilizó su telequinesis, empujando a todos a los atacantes a la vez para estrellarlos con fuerza contra los muros como si los acabara de revolcar una ola. Un par de ellos murieron al instante, otros más quedaron malheridos, y el resto intentaron recuperarse rápidamente para proseguir con el ataque. Francis salió en ese momento, y con disparos certeros de su arma ya cargada abatió a tres de ellos, y Gorrión Blanco hizo lo propio con el resto, estrellándolos con violencia contra los muros.

El pasillo quedó rápidamente tapizado de rojo, y adornado con los cadáveres de aquellos hombres. Una escena bastante desagradable, en especial para aquellos en el grupo menos acostumbrados a tal nivel de violencia.

—No mires —le susurró Cody a Lisa, abrazándola contra él mientras avanzaban por el pasillo ahora despejado.

—No te preocupes por mí —le murmuró despacio la bioquímica, aunque de todas formas no miró, y permaneció con su rostro contra el pecho de su novio, aferrada a él en busca de aunque fuera un poco de sensación de protección—. ¿Estos hombres son en verdad soldados de la base? —cuestionó alterada, mirando de reojo el cuerpo de uno de ellos al pasar a su lado, y reconociendo fácilmente su uniforme—. Tienen que ser impostores, ¿no es cierto?

Sin tener que decirlo directamente, era claro que aquella pregunta iba dirigida a Francis. Sin embargo, éste no respondió, pese a que la verdad era que había reconocido con facilidad a varios de ellos, incluyendo los que acababa de liquidar con sus propias balas.

Él menos que nadie entendía lo que ocurría. ¿Cómo era posible que de la noche a la mañana sus propios hombres se hubieran volteado en su contra de esa forma? Su primer pensamiento hubiera sido que se debía al control mental de algún UP, incluso del propio chico Thorn al que se suponía iban justo a despertar esa tarde. Quizás habían errado con la dosis del sedante, o habían subestimado el alcance de lo que ese chico era capaz de hacer, y el resultado había sido todo eso.

Pero la infiltración de esos otros hombres de negro, claramente mercenarios, y ese extraño mensaje en las radios, que ahora deducía era la señal para comenzar el ataque… Todo eso implicaba una planeación previa, no un hecho que había ocurrido fortuitamente. Este ataque había sido planeado con plena consciencia, y sólo podría haber sido posible con personas infiltradas en la base. Pero, ¿quiénes? ¿Cuántos? ¿Y desde cuándo…?

Sin importar lo que fuera que estuviera en verdad detrás de todo eso, no podía permitirse perder el enfoque. Aquel era un campo de batalla, como tantos otros en los que había estado. Y las personas que lo acompañaban, aunque fueran civiles, dependían de él para salir de ahí con vida. No podía fallarles; ni a ellos, ni tampoco al director y al capitán, en especial desconociendo en quienes podían confiar ahí dentro.

El grupo llegó hasta una sala cuadrada y amplia, que parecía ser punto de intersección para otros cuatro pasillos. Francis, al delante de todos, pegó su espalda contra el muro, y con arma en mano se asomó con cuidado para revisar con la vista los alrededores. No había nadie; ni enemigos, ni tampoco potenciales aliados.

—Despejado, andando —indicó con firmeza, al tiempo que comenzaba a moverse, y los demás lo hicieron igual

—¿Andando hacia dónde, exactamente? —exclamó Lucy con tono de queja, siguiéndolos desde más atrás, pero con poca convicción en su paso—. ¿No deberíamos ir a la salida más cercana?

—Quizás tenga razón, sargento —le susurró Gorrión Blanco, avanzando a su lado—. Estando aquí dentro estamos prácticamente a la merced de estas personas.

—Tenemos que llegar a los ascensores —respondió Francis con voz cortante—. El Dir. Sinclair y el Capt. McCarthy estaban realizando el interrogatorio en el nivel inferior. Debemos llegar hasta ellos y brindarles apoyo. Sólo entonces saldremos todos juntos de aquí.

—¿Te has puesto a pensar que esas personas podrían estar ya muertas? —exclamó Lucy con tono punzante.

—Lucy —masculló Cody como reprimenda, volteándola a ver sobre su hombro.




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