Resplandor entre Tinieblas

Capítulo 154. Noche Intranquila

Resplandor entre Tinieblas

Por
WingzemonX

Capítulo 154.
Noche Intranquila

Charlie y sus nuevas amigas recorrieron una distancia bastante extensa del bosque, antes de que la noche las alcanzara y les imposibilitara seguir avanzando. Esto las orilló a optar por mejor detenerse a descansar hasta que amaneciera. Por supuesto, el cansancio, el hambre, el tener que ir cargando al aún inconsciente Cody, y las heridas sólo a medio curar de forma improvisada, igualmente fueron un factor importante para tomar dicha decisión.

La ruta de escape que Francis les había marcado les resultó útil. En su camino a la puerta del andén no se encontraron con ningún obstáculo, pues en efecto los insectos de Cody se habían encargado de asesinar o ahuyentar a cualquier que podría habérseles opuesto en el camino. Lo más complicado, sin embargo, fue avanzar por el bosque cargando a Cody, y en especial cruzar la barda que rodeaba los terrenos de la base con él. Por suerte en esto último Gorrión Blanco pudo darles una mano, por decirlo de un modo, para facilitar las cosas.

El resto del día había sido básicamente seguir moviéndose, sólo tomando pequeños descansos por unos minutos, y luego continuar. Para ese punto no podían estar seguras de que se hubieran alejado lo suficiente de la base, o de que no hubiera grupos de rastreo peinando la zona en su búsqueda. Pero lo que sí podían asegurar era que si no se detenían a recuperar energías, y armar un plan que no consistiera únicamente en huir despavoridas sin rumbo, entonces no sería necesario que los mercenarios las encontraran para terminar mal.

Se acomodaron en un pequeño terreno despejado flanqueado por altos árboles, en cuyo centro Charlie juntó unas ramas y encendió con sus poderes una pequeña fogata. Lucy le cuestionó si acaso era buena idea encender un fuego que pudiera atraer a sus perseguidores, a lo que Charlie le respondió que para ese punto, estar a oscuras sin poder ver lo que se acercaba entre las sombras no resultaría mucho mejor. Además, conforme se fue haciendo de noche, el clima se fue tornando cada vez más frío, y no era que ninguno tuviera ropa apropiada para pasar la noche a la intemperie; en especial Charlie, que había tenido que dejar atrás la chaqueta que le había quitado a aquella agente del DIC, y ahora iba sin mangas. Un poco de calor les caería bien a todos.

Recostaron a Cody en el suelo a un lado del fuego, sin poder preocuparse mucho por su comodidad de momento. Igual el efecto del sedante parecía aún tan potente que el muchacho no le importó el terreno duro e irregular, y siguió dormido.

Una vez acomodadas y con el fuego encendido, las tres se sentaron a discutir cuál sería su siguiente movimiento. Fue evidente para Charlie desde el inicio que tanto Lucy como la otra muchacha se encontraban bastante perdidas, como animalitos asustados que sólo seguían la corriente. Así que le tocaba a ella de cierta forma tomar el liderazgo de la situación, aunque no le gustara.

Decidir un plan o hacia donde tenían que ir se volvió mucho más complicado. Ninguna tenía un teléfono, GPS o dinero. Charlie ni siquiera estaba del todo segura de en qué parte del país se encontraba, mientras que a Lucy y a Cody les habían quitado todas sus cosas cuando los aprehendieron. Gorrión Blanco tampoco traía nada consigo, salvo la ropa que traía puesta, al igual que todos ellos. La única que podría quizás hacer algo para ubicarlos y marcar un camino a seguir, o al menos contactar a alguien que pudiera ayudarlos, era la rastreadora del grupo. Y aunque Lucy sabía que era cierto, pareció un tanto renuente a la idea, alegando que en su estado físico actual le sería virtualmente imposible hacer mucho. Charlie le tuvo que insistir, algo agresiva para el final, hasta que cedió.

Un poco de malagana, Lucy se sentó en un punto un poco alejada del improvisado campamento, con sus piernas cruzadas y sus ojos cerrados, y les pidió que guardaran silencio. Y… así estuvo por casi una hora, sin siquiera moverse. Y cada vez que Charlie o Gorrión Blanco decían algo, o incluso se movían un poco, ella les lanzaba un escueto sonido de queja, lo que hacía que el ambiente, encima de todo, se volviera un poco incómodo.

Charlie optó por recorrer los alrededores en busca de más ramas, y así no estar sin hacer nada. Con la comida no había mucho que hacer estando a oscuras. Tendrían que aguantarse el hambre hasta la mañana, y quizás entonces Charlie pudiera cazar algo. No era la primera vez en su vida que le tocaba huir y esconderse en el bosque, así que bien o mal había aprendido algunas cosas.

Cuando volvió, cargando varios leños en sus brazos, Lucy seguía en el mismo sitio, y en la misma posición.

—¿Aún nada? —preguntó con tono tranquilo, contrastante con el grito de desesperación que Lucy soltó al instante, agitando además sus manos en el aire con frustración.

—¡Ya dejen de preguntar eso! —espetó la rastreadora, alzando su mirada con fiereza hacia ella.

—Lo siento —masculló Charlie con tono sarcástico, resistiéndose el impulso de responderle que era en realidad la primera vez que lo preguntaba.

Lucy resopló, farfulló algo por lo bajo, y volvió entonces a sentarse derecha y cerrar los ojos. Charlie comenzaba a dudar que en verdad pudiera lograr algo, pero debían al menos intentarlo.

Se aproximó entonces al fuego, frente al cual Gorrión Blanco se encontraba sentada, contemplando éste con expresión pensativa. Se puso de cuclillas y colocó los leños en el piso a su lado. Comenzó a cortar algunos en pedazos más pequeños, y a lanzarlos al fuego.




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