Me dirigía hacia mi domicilio, este era un departamento pequeño pero cómodo. Allí vivía con mis hermanos y madre. Al ingresar, la vivienda se encontraba a oscuras. La primera habitación luego de la entrada principal era el comedor. Allí se ubicaba una mesa para seis personas y en el extremo de la misma había una silla, ambos se hallaban del lado de la ventana del fondo del salón. Yo no le di importancia a lo que me rodeaba y me fui directamente a mi pieza atravesando el comedor, el pasillo y doblando a la izquierda en donde agarre mi abrigo. Al salir de mi cuarto, en la puerta dije como pensando en voz alta: "Siempre hay mucha gente en este departamento" ya que era un lugar muy concurrido por parientes, amigos y gente conocida para mi familia pero para mí no. Entonces en ese momento escuche: "Eso no es verdad". Me sorprendí al oír eso pues creía que estaba sola. Así que giré a mirar de dónde provenía la voz y vi un chico en la única silla cerca de la mesa. Por la ventana ingresaba la luz de luna que alumbraba la mesa y a él hasta los hombros. Yo podía ver el contorno de su cabeza pero no su rostro. Su forma de responder me pareció muy amigable. Por lo tanto le contesté con bastante confianza: "Ah, yo pensé que sí". Luego le dije: "Chau" pero él no me respondió y pensé que era de esas personas que no acostumbraban a saludar, no le presté atención y salí.
Fuera de mi domicilio en la entrada se encontraba uno grupo de adolescentes reunidos en ronda conversando, me aproxime a ellos y les consulté: "¿Quiénes ese chico que está adentro?". Ellos me observaron sorprendidos "¿Quién?" preguntaron, "El chico que está allá adentro" contesté señalando hacía la puerta, pensando que quizás estaba esperando a alguien. Ellos me miraron asustados y me dijeron "Pero si solamente vos entraste". Yo me quedé observándolos desconcertada hasta que me di cuenta lo que realmente había visto: UN FANTASMA.
Shamira Lauliet.