Andorra, 7 de septiembre del 2038.
Una de las reuniones más importantes de la corte más poderosa del mundo se estaba llevando a cabo en el lugar más remoto de Andorra. Cada uno de los integrantes tenía una estrategia y visión clara, el cabecera del grupo tenía los ojos puestos en los demás que estaban enfrente, observando cada uno de sus movimientos y, juzgando cada una de sus miradas. Si no pertenecías al grupo, cualquier movimiento podría costarte caro.
El lugar, además de ser retirado de la sociedad, estaba muy organizado comparando con la fachada que tenía por fuera. La mesa ovalada estaba compuesta por los siete hombres más importantes del mundo, acompañados a su alrededor por sus esposas y algunos guardias que tenían por protección.
Cada uno de esos siete hombres llevaba en su palma una mini pantalla táctil, siendo esta la encargada de proporcionarle cualquier información que necesitaran. El líder era un hombre muy poderoso de origen británico, analizaba todo con mirada perspicaz esperando cualquier objeción al plan para negarse rotundamente, y matar algunos si fuera necesario.
El mundo ya se encontraba demasiado distorsionado, las constantes luchas, guerras, y problemas de toda clase estaba afectando demasiado la humanidad, y aunque su plan no era realmente bueno, parecía la mejor opción para ellos en el tiempo en el cual se encontraban. Ninguno entendía como el mundo había ido a parar a eso, tanta sangre derramada. Decían que había sido La Tercera Guerra Mundial— solo que con un nombre diferente—, el mundo la tituló «Guerra de los Fríos». Lo más impactante de todo era que aquello no lo habían iniciado ellos, siendo que eran las siete potencias más poderosas del mundo, ellos hace mucho tiempo habían decidido unirse por un mismo fin. La masacre la iniciaron sus enemigos y ahora buscaban de manera desesperada una forma de organizar el mundo de nuevo antes de que terminaran todos muertos.
Las esposas de aquellos siete hombres de mucho poder, se encontraban reposadas sobre los sillones de cuero negro en la estancia, vestían elegantemente, mientras que escuchaban los astrosos planes de sus esposos, sin poder opinar, en lo más profundo de su ser a cada una le molestaba aquel plan, pero nadie les pondría atención, no a ellas.
El líder, el cual había organizado todos los planes, esperaba algún movimiento; mientras que los demás se disponían a analizar todo lo que habían escuchado antes. Uno de ellos —de origen americano—, se dispuso a mirar fijamente la pared de tono gris delante de él, en su mente ideaba planes, estaba en total desacuerdo con los proyectos que había sugerido su amigo el británico.
—Entonces, tu plan es hacer de nuestros futuros hijos...
—Dictadores —La voz de uno de ellos lleno el espacio. Su origen ruso salió a relucir. Juntó sus manos sobre la mesa con los dedos entrelazados —, y someterlos a tratamientos científicos, únicos y peligrosos, para convertirlos en super humanos.
—Sus capacidades serán únicas, cada uno será especializado en un área, siendo cada uno valioso y necesario para gobernar el mundo —comentó el líder, con su voz neutra —. Será un gobierno homogéneo, deberán de estar los siete para estar equilibrados. Cada uno de ellos liderará una comarca pero todas regidas por las mismas leyes.
El americano aclaró su garganta y poso su vista sobre la del líder — La dictadura no es lo mejor para el mundo, estaríamos convirtiendo a nuestros hijos en personas sin principios, sin valores y sobre todo sin corazón. Los humanos no son marionetas para mantenerlos en una dictadura. No es para esto en lo que estamos luchando. Por culpa de gente sin corazón es que estamos justo así ahora.
— ¿Crees que lograremos el control del mundo de manera legal? ¿Que los humanos harán lo que queramos? Estas guerras no acabaran nunca. El mundo nunca dejará de pelear, perderemos a la raza humana. Esto es lo mejor que se puede hacer, controlar el mundo, y todo estará en orden.
El americano quiso protestar, pero de sus labios no salieron palabras, él estaba en contra de aquel proyecto, delante de sus ojos nada de eso estaba bien, su deseo era mejorar el mundo, no podía negar las constantes guerras, las distorsiones, pero eso no era lo mejor.
El líder llegó a darse cuenta de que uno de sus miembros no estaba de acuerdo, eso no le importó. Ellos sabían muy bien que cualquiera que se opusiera terminaría muerto.
Al final, las historias de terror no solo se quedaron dentro de los libros y la televisión, se hicieron reales, amedrentando a la humanidad. El proyecto «Control» fue iniciado unos meses después, cuando luego de leer todas las pautas, parecía que todos estaban de acuerdo. Era un proyecto complejo, el cual llevaba tiempo y dedicación, no era cualquier cosa, era algo maquinado por una persona ambiciosa y con sed de mucho más poder, era algo peligroso, algo que no pudieron detener. Dividieron el mundo en siete comarcas; Araya, Hittha, Khabai, Katala, Sarabia, Urasya y Austraya. Cada comarca terminó teniendo siete ciudades, cada una resguardadas bajo grandes muros, alejados de las tierras desoladas. Fue como una restauración, iniciar desde cero, según ellos, hasta cambiaron los nombre de los mares, entre otras cosas.
El primer gobernador nació el 27 de enero del 2040, proveniente de la potencia de África. Fue el primero en ser llevado a las plataformas de la C.I.A. y ser usado como conejo de laboratorio, los científicos, maravillados y extasiados, trabajaron día y noche. Fueron pocas las dificultades, se sentían orgullosos, lograron crear del primer niño un super humano con éxito. Los procedimientos fueron dolorosos, en su pequeño cuerpo fueron suministrados sustancias desconocidas y letales, que pusieron su vida en riesgo muchas veces. Fue especializado desde pequeño, adiestrado y entrenado, como el gran doctor que sería. Gobernador de la comarca Katala.