Beacon Hills había cambiado.
O tal vez no… tal vez los que habían cambiado eran ellos. Los que sobrevivieron. Los que se quedaron con las manos vacías y el alma rota.
Después de la batalla contra el Nogitsune, después de la última muerte, después de que Derek Hale desapareciera bajo una promesa rota y una ciudad que nunca perdona, el mundo siguió girando. Pero no para todos.
Stiles Stilinski juró no volver.
Pero Beacon Hills no olvida a los suyos.
Y cuando la chispa volvió a brillar en sus sueños —llamándolo, ardiendo bajo su piel como un recuerdo que nunca se apagó— supo que era momento de regresar.
Eli Hale, por su parte, no lloró.
No frente a los demás.
Pero por las noches, gritaba.
Porque lo que nadie entendía era que no se trataba de la muerte de su padre…
Se trataba del vacío que dejó.
Y ahora, mientras viejos enemigos regresan bajo nuevos rostros y los secretos salen de los rincones más oscuros del pasado, una sola verdad se alza sobre las demás:
Derek Hale no murió en paz.
Y lo que Stiles está a punto de descubrir puede romper todo lo que alguna vez creyó real.
La chispa renace.
La manada se tambalea.
Y la línea entre la vida y la muerte ya no es tan clara.
Porque en Beacon Hills, nada permanece enterrado para siempre.
Editado: 10.07.2025