Capítulo Dos

Hablar con Eli fue una de las cosas más difíciles que Stiles hizo en su vida, y pensó que él mismo había sufrido la muerte de su madre y su ausencia, pero al ver a Eli se daba cuenta de que su reacción ante la pérdida fue más llevadera, y que fue más fuerte por él mismo y su papá, mientras que su papá no fue nada fuerte y se hundió en el alcohol.

Al preguntarle a Peter, se dio cuenta de que para un lobo perder a su familia era devastador, y el muy maldito estaba preocupado y no sonando molesto o sarcástico como siempre. Incluso mostró su preocupación cuando dijo que en pocos días habría luna llena, y que sería la primera del chico, y que sin su padre sería más difícil de lo que había supuesto.

Entonces Stiles se volvió loco, por fin rompió en llanto, todo se le revolvió. No podía creer que ese lobo amargado ya no estaba entre los vivos. Le costaba creer que se haya ido y dejado todo este desastre. Incluso Scott se veía desesperado a veces, pero estaba con Allison, eso era lindo. Todos tenían a alguien, menos Eli.

El muchacho no quiere ir a la escuela, por más que Stiles lo pide de buena manera.

—Eli Hale, levántate de ahí ahora —la voz de Malia hizo que el adolescente saltara de la cama. Stiles casi se rinde y le dice a Malia que ya se podía ir—. No me mires así, tienes que ir a la escuela. No lo digo yo, lo dice el sistema educativo, y si no vas, vendrán y te llevarán a un orfanato porque no sabemos cuidarte.

—Pero yo no quiero ir, yo no quiero nada —se pone a llorar. Malia rueda los ojos tratando de no llorar ella también, pero Stiles no lo resiste y sí llora y lo abraza. Luego pasó algo que no esperaba: Malia se une a ellos también llorando.

Unos minutos más tarde, Eli se quedó dormido y Malia y Stiles lo dejaron en su cama. Ellos fueron a la cocina y mientras preparaban algo, llegó Peter.

—Tengo la custodia del niño, creo que eso quiere decir que viviré aquí con él —tira los papeles en el desayunador. Malia les da un vistazo.

—Creo que eres mejor opción que Scott —dijo Stiles mientras ponía café en la cafetera.

—Ojalá, ya he decepcionado lo suficiente a Derek —miró una de las fotos de su sobrino que estaban en la pared. Ha pasado toda la vida queriendo todo para ellos y lo ha hecho mal, al punto de decepcionar a quien más le importa de la familia que le queda, su hija incluida.

Stiles estaba harto, harto de esto. Nadie estaba listo para esto: ni él, ni Peter, Eli, Malia, nadie. Y aun así aquello había llegado y era una realidad, una cruda realidad. Entonces se prometió que traería a Derek de vuelta. No sabía cómo ni por dónde empezar, pero lo lograría.

Pero ahora solo comerían, así que Stiles les sirvió unas tostadas y café a Peter y Malia. Cuando estaba a punto de sentarse a comer él también, la puerta sonó. Malia asintió.

—Solo son Liam y su novia Hikari —le informa. Stiles asiente y va a abrir la puerta.

Liam lo miró y le dio una media sonrisa, al igual que la chica. Ambos expresaban la tristeza, al igual que todos, pero también les alegraba verlo. Hikari, emocionada de conocerle.

—Lo siento por venir así sin avisar, es que pensé que Scott se llevaría a Eli —Hikari puso su mano en el hombro de Liam, dándole apoyo.

—Y no lo vamos a permitir. La manada está aquí y Derek dijo que Eli era manada. Scott hace mucho que se fue y no ha estado en la manada desde hace mucho —Hikari habla con sinceridad—. La única razón por la que aceptamos volver con él fue por el Nogitsune.

—Lo entiendo, no se preocupen —les sonríe—. Pero pasen, por favor, hay tortitas y café.

—Gracias, es bueno que estés de vuelta. Tu Jeep está en el taller de Derek —Liam lo abraza y sonríe—. Pero Eli no lo deja en paz desde que Derek por fin lo pudo reparar y sacarle toda esa cinta.

—No necesito el Jeep, tengo mi camioneta —señala el auto que tiene la placa del FBI—. Pero espera —lo detiene, mientras Hikari se integra a la mesa con Malia y Peter—. ¿Si Scott no ha estado aquí como alfa de la manada, quién sí ha estado?

—Derek, Parrish, tu papá y a veces Peter. Y cuando no está en Francia, Chris también ayuda —Stiles lo deja pasar y que vaya a beber café. Luego pensó en Scott. ¿Tanto extrañaba a Allison como para desatender a su manada? Carajo, que ya habían pasado quince años de la muerte de Allison. Ahora vivía, ¿qué lo ataba en San Francisco entonces?

—¿Qué saben de la vida de Scott en San Francisco? —preguntó al regresar a la cocina.

—Solo que tiene un refugio para perros ahí, junto a la nueva veterinaria de Deaton, y que es todo un alfa rescatando, palabras de Deaton, no mías —Malia dijo con rapidez. Todos la miramos—. ¿Qué? Tenía que saber qué le pasó después de que rompiera conmigo, pero solo sé eso. Después empecé a salir con Parrish, pero después de que mató a Derek no sé cómo mirarlo.

Había muchas cosas con las cuales lidiar y parecía todo tan estresante de solo pensarlas. Pero primero esto.

—Malia, Jordan no tiene la culpa, ¿entiendes? —la toma del brazo—. Nadie la tiene. Que las acciones de Derek no te afecten —ahora todos lo miraban a él—. Por favor, nadie obligó a Derek a empujar a Scott y decirle a Jordan que continuara lanzando fuego para matar a ese hijo de perra. Solo quería que el Nogitsune no nos molestara más —sacudió la cabeza, tratando de borrar las imágenes que su mente hizo cuando su padre le contó todo con lujo de detalles.

—Gracias —Malia medio sonrió en agradecimiento y después continuó comiendo mientras platicaba con Hikari. Liam hablaba con Peter, hablando de cosas banales que después se convirtieron en comentarios sobre Derek, lo que se volvió una charla para recordarlo y sonreír de las veces que Derek les salvó el trasero.

Stiles solo los miraba, pero en su mente estaba pensando una forma de ir a ese otro plano para ver cómo podía traer a Derek de vuelta. Ahí, en ese momento, tomó la decisión. Viendo cómo había personas que todavía dependían de él, y sonrió en rendición: él también lo necesita.