Resurrection

Capítulo siete

Los entrenamientos no eran lo que esperaba, de hecho, le daba gracia cómo Jennifer lo ponía a mover cosas con la mente, a sentirlas cuando no las tenía en su mano y solo las sentía en su mente. Eso era muy simple, demasiado.

—Esto es aburrido. ¿Cuándo voy a entrenar de verdad? —dijo mientras jugaba con su magia. Eso lo hacía parecer como en Harry Potter.

—Este es el entrenamiento de verdad. Si te lo tomaras en serio, sabrías que esa cosa con la que juegas no es solo mágica, es tu energía, y la estás desgastando jugando con ella. Mientras que, si la usas en algo que tenga sentido, esa energía en vez de desperdiciarse se amplifica y se vuelve una armadura, un escudo o una llave. También puede ser una cerradura —dijo con su semblante serio. Luego de unos segundos puso un plato de sopa frente a Stiles—. Come, no te vayas a morir de hambre.

—Gracias —ve la sopa—. ¿Es comestible?

—Claro que sí. No tiene veneno, si así lo piensas —le sonríe—. Si te quisiera matar, no lo haría de esa forma tan patética.

Stiles iba a replicar, más escuchó que abrían la puerta y ahí entraban corriendo dos niñas como de 10 a 12 años. Detrás de ellas vio a Alec, y sí, efectivamente era uno de los nuevos en la comisaría.

—Mamá, papá llegó tarde a recogernos al campamento —las dos se pusieron del lado de Jennifer.

—En mi defensa, no era yo quien tenía que ir por ellas. Y segundo, el sheriff está muy exigente, más desde ayer que Parrish desapareció un buen rato —se sentó, cansado. Jennifer casi se va de culo; ese no era su Alec. Miró que en el cuello no tenía el nuevo tatuaje que se había hecho por si algo pasaba.

—Lo lamento, pero yo estoy de niñera de la novia de Derek —señala a Stiles. Él la mira achicando los ojos.

—No soy novia de nadie, y en todo caso sería novio —rezongó.

—Oh, sí, se me olvidaba ese detalle —rió—. Niñas, váyanse a cambiar y alisten sus ropas y sus cosas para mañana.

—No quiero ir a la escuela —dice la que más se parece a Jennifer, mientras que la otra subió y no miró atrás. Jennifer quería que siguiera a su hermana.

—¿Cuándo será el día que quieras ir a la escuela, Stephanie? Anda, ve. Y no te estoy preguntando si quieres: ve —señala. La niña mira a Stiles y se va muy avergonzada.

—No seas tan dura con ella, apenas vienen del campamento —Alec se acerca a Jennifer. Stiles come en silencio, sintiéndose un mal tercio.

—Campamento por el cual no van dos semanas a la escuela —lo miró con severidad. Alec levantó las manos en son de paz. Stiles escupe la sopa al reírse, pero lo disimula con una tos. Ambos lo miran como si hasta ahora se dieran cuenta de que ahí estaba.

—Lo siento, fue un trozo de papa —señala la sopa.

—Es sopa instantánea. No lleva papa, Stiles —Jennifer lo miró. El oficial Alec solo rió en voz baja.

—Oh, no me había dado cuenta —mira los fideos en el plato de sopa.

—No importa —ella le quita importancia—. Alec, ve por un uniforme nuevo, traes a las niñas para comer, luego te vas de regreso a la comisaría —él asiente y se va escaleras arriba. Otra señal de que no era Alec: su uniforme estaba bien y él siempre les gritaba a las niñas desde el piso de abajo.

—¿Por qué un uniforme nuevo? —pregunta Stiles, viendo que el uniforme que Alec lleva está completamente limpio.

—No es Alec —susurra, y lo hala para que se levante rápido.

—¿Qué? ¿De qué hablas? —mira hacia las escaleras, y recuerda a las niñas—. Tus hijas…

—Ellas ya están en el auto —ya afuera las señaló, a las dos saludando en el auto—. Corre, sube ya, no tardará en darse cuenta de que lo engañé. —Corrieron al auto. Jennifer logró arrancar a tiempo, antes de que Alec —que en realidad no era Alec— saliera disparándole al auto.

—Si ese no es el oficial Alec, ¿quién es ese? —señaló Stiles.

—Antiguo aliado de Alec contra el viejo Argent y Monroe —explicó—. Derek los detuvo cuando intentaron matar a Chris. Antes de eso, ustedes conocieron a Alec como un adolescente al cual Scott acogió en su manada, pero solo buscaba más aliados. No sabían que ya no era tan peligroso. Alec lo entendió cuando estuvo en la manada, aunque Scott no estaba. Derek fue a quien siguió y eligió como alfa, pero al ver que Derek no quería ese cargo, decidió que apoyaría su decisión, por lo que se fue. Lo buscaron, pero no lo encontraron. Lo dieron por muerto. Lo que no sabían era que Alec no era el adolescente que Scott rescató. No, para nada. Y por eso nadie lo podía encontrar. Él se acostumbró a estar entre los adolescentes, y cuando volvió con sus aliados, Alec sentía que no pertenecía —la historia, mientras conducía, los estaba tranquilizando a los cuatro—. Sobre todo cuando lo dejaron de tomar en cuenta. Pero entonces empezó a escuchar tras las puertas cerradas. Escuchó que atacarían a Chris. No sabía qué hacer. Entonces recordó a Derek, y no lo pensó dos veces: fue con él. Juntos detuvieron a los aliados que intentaban matar a Chris. En eso, los aliados perdieron muchas de sus armas, por lo que al salir de Beacon Hills fueron fáciles de matar por Monroe y unos cuantos de sus cazadores.

La historia estaba WOW, pero Stiles necesitaba saber qué era lo que era Alec, para saber qué era el Alec que no era Alec en casa de Jennifer.

—Jennifer, si Alec no es hombre lobo, ¿qué es? —se atrevió a preguntar.

—Lo has leído en el vestuario, creo. No sé si te va a sonar, pero él es un cambiaformas, o mimetista —miró a sus hijas—. Ellas también lo son.

—No, en realidad no sé qué son —dijo con sinceridad—. El bestiario de los Argent está en latín antiguo.

—Bueno, en resumen, el cambiaformas es un ser humano que puede cambiar de forma, generalmente adoptando la forma de otro ser vivo. También poseen una fuerza increíble.

—¿Y cómo matas a uno de ellos? —mira a las niñas de Jennifer—. No las mataré a ustedes.

—Stiles, debes concentrarte —se queja ella. Ya casi llegan a la comisaría.

—¿Por qué? —pregunta, confundido.



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En el texto hay: sterek, teenwolf, teenwolf stiles

Editado: 10.07.2025

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