Resurrection

Capítulo dieciocho

—¿Me están jodiendo? —Isaac se quedó mirando a Erica y Boyd por unos segundos antes de lanzarse a abrazarlos—. ¡Los he extrañado tanto!

—Nosotros también a ti —respondió Erica, y a Derek se le escapó una lágrima al ver a todos sus betas reunidos.

—No llores, te van a ver —le dijo Stiles, que había vuelto por agua pero se quedó al ver aquella escena. Sabía que Derek se avergonzaría si lo notaban.

—No los veía desde hace casi dos décadas… se me permite llorar a gusto —se defendió Derek, sin apartar los ojos de sus amigos.

—Touché, Sourwolf —Stiles chocó su hombro con el del lobo—. Anda, ve con ellos.

—También son tus amigos —le sonrió Derek.

—Menos Boyd, que la última vez dejó bien claro que su única amiga era Erica… y que estaba muerta —añadió con una ceja alzada. Derek lo miró serio—. Okay, okay, ya voy. Apresúrate o van a romper el abrazo.

Derek le sonrió. Stiles pensaba que el otro lado lo había vuelto bipolar.

Cuando se unió al abrazo, Stiles sintió algo extraño. Algo que jamás había sentido… bueno, solo una vez: cuando estaba en familia con sus padres. Y al parecer no fue el único que lo sintió. Derek, Boyd, Isaac y Erica también mostraban una expresión de sorpresa. Incluso Isaac sonreía, lo cual lo delataba.

—¿Qué fue eso? —preguntó Stiles.

—Es el poder de la manada —explicó Derek. Volver a ser Alfa le había devuelto parte de su esencia.

—Es lo que pasa cuando la manada está junta —añadió Isaac—. Hace años que no sentía esto.

—Pero falta Eli —dijo Stiles, mirando alrededor.

—También faltan Jackson, Ethan y Aiden —dijo Isaac—. Pero no se trata de estar físicamente en el mismo lugar.
Se trata de cómo te vemos. Aquí, ahora, nosotros te sentimos como parte de la manada. Y tú también lo sentiste.
Supongo que eso tiene que ver con… bueno, con lo que dijo Jennifer.

—¿La chispa? Isaac, ¿cómo estás tan seguro? —preguntó Stiles, señalándolos a todos—. ¿Cómo sabes que es eso?

—Libros. En Francia tienen montones de información interesante. Y las bibliotecarias no te miran raro por buscar temas sobrenaturales —sonrió al recordar su estancia en aquel país—. Le mandé unas copias a Derek. Estaban en latín, su idioma original.

—Pensé que eran copias de los libros de Deaton —dijo Stiles, recordando haberlos tenido entre sus manos. Eran iguales a los que el druida había usado.

—No sabía eso —comentó Derek—. Deaton nunca me quiso prestar esos libros. Pero vi a Scott hojearlos muchas veces. Aunque no estoy seguro si eran los mismos.

Stiles se quedó pensativo. No quería pensar mal de Deaton… pero ¿por qué lo había dejado fuera tantas veces?

—Bueno, no importa —intentó desviar el tema—. Mañana tenemos que ver al resto del grupo y estar preparados.
Mi papá me va a castigar, y eso que ya soy un adulto independiente.

—Ni lo digas. Cuando se entere de que es abuelo seguro me deja con dentadura postiza —todos rieron.

—Es más probable que tú lo dejes a él usando un garfio con esa mandíbula tan fuerte —bromeó Stiles, recorriendo el rostro de Derek con la mirada. Derek le sonrió y apartó la mirada, avergonzado.

—Bien… amm, creo que iré a dormir —Erica fue la primera en romper la escena, caminando hacia las habitaciones.

—Sí, yo te acompaño —dijo Boyd, pero antes dirigió una mirada a Isaac.

—Yo también… pero en habitaciones separadas, por supuesto. ¿Por qué iría a dormir con Erica y Boyd? —se rascó la nuca, nervioso—. Mejor me retiro ahora mismo.

—Sí, yo también —dijo Chris, saliendo detrás de Isaac.

Cuando quedaron solos, Derek sonrió.

—Creo que nos están dando privacidad —señaló la puerta.

—Sí, eso creo —sonrió Stiles—. Supongo que hay que aprovecharla.

—No hay que desperdiciar su esfuerzo —respondió Derek, acortando la distancia entre ellos hasta que sus labios se encontraron por primera vez.

Fue un beso lento, pero seguro. Inexperto… pero hermoso.
Sus corazones latían con fuerza, impulsados por la adrenalina de los nervios.
El roce fue tan dulce, tan esperado… y sin embargo se sintió como si fuera la primera vez que besaban a alguien.

Cuando se separaron, ambos se miraron, respirando agitadamente.

—Creo que no estuvo nada mal —jadeó Derek, como si hubiese corrido un maratón.

—Sí… hay que seguir practicando. Para que sea mejor… mucho mejor —dijo Stiles.

Se sonrieron, tranquilos, felices.

Mientras ellos estaban en su mundo, el resto del grupo disfrutaba en la sala de juegos del hotel. Nadie tenía sueño, así que Chris los había invitado a jugar.

Erica y Aiden jugaban bolos, mientras una bandeja de nachos con jalapeños y mucho queso reposaba sobre una mesa. Comían después de cada lanzamiento.

Alec, Jennifer, Ethan y Boyd jugaban billar en parejas. Alec y Jennifer habían dejado a sus hijas descansando, luego de una buena cena de hamburguesas.

Lydia, Jackson y Chris conversaban, poniéndose al día. Chris evitaba contar que Derek era su socio. No sabía si Derek querría que todos supieran de su vida privada tan rápido. Lo habían ocultado por años… y funcionaba.

Eli, por su parte, dormía profundamente en la suite.
No había dormido bien en casi dos semanas, pero hoy, por fin, se permitió descansar.
Su papá estaba de vuelta. Estaba seguro.
Y nadie iba a quitárselo otra vez.

Y si alguien lo intentaba… moriría en el intento.
Y al diablo con la regla de no matar que tiene Scott.

Él no es su Alfa.



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En el texto hay: sterek, teenwolf, teenwolf stiles

Editado: 10.07.2025

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