Todos estaban cenando. Alec, Ethan y Aiden no dejaban de revisar sus teléfonos a cada momento para saber algo de sus parejas. Bueno, Aiden y Lydia aún no habían formalizado nada; Aiden seguía creyendo que Lydia estaba con Stiles. No era su culpa… Stiles y Derek aún no habían dicho nada sobre lo suyo.
—¿Por qué tanto silencio?
Todos voltearon con preocupación al escuchar aquella voz.
—¡Peter, espantas, hombre! —Stiles lo miró con sobresalto.
—Lo siento. No quería ser imprudente en su evidente cena familiar, a la cual, al parecer, no fui invitado —los observó a todos en la mesa, posando sus ojos en Aiden y en los betas muertos de Derek. Luego, su mirada viajó hacia Derek—. En serio… ¿por qué nadie se queda muerto en este pueblo? —murmuró, sentándose en uno de los sofás alejados del comedor.
Derek se levantó de la silla y caminó hacia él.
—Eres un placer para la vista, querido sobrino. ¿Cuándo pensabas decirme que habías vuelto? —lo miró con una mezcla de reproche y dolor. Derek sintió pena al ver esa expresión en los ojos de Peter.
—Lo siento… estábamos descansando —medio mintió.
—Pensé que eso ya lo habían hecho en el hotel —Derek lo miró con seriedad.
—Sí, pero nadie durmió. Solo fue una pequeña reunión. Perdóname por no avisarte, no sabía cómo hacerlo sin que Scott se enterara.
Peter asintió y recordó algo.
—Scott te quería de regreso. Él y Allison buscaron ayuda para traerte de vuelta —contó justo cuando Eli entró en la sala.
—Eso es verdad. Mason y yo lo escuchamos antes de irnos —dijo el muchacho, mirando alrededor—. ¿Alguien ha visto a Mason?
Todos se quedaron quietos al escucharlo. Con tanto ajetreo, habían olvidado por completo a Mason.
—No lo he visto desde el hotel —dijo Parrish—. Dijo que iría a dormir. Tampoco terminó el juego con nosotros.
Stiles caminó hacia Eli y Derek.
—Déjame ver —tomó las manos de Eli entre las suyas—. No era el verdadero Mason, era un mimetista.
Eso fue lo que descubrió al sentir aquella energía duplicada, una presencia que usurpaba la esencia de Mason y su conexión con la manada, incluyendo el reciente apoyo a Eli. Se preocupó de inmediato, ya que el mimetista pudo haber robado parte de su ADN y usarlo para imitarlo.
Derek lo notó enseguida y colocó una mano en su hombro.
—No te preocupes. No funciona con otros sobrenaturales… es como una regla.
Stiles respiró aliviado.
—Eso es verdad. Yo lo intenté durante años con un hombre lobo, pero es casi imposible —intentó apoyar Peter.
—¿Casi? —la voz de Stiles salió cargada de furia.
—Sí… solo puede hacerse con el hechizo correcto y uno o varios sacrificios.
Eso no ayudó. Si Peter lo sabía, cualquier otro sobrenatural experimentado también lo sabría.
—¡Tranquilos! —Peter alzó la voz, atrayendo todas las miradas—. Si alguien está usando la identidad de cualquiera de nosotros aquí, lo sabremos… y lo acabaremos. Por ahora, mantengamos la calma.
—Yo, Erica y Boyd buscaremos al Mason real —dijo Isaac. Los mencionados asintieron de inmediato.
—Los acompaño —Derek se colocó a su lado.
—Tú no puedes. Tienes que liderarnos —replicó Peter. Derek negó con la cabeza.
—No quiero sonar como Scott, pero no. Yo soy el Alfa… y no pedí esto.
Peter entró en razón y levantó las manos en señal de paz.
—Ok, vamos. Yo iré a casa de Jennifer —dijo Peter, ganándose una mirada de advertencia de Derek y Stiles.
—¡No la voy a matar! —se quejó.
—Si le haces algo, te juro que no te lo perdonaré —lo señaló Stiles—. Alec, ¿dónde están las niñas?
—Durmiendo. No están acostumbradas a todo esto… están agotadas —respondió.
—Bien. Derek, ve tú con Isaac por Mason. Ir todos es demasiado —los miró y ambos asintieron—. Peter, ve con Jennifer, Jackson y Lydia. Diles lo que está pasando y llévalos a la comisaría.
Peter asintió.
—Alec, Eli, quédense en la casa. Estarán seguros aquí. Cuídenlas —ordenó Stiles. Ambos asintieron antes de subir las escaleras.
—¿Y nosotros qué hacemos? —preguntó Parrish.
—Iremos a la comisaría. Creo que el mimetista intentará atacar ahí. Es un punto vulnerable; creen que solo hay humanos.
Trató de recordar algo que Mason dijera antes de que lo perdieran de vista en el hotel.
—Tengo la sensación de que cuando llegó y dijo que “se moriría de tanto buscar algo así”… —pensó en esas palabras—. Creo que no nos buscaba a nosotros, precisamente.
—No le des tantas vueltas. Iremos a la comisaría. Tu padre está ahí —Parrish lo miró, y Stiles le devolvió la mirada.
—Él tiene razón. Y allí están muchos padres de otros hijos que los necesitan —agregó Ethan. Su hermano le sonrió.
—Bien… pero no sé si es seguro dejar a Alec, Eli y a las niñas —comentó.
—Esta casa está más asegurada que la Casa Blanca… al menos contra casi cualquier criatura sobrenatural, menos espíritus japoneses de mil años —bromeó Erica.
El comentario provocó un facepalm en Aiden y que Boyd solo rodara los ojos. Ella lo dijo recordando lo que Chris les había contado.
—¿Qué? ¡No es mentira!
—Está bien, como sea… ¡vámonos! —todos comenzaron a alistarse.
—¡Esperen, por favor! Mi papá y Chris tienen armas en el sótano. Estaban bajo llave, pero encontré la llave mientras limpiaba —Eli los guió hacia el sótano y Stiles y los demás lo siguieron.
—Tomen, aquí hay balas de plata —mostró un maletín con las siglas “H.A.P.”
—¿Qué significan esas siglas? —Stiles miró a Eli.
—Hale Armory Patent —respondió con naturalidad.
—¿Qué? —Stiles volvió a mirar las siglas—. ¿Pero cómo es posible?
Recordó que, antes de venir a Beacon Hills, su jefe comentó que el dueño de la nueva armería que les importaba las armas había desaparecido.
—Chris es su socio… en el hotel y en otros negocios —comentó Jordan sin pensar demasiado—. Yo ahorré un buen dinero y también me convertí en socio.
Editado: 10.07.2025