Si la garganta se te hace un nudo
y el temor anida en tu trino,
¿a dónde van los versos que no se anima a escribir uno?
¿Dónde acaba la declaración de amor que nunca se ha dicho?
Quizá es como el árbol cayendo en medio del bosque,
si no hay quien oiga o sienta en la cercanía,
¿quién podría afirmar que existen tu sufrimiento,
la poesía, el amor o el ruido?