¿Viste que los edificios son deprimentes en verano?
Es eso, o la magnitud de las cosas sin vida me inquieta,
podríamos estar a la orilla de un río
cebando mates,
y en vez de eso por una ventana
se nos escapan las horas muertas;
hay paro de colectivos
y las calles están desiertas.
Mejor vamos por un par de birras,
en una de esas volviendo
un temblor nos tira el piso
y lo celebramos cenando una pizza,
sentados en la vereda,
escuchando Soda,
frente a los escombros,
bajo las estrellas.