Le pidió después de aquel << ¡Dime!>> Que llevara a la mujer donde ella le solicitara sin exponerla a ningún peligro; él asiente con la cabeza, sonríe y le dice que debe esperar a que despida al grupo de mujeres que estaban en la parte posterior esperando por él, un rato después en lugar de salir por la entrada del local o por el estacionamiento hacen otro trayecto a través de la parte interna del edificio.
Aquel hombre viejo de cabellos largos y canosos, de complexión atlética y de buenos modales desapareció como el celaje de un fantasma y ella se descubrió parada en medio de un largo pasillo lleno de personas, mujeres y hombres que entraban y salían de distintos establecimientos; tiendas de ropa, farmacias, y uno que otro café... se quedó petrificada con la mirada puesta en un hombre recostado de una pared, alto... ¡Si! Bastante alto, blanco, fortachón de cabello al rape, vestido de negro, que la miraba sin disimular. En fracción de segundos ¡Lo reconoció! ¡LO RECONOCIÓ! Se mueve de un lado a otro en el mismo lugar donde está parada, baja la mirada, finge que no lo ve y sin embargo, sabe de quién se trata; el hombre avergonzado notando la evasiva, decepcionado de que su sonrisa no diera en el blanco entra al café más cercano que ve y se sienta en una mesa con la cara entre las manos sonrojado de pena.
Ella reacciona a pesar de no expresar su emoción en el momento y con paso lento en su memoria se hacen vívidos aquellos recuerdos sepultados en algún rincón de su memoria, todas esas noches de pasión, todos esos besos llenos de ansiedad y deseo, aquellos brazos que la levantaban del suelo, unas veces para mimarla y otras para amarla, las pecas que tantas veces contó en su espalda, los tatuajes en su pecho si... El carnero en su costado derecho, el atrapa sueños del hombro izquierdo, el sonido de su risa y el tono de su voz al pronunciar su nombre... Si.
Se llenó de valor y con el paso lento se dirigió hacia el lugar donde aquel hombre estaba, se acerca a él lo mira y solo espera que el mire hacia arriba y que sus ojos se encuentren... Sigue siendo guapo y tal vez quizás aún sea dulce y gentil; al fin el la ve, se vuelve a ruborizar, sonríe con mucho encanto y la invita a sentarse a su lado.
Piden un café, con voz risueña él le comenta:
- te vi, te vi donde estabas antes de venir aquí, no quise acercarme a ti por respeto, pensé que estabas trabajando alli.
Nerviosa y agitada responde:
- ¡No! No es así. Yo me perdí, perdí unos documentos importantes que son de mi hermano -mintió - no sabe por qué, pero para el momento ya lo había recordado, donde estaban, donde los guardó.
No sabe porque mintió, probablemente por no dejar espacio para malos entendidos ¡Venía de un burdel! !Venía con el dueño del burdel! Le mira, un silencio los arropa, luego se comparten información sobre las cosas que han vivido desde que dejaron de verse ya hace más de 10 años, se ríen por mucho rato hasta llorar de risa... Seguidamente una pausa, él se acerca a ella con cautela, le coloca sus enormes manos entre la mandíbula y el cuello, le estampa un beso que le hace perder la noción del tiempo y solo puede pensar mientras aquellos labios carnosos besan los suyos que lo que está destinado tarde o temprano sucede, no importa que, no importa cuando, no importa como... Solo sucede.
¡Todo se enlaza para que suceda lo que
está escrito!
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Editado: 23.11.2024