Los días han pasado, y con ellos el riesgo de infección, por lo que hoy mi rutina es diferente. Me visto con mi playera favorita y unos jeans a los que les hago un dobladillo después de colocarme los tenis.
Busco mi cepillo y una liga y me dirijo al espejo de cuerpo completo. Desenredo mi cabello más de la cuenta, buscando deshacerme de toda esa tensión y ansiedad —productos del estrés— que he albergado durante meses. Tomo una respiración profunda y acomodo mi cabello para enredar la liga formando una coleta alta.
Dejo escapar el aire y respiro de forma más tranquila, pausada.
Bajo la mirada por el espejo hasta que llego a ese punto en concreto.
Sé que mi familia me mirará con desaprobación, pero no me importa, o al menos fingiré que no, lo he dejado al descubierto a posta. Por otra parte, mis amigos fliparán en cuanto lo vean.
Dudo que alguien entienda el verdadero significado, en cambio me van a arrollar con incontables preguntas, porque la mayoría elige este tipo de tatuaje para reflejar su amor y fidelidad a su pareja. Sin embargo, el pingüino también simboliza la adaptación a los cambios, superación, supervivencia y empoderamiento.
Sonrío ante la imagen, decidida a cambiar el rumbo de mi historia.