Reto Peligroso

3.0

Mi cuerpo se mece de lado a lado, y, aunque quisiera protestar, no lo hago. No sé cuánto tiempo ha pasado desde que salimos de la pista de aterrizaje. En este momento, de lo único que soy consciente es de la sensación de incomodidad y somnolencia que se adueña de mi a cada instante.

Simplemente quiero llegar a donde sea que mi padre quiere que vaya y dormir todos los días siguientes. Nunca llegué a pensar que estar entre Bryton y Eddie por cuatro horas resultaría agotador. Es justo en estos momentos de desolación, en los que me conformaría con la compañía del idiota de mi mejor amigo.

Maldigo interiormente a Bryton por su prohibición. Maldigo quien estipulo la manera en la que teníamos que viajar, y maldigo a todos aquellos que forman una amenaza para mi y que, como sucede ahora, están haciendo dejar mis obligaciones para llegar a un lugar con más protección de la que mantengo.

Si la captura de los que están tratando de cazarme se demora mucho, mandaré a todos al carajo y seguiré viviendo mi vida aún en peligro. No voy a dejar que esos estúpidos busca recompensas me impidan disfrutar de mi vida.

Tengo mis ocupaciones y en este momento no me están poniendo fácil hacerlas, para empezar resulta una tontería que todos ellos traten de protegerme aún teniendo en cuenta mi trabajo.

A parte de desear la compañía del tarado de Chris, deseo dormir. Este tipo de viajes en auto que tardan más de cuatro horas son agotadores; son del tipo de viaje que te gustaría tener siempre y cuando tengas una buena almohada para el cuello y poca importancia a quienes están a tu alrededor. Aunque mis ojos luchen por cerrarse y descansar, siempre me ha resultado fastidioso el hecho de que alguien recueste su cabeza en tu hombro como si fueras almohada, lo haría con Chris, pero no con este par de guardias.

El sonido de las ruedas del auto sobre el asfalto y la respiraciones de los guardias es lo único que he escuchado desde hace horas y de nuevo extraño a Chris, porque él si hubiera tenido los huevos para protestar que pongan una emisora. De seguro en el otro auto él se encuentra babeando y con su hombro recostado en uno de los guardias como si lo conociera de toda la vida.

Bufó internamente, mientras me recuesto mejor en el espaldar del asiento con cuidado de no molestar a mis acompañantes fronterizos. Mi vista se posa en el guardia que ha manejado desde que salimos y no puedo evitar preguntarme qué hace aquí.

Es alto y con cuerpo atlético como lo suelen ser la mayoría de los guardias, y a la vez, es más joven que la mayoría. No luce como alguien a quien puedas ver con su habitual uniforme y decir: "¡Hey, mira! ¡Ese tipo de allá debe ser un guardaespaldas!". Por el contrario, luce como alguien a quien decir: "¡Dios! tiene toda la vida por delante y un buen aspecto físico. Ese hombre debe de ser un actor de película de acción".

Me pregunto qué...

El tono de llamada de un celular se hace presente. Algunos de los que se encontraban a punto de dormirse, como el guardia sentado en el copiloto, se sobresaltan, reemplazando su posición por una a la defensiva.

Bryton saca su celular del bolsillo trasero del pantalón y frunce el ceño, trato de inclinarme para observar el remitente de aquella llamada capaz de cambiarle la expresión y tensar sus músculos pero fallo por la rapidez con la que coloca el celular en su oreja.

Lo hizo como si estuviera escondiendo algo.

—¿Alo?... Si. No todavía no, es muy temprano... Se supone que no debías de llamarme, es muy peligro... No —su voz suena más firme que de costumbre—. Está bien. No. Ya les dije lo que tenían que hacer y como hacerlo.

Le lanzó una mirada desconcertante a Eddie, quién a su vez le lanza una mirada a los guardias de delante. Mi mirada se encuentra con la de Hunter por el espejo retrovisor pero ninguno de los dos dice nada.

Bryton cuelga la llamada disgustado y hace como si no hubiera recibido una llamada que lo alteró en todos los sentidos.

—¿Todo bien? —la voz de Hunter suena más ronca que de costumbre debido al poco uso de esta en horas.

—Siga manejando Sr. Brooks —la voz de Bryton sobrepasa la altanería, cualquiera lo suficientemente listo se daría cuenta que es el tono de alguien que no tiene paciencia.

Brooks aprieta sus labios formando una fina línea y no dice nada, Bryton es su superior después de todo, protestar por algo como eso sería totalmente estúpido y poco apropiado.

—¿Cuánto falta para hacer la primera parada? —mi voz retumba en el espacio.

—No haremos primera parada —informa Bryton con su vista fija en la ventana—. Seguiremos y llegaremos en un mejor tiempo que lo propuesto, y que le sirva de información Brooks.



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En el texto hay: peligro, accion, aventura

Editado: 24.08.2018

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