Retorno a Young

Cap. 3 Teorías

—Se la tragó el muerto—dijo James.

  Otra teoría que surgió, y esta se dio porque la televisión local pasó un especial de asesinos en serie: era que había un asesino asolando el bosque y este vio a la joven alterada y la atacó, se la llevó, la asesinó y enterró el cuerpo por ahí, claro que los había que pensaban que este era el espíritu de un asesino que rondaba por el bosque sediento de sangre. Era increíble como la muerte convergía en la vida de las personas ahora solo les faltaba meter el mito del Jinete sin cabezas en los bosques de Grendich. Otros más tradicionales, apelaron a la teoría de los ovnis y las aducciones, incluso pasaron una serie por televisión sobre ese asunto aumentando el miedo en los moradores. Sin embargo a Cora parecía no distraerla nada de su objetivo ya trazado, para ella lo que se llevaba a las personas era una especie de agujero en el tiempo, una puerta dimensional y ella debía encontrar la entrada de esa puerta o la forma en cómo activarla. Los ovnis sin embargo tenían su atractivo en todo el mundo y más de uno se sedujo con esa teoría, ese “fuego” era la luz de estos marcianos (porque solo de Marte podían haber salido) desintegrando a la joven o era una luz transportadora a su nave.

    Cora no se dejó seducir tampoco por ese tipo de teorías, y eso que era una fiel admiradora de todo lo del espacio exterior, tampoco es que en Grendich hubiera un punto de avistamiento de ovnis, mucho menos se había escuchado de personas que hubieran visto “algo” inexplicable en el cielo. Los extraterrestres no tenían cabida en lo que sucedía en ese bosque, más de una noche se vio frente al boscaje mirándolo atentamente y buscando una explicación a todo eso, porque la había, solo que todavía no la había encontrado.

—¡Háblame maldito bosque!—le decía— dime lo que hiciste con mi amiga.

   Pero solo le respondía el silencio. Entonces pensó en decir las palabras mágicas que se le ocurrían:

—¡Abra kadabra bosque enciéndete!—nada— ¡Enciéndete sésamo!—otra vez nada— ¡Opus, focus abra kadabra, semilla de sésamo haz que este bosque se encienda!

   Luego lo intentó con palabras en latín, en griego y después adquirió un libro de hechizos por internet e iba con él buscando una solución “mágica” al asunto, James documentaba cada intento con su video cámara:

—Creo que este hechizo para comunicarse con el alma de la naturaleza nos puede ayudar—le decía a su amigo— Criaturas de alma blanca yo os pido esta noche que me ayuden a conectarme con el espíritu del bosque…—entonces comenzó a musitar y bailar.

   James apagó la cámara y le dijo:

—¿Qué haces?

—Me estoy conectando con el espíritu del bosque—seguía saltando.

—Parece que estuvieras haciendo la danza de la lluvia.

—No veo que tu ayudes mucho—se detuvo.

  Escucharon que el cielo de Grendich rugió y el joven dijo:

—Como dije hiciste la danza de la lluvia.

   Se fueron antes de que el cielo se precipitara con una lluvia intensa que duró tres días y que inundó varias calles, dejó los hechizos de lado, pues ella no se haría bruja en tres días y se decidió por otras cosas: parasicología, estudiaría y aprendería un poco sobre las cosas inexplicables de la vida, por eso compró muchos libros que la introdujeron al mundo sobrenatural y se inscribió en la universidad. Sin embargo si de algo no pudo escapar era de los sueños, en sus sueños el bosque parecía hablarle en su lenguaje y ella podía entender ese lenguaje que era muy antiguo y ya olvidado, más o menos le decían:

—No la busques…No la busques.

—¡Tengo que hacerlo es mi amiga!—les gritaba.

—No la busques…no la encontraras…

—Lo haré. Lo haré y no me lo van a impedir.

—Ella no está aquí—decía un gran árbol— ella se fue…se fue…no pertenece a este mundo.

    Se levantó exaltada y con la cama revuelta, su madre ya no estaba y debía prepararse para la jornada que seguía en su búsqueda, buscó en un libro de sueños para analizar alguno que se le pareciera, el concepto de soñar con árboles lo asociaban al dinero y ella no se estaba volviendo rica con esa historia, mas sí loca. James le prestó una enciclopedia en la que se descifraba el mundo de los sueños y esta decía así:

   “En términos sensoriales, la experiencia visual está presente en todos los sueños, la auditiva en un 40—50% y las táctiles, gustativas, olfativas y dolorosas en un mínimo porcentaje”.

   Entonces el poder escuchar a esos árboles era normal, bueno no es que se apuntara puntos por escuchar a los árboles, si eso rayaba en lo normal, pero al menos era un parámetro normal, por fin algo normal en su vida, pero qué significaba. ¿Sería acaso que no debía buscar a su amiga?

—O tal vez solo sea una respuesta a tus frustraciones—le dijo James— después de todo Cora los sueños son respuestas emotivas a nuestra realidad.

—Algo allá no desea que encuentre respuestas, pero las voy a encontrar.

    Al año apenas si se deseaba hablar de ella. Ginger se había alejado de la vida pública buscando en su silencio un poco de paz, en la oración un consuelo a la desaparición de su única hija, una parte de ella se sentía culpable y no encontraba consuelo para su mal.




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