Retorno a Young

Cap. 4 El llamado del anillo

   Para Ginger solo bastaba el regreso de su hija, tener una nueva oportunidad con ella, la veía tan bonita pese a todo, pese a su tristeza, ahora le gustaba estar cerca del pequeño invernadero que tenía en su casa, solía mirar las aves revolotear en él por horas, luego era mirar el bosque, parecía que eso la relajaba y ella no deseaba perturbar a su hija con preguntas, los doctores le habían dicho que padecía una profunda depresión y que con el tiempo… Y ella iba a acatar cada recomendación médica.

   Un mes después la expectativa estaba pasando, ahora el pueblo parecía completo con Alana de regreso y la rutina se apoderaba de los corazones; sin embargo, un día todo cambió. Ginger se lo dijo después a Cora, pero era tan extraño de creer:

   Alana solía sentarse a mirar el bosque, era como si eso la relajara por completo, aunque su madre le encendiera la televisión o le dejara videos de los estrenos de cine del momento:

—Para ese momento nada parecía cautivarle—comentó Ginger— no tocaba las películas, ni los CD de música que le comprábamos, revistas… Nada… y ese anillo—dijo con rabia.

—¿Anillo?

—Sí, Alana llegó usando un anillo muy extraño en su dedo, no dejaba que nadie se lo tocara, incluso intenté decirle que se lo quite al bañarse… Por si el agua y el jabón lo estropease y nada.

    Alana no era amiga de las joyas, así que supuso Cora que la joven que ese anillo debía ser muy especial en su vida, un lazo con algún afecto. Ginger la sacó de esas reflexiones:

—Ese día la vi tocándose el anillo varias veces, pensé que era un tic nervioso o algo así, entonces lo miró por largo rato… No sé que vio en ese anillo comenzó a alterarse… decía exaltada “Está vivo” “Está vivo”—la mujer sollozó.

  Cora preguntó entonces:

  • ¿Quién está vivo?

—Eso es lo que más me asustó de ella, se puso como loca diciendo que estaba vivo y que debía volver—lloraba— la detuve y le pregunté ¿quién está vivo? Y ella… Ella me dijo mi esposo, dijo mi esposo vive y me necesita…

   Eso sorprendió a Cora y preguntó impresionada:

—¿Su esposo?

—Le dije que no era casada y ella dijo… En este mundo no, pero en el otro sí… Yo le dije que no existía ese otro mundo, pero ella enloqueció e intentó irse… No se lo permití… ¿Qué le pasó a mi hija?

—No lo sé; sin embargo, lo voy a averiguar.

   Alana estaba sedada, pues, su estado era de frenesí total, nadie entendía nada, supuso que algo realmente grande le había pasado a su amiga. Incluso Cora ya tenía una pista clara: había otro mundo, eso lo tenía claro, en ese mundo Alana se había casado y ese anillo era el matrimonial, pero ¿qué tenía ese anillo que descontroló a la joven? Otra cosa que tenía claro era que Alana deseaba volver al bosque, ¿por qué? Porque el bosque era la única puerta a ese mundo. Habló con James y le dijo:

—Es una puerta dimensional.

—¿Todo el bosque?

—Eso es lo que no sé… Pero todo el bosque se incendió…—lo que más lamentaba Cora era que Alana no la hubiera buscado y se lo dijo a James— ¿por qué Alana no me buscó?, pude ayudarla.

  • —¿Alana casada?

—Sí, casada… En otro mundo.

—¿Con un extraterrestre?—la miró impactado.

    Era increíble como la gente solía pensar en los extraterrestres como único justificativo a una desaparición misteriosa, no creía en los marcianos y tampoco que el “otro mundo” al que se refería Alana solo que fuera el Más Allá, aunque los muertos no regresan con su carne completa, o será que en ese bosque se abría un portal sobrenatural que transportaba a la gente al mundo de los muertos y… Por favor, eso era una locura impensable. Alana estaba casada, con un… Hombre de otro mundo, que esperaba que sea lo bastante guapo, lo suficiente como para enloquecerla de esa forma.

   Como era de esperarse, internaron a la joven indefinidamente en Hoover, un prestigioso lugar en donde el estudio de los problemas de la mente era la prioridad, es decir, internaron a Alana en un manicomio. Así se solucionaba los problemas en Grendich esos días.

   Nadie podía verla, por orden de Ginger, la mujer no tenía ni una luz sobre lo que le pasaba a su hija que le echaba la culpa a cualquiera, la tenían sedada hasta que comenzaron los primeros intentos de fuga, eso sorprendió a Cora, pues no había conocido esa energía y arrojo en la joven para enfrentar a toda una institución solo para volver a un pueblo llamado Young. Para ese momento la pregunta sobre qué era Young, se encajó en su mente, pues Young significaba joven, pero en Alana eso era mucho más. Junto con James comenzaron a investigar alguna civilización con ese nombre en la tierra, el joven bastante intrigado le preguntó a su amiga:

—¿Crees que Alana haya viajado en el tiempo?

—No lo sé James—le dijo la joven— solo deseo encontrar una respuesta a lo que le pasó a Alana, si viajó en el tiempo… No sé.




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