Retos Musicales #1

Antojo de un Dios - SrOrtega

1032. Inglaterra, Wessex. cerca de la frontera con Northumbria las tropas del rey acorralan a un grupo de la extrema izquierda los cuales conspiraban contra el rey, habían robado los suministros para 150 personas en el Reino por lo que el rey ordenó la muerte de cada uno de ellos.
El ejército rodeaba al grupo contra un muro natural de tierra superando a los traidores cinco a uno, los soldados atacaron sin piedad al enemigo. Las espadas chocaban y la sangre salpicaba en los rostros envueltos de ira de cada hombre, uno a uno en contados minutos fueron cayendo los de izquierda hasta que solo quedó un joven de 20 años con una gran herida en el abdomen. El Rey quién lideraba el ejército tuvo "misericordia" y lo encerró de por vida en la celda más miserable del Reino.
El joven en el suelo espero a la muerte sin ver la luz del sol. Pasaron semanas y el chico ya sin fuerzas ni voz agonizaba con una escasa y desagradable comida por día - ¿Este es el precio por querer un mejor futuro? -  Se repetía una y otra vez hasta que un día vio a una bella mujer que con verla llegó hasta su celda.
Ella lo miraba de pies a cabeza examinando cada parte de su cuerpo dándose cuenta de la enorme herida que tenía en su abdomen, escucha una voz que la llama y con una profunda mirada le juró que volvería.

Los siguientes 11 días llegaba todas las noches a la celda del joven cuidando y alimentando al chico con la comida que podía esconder y los casi inútiles medicamentos de la época.

El joven la muerte burló y su corazón ahora lleno de amor comenzó a latir con más fuerza —¿Quién eres que siempre llegas a mi con tan finas vestimentas? — pregunta ansioso y  dolorido
Era la primera vez que le dirigía la palabra pues su estado era tan lamentable que por mucho que intentara no podía decirle una palabra

—Soy la hija del rey y tú un simple ladrón - confiesa la joven con su angelical voz que día a día alegraba sus días llenos de melancolía — el destino es tan cruel y nos robó el corazón en esta prisión y lejos de ver la luz del sol.
El chico la miro a los ojos y detuvo la mano con que ella limpiaba la herida —Déjame... Morir en tus brazos y así un instante tal vez... Poder ser feliz — declaró el joven ya moribundo —Está vez... La vida se ríe de mí y ahora toca sufrir aunque quiera beber.

La joven conmovida pero totalmente en desacuerdo con sus palabras lo abraza fuerte y con delicadeza de no lastimarlo, el chico corresponde susurrándo al oído —Quiero ver tu rostro otra vez y saber... Que siempre estarás junto a mi... — cierra los ojos con fuerza y con dificultad expresa —Aunque vaya a morir...
La joven princesa lo aparta bruscamente tan solo con escuchar sus palabras —No morirás aquí y si tenemos que tirarnos el mundo encima lo haremos juntos.

El chico pudo ver como los ojos de la princesa brillaban mientras con un fuerte carácter y firme decisión le prometió que saldrían de esta. El tiempo se acaba y la princesa debía volver al castillo para que nadie se diese cuenta pues ya tenia todo planeado y no quería que se arruinara por querer abrazarlo un minuto más.

Salió de las celdas sin ser vista por ningún guardia o servidumbre con rumbo a su recámara donde en un baúl bajo llave guardaba una bolsa de tela con elementos necesarios para días fuera del castillo.
—Hija mía, por que estás tan agitada y sudada —Pregunta el rey irrumpiendo en la habitación
La joven mujer quedó helada sin saber qué responder 
—Qué dirá el príncipe de Northumbria si te ve en esas fechas, dirá que eres una niña que no deja de jugar con sus muñecas — afirma el rey con voz fuerte y temible 
—No es eso padre — rechina la joven —Estaba practicando para el baile que se celebrará mañana, quiero impresionar al príncipe
El rey se anima con las palabras de su hija suspirando fuerte —Hija mía, me Alegro tanto de que hayas crecido tanto
—Gracias padre, pero todo es por ti y mi país — expresa la chica 
—De seguro serás una buena reina, pero ahora será mejor que te duches y estés siempre arreglada, pues en cualquier momento llegará el príncipe junto al Rey.
—Entonces déjame para poder arreglarme padre, en dos horas estaré lista — despacha la princesa a su padre quedando sola en la habitación, la servidumbre llegó después enviadas por el rey pero la joven les ordenó dejarla sola con la excusa de que le avergonzaba su cuerpo.
Las horas pasaron y el crepúsculo se apoderó del firmamento, el rey recibía los invitados mientras con rabia le pregunta a la criada por la presencia de su hija, la criada respondió temerosa que la princesa aún no está lista y que les pidió que la dejasen sola.
—No me interesa lo que te haya dicho, trae a mi hija aquí de inmediato —Gritó susurrando para que solo la sirvienta escuchara la cual inmediatamente fue a buscar a la princesa.
Corrió veloz por el castillo alzando su vestido para correr libre, al llegar a la recámara se dio cuenta de que la princesa no estaba por ningún lado, asustada de muerte corrió de vuelta al rey para advertirle.
—Nadie te siguió —pregunta el ladrón nervioso de su seguridad
—No, pero tampoco tenemos tiempo, hay que irnos de inmediato—advierte la chica 
El joven ya mejor de su lesión pero demasiado débil carga la bolsa con las provisiones después de ser liberado por la princesa, escabullen a los guardias y salen del castillo echando humo en un caballo sin silla.

—Será mejor que descansemos aquí — propone el ladrón parando el caballo
—Pero no estamos lo suficientemente lejos —le informa la Princesa
—El caballo está casado y es demasiado de noche, no vemos nada más haya de dos metros —replica el chico haciendo que se baje.
Tiran una sábana en el suela y se acuesta los dos hasta quedar dormidos. Las otras pasaron y se hizo de mañana, el ruido de un carruaje los despierta, el ladrón ve que es el rey quien siguió sus huellas en la noche y los siguió sin descansar, ahora estaba casi a su merced.
El joven apura a la princesa la cual se pone en pie y antes de ellos subir al caballo fueron detenidos por flechas que impactan en el corcel derribandolo de dolor. El chico toma la mano de la princesa y empiezan a correr sin tener éxito en su huida pues el rey a carruaje junto a sus guardias a caballo los alcanzan rodeandolos para luego bajarse de los caballos.

La princesa lo abraza con fuerza mientras el rey se acercaba con ira y dolor empuñaba la espada, el joven corresponde el abrazo mientras se separa lo suficiente para verla a los ojos y acercar sus labios a los de ella besándola con todo el amor de su corazón, frente a todos en la zona. El rey no controló su ira y atravesó a los dos jóvenes con su espada.

El joven y la princesa sin esperanzas de vida se arrodillan aún con la espada atravesada mientras el chico con infinita dificultad le dice teniendo la razón —Te lo dije, se que siempre estaré junto a ti, aunque vaya a morir... — una sonrisa sale de su boca mientras intenta animar a su amada en su última suspiro de vida.

Cuentan que en las noches de invierno se ve nacer una flor donde no llega el sol por amor, sus almas Unidas están y se pueden amar para la eternidad.



#20640 en Fantasía
#28423 en Otros
#8913 en Relatos cortos

En el texto hay: emociones, amor, variedad

Editado: 29.12.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.