El ocaso de la vida es lo más doloroso para el ser humano. Observar el reloj y ver cómo el tiempo se acaba, como el cuerpo envejece, las ideas se pierden, ya no quedan más sueños ni ilusiones; todo lo cosechado durante tantos años de existencia, al final no servirá de nada. El sol se va poniendo en el oeste y el soplo vital comienza a llegar a su ineludible final. Frente a los ojos pasan aquellos momentos inolvidables, todas aquellas primeras veces, los rostros joviales de conocidos, de seres amados, decisiones que fueron tomadas y caminos que se vieron separados.
Pero, ¿Qué pasaría si se pudiera retroceder en el tiempo, hasta cierto punto de la historia y empezar de nuevo? ¿Se escogería el mismo camino para ser recorrido una vez más, quizás ligeramente diferente o simplemente se optaría por uno nuevo? empezando desde cero en un pasado que se creía olvidado y enterrado pero que está más cerca y vivo que nunca.