Retrato De Una Familia.

Capítulo 13.

Días Después.
(La boda). 

Todo estaba preparado… el salón con la mejor vista a los paisajes de la ciudad, las mesas para todos los invitados de honor, los mejores vinos, la cena y la decoración. 
Mariana se encontraba apartada del lugar, exactamente en una habitación del gran salón. Estaba bellísima, radiante y sencilla… puesta con el vestido de bodas con el que parecía una princesa de los cuentos de hadas. Se miraba al espejo detenidamente y llevo su mano hacia su vientre, era inocente de las decisiones de otros, pero era su realidad y debía aceptarla. Por otro lado Lucas se encontraba apartado de igual manera de los invitados, vestía traje blanco con un pañuelo rosado en uno de sus bolsillos… aceptaron su futuro con serenidad y única opción. 
Los padres de los futuros esposos estaban en la entrada del gran salón dándole la bienvenida a los invitados, la prensa y los espectadores no se hicieron esperar… las luces, las flores, el espacio y una gran alfombra roja eran los bellos atractivos de aquella boda.

Eduard, Esteban y Anna Mariana se hicieron presentes… también estuvo Alejandro y su esposa e hijos. Selena, amiga y compañera de estudios de Mariana también estuvo ahí junto a personalidades y empresarios colegas de ambos jefes de las familias Sres. Ricardo y José.

Luego de la hora puesta de inicio a la ceremonia se anunció la entrada de los novios, Ricardo llevo a su hija y la Sra. Monsalve a su hijo entregándolos así al altar frente al sacerdote. Todo marcho en orden, el “acepto" fue crucial para ambos muchachos… ¿por que se sentían inseguros?. Era su clara pregunta en cada uno de ellos… ¿si realmente se amaban o los hicieron amar por que se sentían tristes y llenos de rencor?. No lo entendían.  
Cada uno de ellos colocó sus argollas en sus manos sellando su amor para siempre ante Dios. Cuando el sacerdote finalizó la ceremonia con las palabras. 
—Los declaro marido y mujer. 
Mariana cerro sus ojos, su ramillete de flores callo al suelo y ella segundos después se desmallo... Lucas la sostuvo en sus manos ante el asombro de los presentes, las lágrimas de algunos familiares y satisfacción de los que hicieron el acuerdo… concluyó aquel día en el que ya no era amor lo que sentía el por ella. 
Fue una larga noche para ambas familias, una celebración para otros y tristeza para los protagonistas recién casados. Así debía ser, como lo fue puesto en el papel… era el hecho que debía cumplirse y se cumplió. 
… 
Al siguiente día.

Mariana dejó su hogar, su familia y estudios. Fue una despedida melancólica para cada uno de sus familiares, se marcho junto a Lucas hacia la pequeña y cómoda casa en el que su amor se desencadenó aquel 31 de diciembre… ahora estaba oscura, envuelta en malos recuerdos… era el castigo por según sus actos indebidos, que así lo catalogan los padres de ambos muchachos. Ahora les esperaba una larga vida de sacrificio y sin nada de dinero y lujos… solo estaba el, Lucas… ella, Mariana… y el hijo que esperaban en una pequeña casa que fue donada por el padre de Lucas por pura lástima a la joven pareja. Su amor se había vuelto una negociación manipulado por terceros…  ¿que había quedado de aquel amor?, quedo el inicio de un nuevo infierno para ambos. 
… 
Mientras tanto en la gran casa se sentía la ausencia de una hija y hermana… todos sentados en la sala principal aguardaban en silencio y pensaban en el futuro de Mariana. 
—Fue lo mejor para los muchachos, ahora si… se ocuparán de sus obligaciones. —Comento Ricardo satisfactoriamente. 
Nadie respondió, solo el disfrutaba aquel momento. 
Alejandro junto con su esposa y sus dos hijos estaba presente en la casa de su hermano y familia… para equilibrar la abalanza decidió hablar. 
—Bueno familia, Ricardo… Maribel, mi esposa y yo queremos invitarlos con sus hijos a una cena que haremos en nuestra casa, están completamente invitados. 
Anna María sonrió y se sintió emocionada, así podría compartir un rato agradable con sus primos, dirigiéndose hacia su madre le dijo. 
—Es buena idea mamá, acepten la invitación, si. —Opino la menor de la familia. 
Ricardo sin dar tregua, respondió. 
—Ahí estaremos hermano, muchas gracias. 
—Genial, entonces los esperamos. Les pedimos un permiso, volveremos a casa. 
De esa manera Alejandro, esposa e hijos se retiraron y volvieron a su hogar. 
La noche cayó sin aviso, los minutos y las horas corrían en silencio… una vez más amaneció… el trabajo, la escuela, la universidad y el hogar eran los quehaceres diarios de cada integrante de la familia… a punto de caer el atardecer todos se encontraron nuevamente en casa, vestidos adecuadamente para la cena que debían acudir, de inmediato como una familia envidiable y respetable, Ricardo condujo el automóvil hasta llegar a casa de su hermano Alejandro el cual con notable alegría los recibió. 
—Bienvenidos. Me alegro que estén aquí. 
En el interior de la casa, casi similar a la de Ricardo se encontraron con la abuela Marlene quien estaba presente en la cena. 
—Que bueno verte mamá. —Le dijo Ricardo, después de besarle las manos y una de sus mejillas. 
—Que bueno que estén aquí, Maribel bienvenida. 
—Gracias, gracias. 
Toda la familia en general estaba unida nuevamente… cuando se encontraron en la mesa notaron la ausencia de Mariana, no todo era completo. 
—Mariana estará bien, no te preocupes Maribel. —Comento Alejandro, tío de la joven. 
—Así es, ella estará bien. —Afirmo Maribel. Estaba angustiada, era difícil desprenderse de uno de sus hijos, no se acostumbraba aún a la ausencia de ellos y sucediera lo que fuera nunca se acostumbraría. 
—Que tal los estudios querido sobrino Eduard. —Pregunto Alejandro. 
En el momento que este daría su respuesta, Ricardo intervino diciendo. 
—De maravilla, es el mejor de la clase. 
—Enserio… felicitaciones al parecer tenemos el sucesor indicado en la empresa. —Comento con alegría el tío paterno.




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