Retrato De Una Familia.

Capítulo 17.

Después de clases, Esteban volvió a casa y al entrar noto la presencia de Estefanía que se encontraba en la sala de la casa, aprovechando que su hermano no estaba con ella, tomo la iniciativa en una penosa conversación.  
—Nunca imagine lo que podías llegar hacer. —Se hizo frente a ella.  
—Supongo que lo disfrutas, también pasar mucho tiempo, ir al cine, a cenar, incluso hasta ya te acostarías con el.  
Estefanía al escuchar aquellas palabras de acusaciones irrespetuosas que dijo Esteban, levanto su mano y le dio una fuerte bofetada en la cara.  
—Quien te has creído, no tienes ningún derecho de hablarme así. —Respondió la joven manteniendo forzosamente la calma.  
—Nunca me lo imagine. Terminaste conmigo solo por que querías ha Eduard, dime una cosa tus padres aceptaron tu relación con el. 
La joven se toco la frente y respondió tajantemente.  
—No te tengo que dar explicaciones.  
—Solo dime, dime tus padres lo aceptaron, solo dímelo, por que carajos no dices nada... —Pregunto el joven, mientras su tono de voz se alteraba al paso de cada pregunta que hacia.  
—Si, así es, lo aceptaron. Ya lo sabes ahora déjame tranquila.  
Esteban dio un paso hacia atrás, mientras sonreía con ironía.  
—Claro, son unos malditos. Se por que lo aceptaron. Mi hermano mayor será el próximo heredero de la familia que dirigirá una gran empresa y donde ellos se beneficiaran, contigo.  Conmigo no sucedió lo mismo ya que no tengo nada que ofrecerte. Te desconosco, te desconozco de verdad. —Comento Esteban con notoria tristeza.  
—No digas estupideces… jamás pensé que Eduard y tu son hermanos, no lo hice por dañarte como dices y mucho menos como beneficio. Acaso olvidaste lo que hicimos verdad, lo recuerdas. Ese día que...  
—Por favor no lo digas. —Pidió Esteban en son de súplica.  
—Esta bien, no lo diré ya quedo en el pasado pero espero que entiendas que nunca estaría con alguna persona solo por lo que tiene. —Aclaro la joven mientras tomaba asiento nuevamente.  
Y retomo la conversación...  
—Desde lo que sucedió ese día quise dejar todo atrás, pero el pasado me persigue… tu me persigues. —Admitió Estefanía con profunda melancolía.  
—Sabes que lo que sucedió ese día no fue nuestra culpa, debes entenderlo.  
—Es fácil decirlo, pero cuando te veo ese terrible momento llega a mi cabeza.  
El se acerco a ella y tomo su mano diciendo…  
—No eres culpable de nada de lo que sucedió ese día, si alguien es culpable ese soy yo.  

En ese instante Eduard entro a la sala. Esteban rápidamente se levanto y cambió de inmediato la conversación con Estefanía evitando que se halla dado cuenta de algo.  
—Valla sorpresa, es extraño verlos conversando. —Comento Eduard con extrañeza.  
—Aproveche que tu novia está en casa para preguntarle acerca de un trabajo de literatura, veo que están algo ocupados, creo que será mejor que me retire. —Respondió Esteban, deseaba salir de allí lo más pronto posible.  
—Claro que no hermano, pronto llegara mamá y la abuela. Quédate, así podríamos hablar un poco.  
<<maldita sea, creo que descubrió cuando tome la mano de ella>> pensó.  
-si tu lo dices hermano, esta bien.  
…  
Allí se encontraban los tres frente a frente,  Estefanía notoriamente estaba nerviosa, sus dos verdaderos amores estaban con ella en ese espacio. Para romper el silencio iniciaron una conversación mientras esperaban a la Sra. Maribel y  la Sra. Marlene.  
Esteban era testigo de como la mano de su hermano acariciaba el hombro de Estefanía con delicadeza y ternura, la cual llevaba puesta una camisa color rosada de mangas caída, donde sus hombros quedaban al descubierto. Evito a toda costa que sus ojos se encontraran con los de ella, para disimular tomo unos de los tantos libros viejos que se encontraban sobre la mesa  llenos de polvo al lado de una foto familiar. Por unos segundos observo dicha fotografía… ¿eran realmente felices? Su hermano Eduard era el hijo casi perfecto, lo admiraba por todo lo que hacía, ¿acaso el se merecía que el le mintiera acerca de su pasado, de la historia que tuvo junto con Estefanía, se merecía esa traición que podía pasar si no contaba la verdad?.  
Tres golpes en la puerta principal interrumpieron su reflexión, de inmediato tomo su mochila en la que llevaba una libreta y una pluma en la que siempre solía escribir algunos versos y poesías, amablemente decido ir a abrir la puerta. Justamente era su madre en compañía de su abuela, sin dar tregua las saludo y salió rápidamente de la casa y se marcho, a donde aún no sabía. Camino rápidamente mientras que en baja voz murmuró.  
—Que debo hacer… ¡carajo, que debo hacer!.  
… 
Esteban se encontró varias cuadras después con su amigo Camilo y con el decidió ir a un lugar donde fuera posible charlar de lo sucedió. Ya era noche y los vendedores de pan y café empezaban a salir a trabajar. Mientras tomaban una taza de café en medio de la noche fría, Esteban le conto a Camilo todo lo sucedió con Estefanía.  
—Te estas riendo. —Pregunto Esteban y continuó diciendo.  
—Lo sabía, fue mala idea contarte.  
—No digas eso amigo, solo que da un poco de risa, solo eso. —Respondió Camilo.  
—¿Y ahora que?. —Suspiro.  
—¿Que debo hacer?.  
—Amigo, amigo mío… compartimos nuestra propia verdad, supongo que es el destino. Pero sabes una cosa no estas solo. Dame tu libreta.  
—¿Mi libreta?. —Pregunto Esteban.  
—Así es. Creo que ya estoy listo para ser poeta igual a ti. —Respondió Camilo entre risas.  
—Ya al fin podre escribir mis propias cartas... 
Esteban le entrego la libreta junto con la pluma a Camilo, y este le escribió una nota la cual decía...  
"Caminare siempre en tu camino, hasta en el momento que estés solo."  
Esteban la leyó y al terminarla, sonrió. 
—No lo olvides nunca amigo. —Recalco Camilo con sinceridad.  
—Eres mi mejor amigo y mi hermano, siempre será así. —Respondió Esteban mientras le dio un golpe en el hombro a su Camilo.  
… 
Despues de volver a casa noto que su hermano Eduard no se encontraba en su habitación, de inmediato imagino… <<debe estar juntos otra vez>>. Para Esteban era difícil aceptar que Estefanía ya se encontrara por esas noches en los brazos de otro hombre, le dolía en el alma.  
Cuando entro a casa, vio que la mesa estaba puesta y su padre ya se encontraba cenando…  Recordó el incidente del otro día en el comedor así que decidió no acercarse allí. Su madre, le pidió varias veces encarecidamente que hablara con su padre y le pidiera disculpas por lo que había sucedido, pero como Esteban era tan obstinado, no quiso hacerlo… no lo acepto.  
… 
Esa misma noche Mariana se encontraba mirando el cielo, estaba oscuro y las estrellas se habían perdido en la oscuridad de la noche, extrañaba a su familia. Su padre el respetado Sr. Ricardo era un completo desconocido y la rechazaba cada día que la veía. Dirigió su mano hacia su vientre y sonrió mientras cerro sus ojos sus lagrimas se deslizaron por sus mejillas. 
—Ahora estoy sola contigo mi pequeño. —Murmuro en baja voz.  
… 
Anna María se encontraba en su habitación como niña pequeña no paraba de pensar en el. Su profesor le había echo perder el rumbo de su corazón, era muy especial e inocente todo lo que sentía por el, verlo en clase mientras su boca gesticulaba cada palabra del libro “el arte de amar" en clase de literatura le hacía perder la razón y navegar armónicamente en su voz cálida y suave con el brillo de sus ojos azules como cielo. No era la única, sus amigas hablaban de lo especial que era el nuevo profesor, era una más en la lista de enamoradas… pero no era impedimento el haberse enamorado sinceramente de él. Notoriamente el profesor Emanuel era bastante mayor para ella y le doblaba casi la edad, pero para ella ese detalle no importaba, su mente no paraba de pensar en el cada segundo. Habían días donde se encontraban y solo con sus miradas describían el amor que ambos sentían, pero no decían nada, por miedo al que dirán de ellos. Cada uno en el fondo de su corazón sabía muy bien que su amor no podía ser correspondido, tristemente era así, pero se negaban a saberlo.  
… 
Al día siguiente...  
Esteban decidió ir al teatro donde asistía dos veces a la semana para aprender a tocar los instrumentos que habían allí. Después de haber terminado la relación entre el y Estefanía dejo atrás aquella pasión por la música, ya no tenía sentido, El solía escribirle y cantarle canciones de amor justo allí, esta vez había decidido volver pero ahora para cantarle a su corazón.  
Mientras observaba todo a su alrededor, sonrió. La música le devolvía esa sensación de felicidad que una vez perdió, sin espera subió al escenario donde se encontraban los instrumentos, paso su dedo por el piano y noto el polvo que sobre este había. Después de un rato inicio a tocar el piano... cada vez que tocaba una nota musical se formaban y sonaban esas dulces melodías que te desnudan el alma.  
Ese mismo día Estefanía quiso ir al teatro y oír aquella dulce melodía que sus oídos habían perdido por el paso del tiempo... se asombró cuando a lo mas lejano escucho aquella melodía, sin espera entro al lugar para contemplar majestuoso sonido… cuando sus ojos vieron al intérprete noto que se trataba de Esteban. Era imposible no saberlo, nadie tocaba mejor esa melodía que el y aún así sin quererlo lo encontró nuevamente.  
Ella observo como el tocaba el instrumento con tan ligera pasión que por un momento la hizo sentir entre las nubes y una lagrima se deslizo por su mejilla, cuando recordó los mejores momentos junto a él.  
Al terminar la canción, Esteban también limpio las lágrimas de sus ojos y decidió marcharse. Cuando llevo su mirada hacia la entrada del teatro vio la sombra de una persona que se desvanecía. Sospecho que alguien lo había estado observando, así que de inmediato corrió y miro a su alrededor de quien se trataba. 
Al salir del lugar descubrió que se trataba de Estefanía, se dirigió hacia ella y le tomo el brazo. Sus miradas se enamoraron una vez más, ella lo miro fijamente con tanta ternura e hizo un movimiento brusco para deshacerse de el, pero no perdiendo sus ojos de vista, era imposible evitar su amor por el, aún lo amaba de verdad. Esteban por un impulso se acercó a ella, acarició sus mejillas y le besó los labios… su amor había renacido una vez más, Estefanía por un momento se dejó llevar y cuando imagino las consecuencias que todo podría traer, lo empujo y le dio una bofetada en la cara… Esteban no sintió dolor, el dolor estaba ya en su pecho por la indiferencia y el desamor. Estefanía se apeno y tampoco pudo controlar sus impulsos se acercó a Esteban y lo besó una vez más. Luego de terminar aquel hermoso beso, se abrazaron sin decir nada, sus mentes estaban a la defensiva y sus corazones a favor.  
—Vete, vete por favor. —Pensó ella.  
—Por favor, no me pidas que me valla. —Pensó el.  
… 
Después de un rato decidieron tomar asiento y conversar por todo lo sucedido.  
—Lamento que todo halla sucedido así. —Dijo Estefanía con pena.  
—Yo lamento haberte perdido de repente. —Respondió Esteban.  
—Déjame en paz, te lo pido, ya lograr olvidarme de ti... 
—Lo lograras, claro que lo harás… pero no será fácil mientras sigas escuchando las melodías que te tocaba detrás de la puerta del teatro.  
Ella se sonrojo y bajo su mirada… pensando en una de sus excusas para evitar la verdad, de esa manera contesto.  
—Solo fue una coincidencia.  
—Si, solo fue una coincidencia. —Concordó el. 
… 
En ese momento Eduard había llegado como todos los días a encontrarse con su prometida en el lugar que siempre solían hacerlo, pero noto que ella no lo esperaba allí, así que dirigió su mirada hacia el teatro que se encontraba cerca donde ella podía estar. Rápidamente reconoció a su hermano que se encontraba con ella.  
—Es extraño. —Murmuro.  
Decidió acercarse a ellos, a pocos pasos de llegar a donde se encontraban vio cuando su hermano tomo la mano de su prometida.  
Eduard quedo como estatua ante el asombro.  
—¿Que diablos sucede aquí?. —Se pregunto en baja voz y empuño su mano con rabia. Pero decidió tranquilizarse y observarlos un poco mas.  
Al paso de varios segundos después vio cuando se hermano la abrazo y deslizaba su mano sobre el cabello de ella. No pudo contener y se dirigió hacia ellos.  
—Te estuve esperando... —Bastaron solo tres palabras de Eduard para que dejara al descubierto la rabia que brotaban de sus ojos.  
Esteban y Estefanía quedaron totalmente sorprendidos al verlo.  
—Eduard... —Dijo ella pero se vio interrumpida por el.  
—No importa, veo que te sientes bien con mi hermano por todo lo que vi. —Comento Eduard y luego dijo...  
—Ahora creo que podremos irnos. —De inmediato tomo a Estefanía de la mano y la jalo a su lado. Esteban lo miro, deseo evitar de una vez por todas verla una vez más a su lado,  pero no fue posible, la mirada de su hermano era temible para el, se veía a simple vista muy furioso. 
Eduard se acerco a Esteban y con su dedo toco fuertemente el pecho de su hermano haciéndole perder un poco el equilibro y le dijo al oído.  
—Tu y yo tendremos una larga conversación.  
Luego tomo a su prometida de la mano y se marcho. 
 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.