Los Jinetes se movían dentro del apartamento. Habían vaciado cada cajón, revisado cada rincón, incluso habían indagado en el historial de búsqueda de su computadora, pero parecía ser una persona tan normal que había tatuado en Kem una expresión de enojo. Era el apartamento de un Caído no podía ser tan normal, pensó él.
Cuando todos se encontraron en la Flor, el centro de vigilancia de La Comarca; Sada les había dicho que habían encontrado el apartamento del Caído, gracias a las grabaciones del Café Granate que habían robado Ev y Bea. El apartamento estaba en un edificio pequeño de cemento no muy lejos del café.
Los Jinetes vistieron sus trajes de caza, cuero negro y lana oscura, enfundaron sus armas, y bajo las sombras de la noche fueron a la caza.
Llegar al apartamento fue sencillo, irrumpir destrozando la puerta y asegurarse que el apartamento estuviera vacío también lo fue. Lo que no fue sencillo fue encontrar algo útil.
_Mi hermano tiene más porno y más visitas a sitios restringido que este hombre_ vociferó Bea dejando la laptop de lado.
Ev a su lado hizo una mueca de asco mientras vaciaba un cajón. Estaba lleno de cartas del tarot.
_Evidencia de brujería_ bufó Bea y la risa de ambas llenó la habitación.
El apartamento no era grande. La sala conectaba a la cocina y unas escaleras llevaban a la única habitación y al único baño.
_Aquí no hay nada_ vociferó Shael.
Ev lo miró y su risa murió. Su primo lucía más triste que de costumbre, y Ev estaba segura que no era sólo porque no habían encontrado nada útil.
_Sí hay_ aseguró Kem.
Él era el único que no había tocado nada del apartamento. Simplemente se había paseado por cada rincón como si le estuvieran dando un recorrido. Caminó hacia la cocina. Shael había vaciado el contenedor de basura en el suelo, pero no fue la basura lo que llamó su atención, sino los restos de pan que había en el suelo.
_Come mucho un tipo de pan de orégano con almendras_ aseguró Kem al agacharse y mirar de cerca los restos.
_No se escucha como algo común_ dijo Bea.
_Kem investiga en la Flor los lugares que venden ese tipo de pan. Yo veré las identificaciones que tiene y rastrearé sus movimientos bancarios. ¡Bea, Ev, llévense la computadora y vean si tiene más información! Para el fin de semana tenemos que saber quién es Calixto Luna_ ordenó Shael.
***
_ ¡Quiero emborracharme!_ vociferó Ev.
Bea la miro a través de la pantalla de la computadora. Habían pasado los últimos días revisando la computadora de Calixto en su tiempo libre. Y por fin había llegado el tan esperado sábado para Ev.
Ella no había sido de mucha ayuda para Bea. Las computadoras no eran su fuerte, además debían ir a la Flor cada vez que investigaban, y a Ev nunca le gustó estar allí. Prácticamente Bea pasaba su tiempo revisando la computadora mientras escuchaba a Ev refunfuñar.
Flor era una edificación subterránea, destinada a la vigilancia que abarcaba la mayor parte del territorio de La Comarca. Estar bajo tierra hacía que Ev se sintiera más encerrada que de costumbre y los cuadros de escenas naturales, no hacían nada para mejorar la sensación.
Para Ev el sábado había llegado y sólo veía que Bea se tardaba demasiado.
Habían pasado días viendo esa computadora, ya no había nada de Calixto que Ev y Bea no supieran ya. Y cuando le dijeron a Shael, su respuesta fue que debían seguir profundizando. Lo único que le faltaba a Bea era desarmar el equipo. Aunque en ese momento la computadora estaba sirviendo para algo más que ser objeto de escrutinio.
El mensaje de Luz con las indicaciones de la fiesta había llegado esa mañana. Y Ev supo que no podía salir de La Comarca a esa hora sin ayuda. Primero contactó a Bea y luego a Yof.
Ambos ofrecieron a ayudarla aunque al final Ev había decidido arrastras a Bea a la fiesta. Le hubiera gustado hacer lo mismo por Shael. Ambos lucían tristes esos días, pero a su primo no le gustaban las fiestas.
_ ¿Te falta mucho?_ preguntó Ev.
_ ¿Crees que burlar los sistemas de seguridad de La Comarca es rápido?
_Quiero ir a un fiesta no plantar una bomba.
_Para La Comarca es lo mismo.
Ev continúo paseándose por la sala. Era un espacio amplio. Con hileras de mesas, algunas tenían computadoras y otras eran espacios libres, la única brisa venía de la ventilación.
_Se están tardando.
Ev dio un brinco de sorpresa cuando escuchó la voz de Yof. Ella lo miró enojada cuando vio su sudadera con estampado de cebra.
_ ¿No te dije que vistieras algo discreto?_ refunfuñó Ev.
_Me dijiste algo cómodo y deja de chillar que soy yo el que va pasar la noche en la Flor más horrible para cubrirlas.
Yof se burlaba del nombre desde que aprendió que Flor estaba bajo tierra y que lo más cercano, a la belleza de una flor que tenía, eran las pinturas que decoraban sus paredes.
_Si Bea no se apresura tal vez nos quedemos aquí contigo.