Los pasos de Bea eran tan fuertes que resonaban en el suelo. La mansión Nuriel, no era tan grande como la mansión Metratrón, pero la oficina principal quedaba al fondo, era el último espacio. La pared de cristal daba vista a los jardines, si no fuese por la tensión en el ambiente cuando Bea entró sería un lugar relajante y agradable envuelto con el suave olor de las flores.
_ ¡¿Es cierto?!_ vociferó Bea.
Aunque se había cambiado el vestido apresuradamente aún tenía el maquillaje de la noche anterior, pero el resto de los que estaban allí aún tenían la ropa del baile.
Las cabezas de cada familia estaban en esa reunión junto con las Supremas.
Normalmente esas reuniones se daban en la mansión Metratrón, pero el lugar había sido clausurado, nadie que no fuese de la familia Metratrón podía entrar.
_Beatiel, Espero que tenga una buena razón para irrumpir de esa forma_ vociferó Sada. Aún tenía su vestido negro y el severo maquillaje.
Bea recordó que Ev la había llamado Maléfica.
_ ¿Su hijo está bien?_ preguntó Bea. En ese momento no le importaba interrumpir la reunión más importante del año.
En la noche todo había transcurrido con normalidad. Hasta que de pronto comenzaron a notar que algunos adultos faltaban. Y antes del amanecer, cuando el alcohol ya los había relajado a todos. Incluso Kem reía más. Mabel entró al salón envuelta en lágrimas gritando que Shael había muerto.
Bea fue la primera en moverse de todos, pero jamás alcanzó a estar cerca de verlo cuando comenzaron a sacar a todos de la mansión Metratrón.
_Yabbashael es el Jinete más fuerte. El ataque de anoche fue sorpresivo, tuvimos suerte que él se enfrentara y ganara, estará bien_ respondió Sada. Su voz era tan neutra que Bea le hubiera creído si no hubiese sido por Ev.
Ella había entrado a la mansión Metratrón, lo había visto y de inmediato supo que no había sido un ataque sorpresa. Por un momento Ev se había asustado, pensaba que si iban a atacar Azul le hubiese dicho. Y una vez que pasó la sorpresa tuvo lugar para preocuparse por su primo. Había un pétalo de rosa en el suelo, estaba manchado con la sangre de Shael y a él lo había recostado sobre su cama con vendas que rodeaban sus brazos desde las muñecas hasta los codos.
No era la primera vez que Ev veía a Shael así, pero era la primera vez que lo veía tan pálido. Era como ver a su fantasma.
_Esta reunión es muy importante, hay que saber cuáles serán nuestros próximos movimientos. El Ojo nos acaba de dar otro objetivo.
A Bea no podía importarle menos los retratos de piedra.
_ ¿Acaso no le preocupa su hijo?_ vociferó Bea.
Como si fuese posible los ojos grises de Sada se endurecieron aún más. Cada par de ojos veían a Bea con desagrado.
_ ¡Su insolencia no será bien recibida!_ respondió Sada.
_Aquí nada es bien recibido ¿Qué no se da cuenta que Shael sufre?
_No nacimos para ser felices.
_Tampoco nacimos para suicidarnos…
_ ¡Guardias!_ la voz de Sada fue tajante y Teza sólo pudo presenciar, eso era algo en lo que no debía intervenir.
_Mueven nuestras vidas como si fuésemos fichas de un juego..._ Bea sintió el agarre fuerte de los guardias en sus brazo.
En ese momento las puertas volvieron a abrirse dejando pasar a Kem, Ev, Maka y Tab. Ev miró a su amiga ser arrastrada y luego miró a su madre.
_Tenemos más valor que eso. Al menos merecemos ser infelices por nuestras elecciones no por las de otro…
Ev avanzó con los puños cerrados lista para obligar a que soltaran a su amiga, pero Kem le sostuvo tan fuerte el brazo que estaba segura que le dejaría moretones.
_ ¡¿Qué haces?!_ vociferó Ev sin saber si se lo decía a Kem o a su madre.
Bea estaba siendo sacada a empujones y Ev simplemente reaccionó. Se quitó a Kem de un empujón, él no era particularmente fuerte. Todo el salón se levantó en una exclamación de asombro cuando Ev golpeó el costado de uno de los guardias que sujetaba a Bea y tomó la espada de su cadera.
La empuñadura se sentía rara en sus manos, no estaba acostumbrada a luchar con espada, siempre le resultaban muy pesadas y la mayoría la obligaban a estar muy cerca de su enemigo y eso era algo que jamás le había gustado, era demasiado pequeña para igualar la fuerza de la mayoría de los adversarios.
El segundo guardia soltó a Bea y desenfundó su propia espada sin ser capaz de acercarse a Ev, nadie era capaz de acercársele, todo allí conocían sus destrezas.
_ ¡LEVANA!_ gritó Teza. Conocía el temperamento de su hija, sabía que era capaz de enfrentarse a cualquiera que avanzara _No lastimamos a nuestros hermanos.
Ev pensó en su primo, recostado en su cama, su cabello plateado era lo único que brillaba, sino fuese por eso hubiera pensado que estaba muerto. Ningún enemigo lo había puesto en esa cama.
_ ¿A no?_ vociferó Ev.
La duda en su voz alteró a cada uno de ellos. De su silla se levantó la madre de Kem, Zakun Uriel Sariel, la marca en forma de llave de su mano izquierda se marcaba con más fuerza que en la mano de Kem y Tab, y sus ojos oscuros eran mucho más fríos y arrogantes.